Un espectáculo idéntico a la entrega de los Óscar fue producido por CNN para mostrar, el día de Navidad, su “reconocimiento” a la caridad de quienes tratan de aliviar sufrimientos que sus amos y patrocinadores causan en todo el mundo. CNN, encargada de ocultar los crímenes y saqueos del imperio mintiendo, manipulando la información y pervirtiendo el criterio de su audiencia presentó un nauseabundo espectáculo imperial como corolario de actividades en el que ingenuos, enajenados y demonios interactuaron para convencer a las audiencias de su “filantropía”.
La escena surrealista del rescate de los mineros chilenos que tuvo tres días completos de difusión en su momento, abrió el espectáculo. Se levantó el telón y los mineros avanzaron al proscenio del gran teatro, la audiencia compadecida se levantó a aplaudirles con lágrimas en los ojos. Fueron “héroes” por haber sobrevivido al accidente de una mina que no tenía medidas de seguridad, por soportar las prácticas esclavistas de los dueños de la mina y por presentarse como figuras de circo ante una burguesía que no se conmovió ante el golpe de Estado fabricado por Estados Unidos contra el gobierno legítimo de Salvador Allende que les había mejorado sus condiciones de trabajo y que provocó 30.000 muertos y 200.000 desaparecidos.
Bajo la fórmula de los “Top Ten” el presentador estrella Anderson Cooper presentó a estrellas de cine y celebridades como Marisa Tomei, Jerome Butler, Kiefer Sutherland, Renée Zellweger, Halle Berry y Demi Moore, con música de Bon Jovi, Tom Legend y Sugarland en los entreactos, para presentar a los nominados para el premio CNN “Heroe of the Year”.
El patrocinador oficial fue Johnson & Johnson y entre los anunciantes del maquiavélico espectáculo estaban laboratorios como Astra-Zeneca, Bristrol-Myers, Wyeth… Es decir, las multinacionales que acaparan el 58.4% del mercado mundial de farmacéuticas, valuado en 322.000 millones de dólares, el sector que tiene más ganancias netas de todos los rubros industriales del planeta. Son también los mayores productores de semillas transgénicas y agrotóxicos del mundo. Estas empresas forman parte de la asociación PhRMA (Pharmaceutical Research and Manufacturers of America) y ejercen su cabildeo en gobiernos y organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud y la OMC, logrando normativas que fortalecen sus derechos monopólicos y sus privilegios. Cancelan el derecho de las poblaciones de los países del Tercer Mundo a usar y producir las medicinas que necesitan. Erosionan y desarman los sistemas de salud autónomos de las comunidades para convertirlas en consumidoras obligadas de productos farmacéuticos comerciales.
Johnson & Johnson y otras corporaciones aportaron ocho millones de dólares para distribuir panfletos del tipo “Si usted es madre, PERDERÁ. Perderá su casa, a su familia, a sus hijos (¡los niños pertenecerán al Estado!)” para evitar que Hugo Chávez ganara la elección en Venezuela. Sus objetivos fueron campesinos, estudiantes, pequeños empresarios, etc. Métodos ya utilizados para sembrar el pánico entre los chilenos en 1973 y preparar el aplastamiento de Allende y la dictadura de Pinochet.
Johnson & Johnson es una de las empresas que están en la lista roja de Greenpeace porque contribuye a nuestra exposición diaria a tóxicos peligrosos a través de champús sin querer asumir la responsabilidad que tiene con la salud pública. Las principales cadenas de supermercados vietnamitas retiraron los champús infantiles de Johnson & Johnson después de que un estudio les acusara de contener trazas de componentes cancerígenos, (“Than Nien News”). Un informe de la asociación estadounidense Campaign for Safe Cosmetics (CSC), alertó de que 28 de los 48 productos de baño examinados contenían dioxano y formaldehído, considerados cancerígenos por el Instituto Nacional estadounidense del Cáncer.
Dentro de la trayectoria de otras empresas anunciantes del macabro espectáculo como AT&T, Exxon Mobil, Mercedes Benz, Procter and Gamble y Audi encontramos también las perversiones capitalistas que provocan los sufrimientos que estos “héroes de CNN” tratan de aliviar, pero CNN oculta que las corporaciones que patrocinaron su espectáculo imperial son las causantes de la pobreza, la desigualdad, la injusticia y el crimen. Entre aplausos de pie, pucheros y lágrimas de una audiencia que se sometió al diseño de los think thanks para que les programen los pensamientos y los sentimientos fueron presentando a:
- Macnus Macfarlane-Barrow, un escocés que tiene un programa de casas de alimentación en las que se le da de comer a 400.000 personas en 15 países. Este hombre, gracias a CNN, no sabe que el imperio británico colonial contribuye al hambre de 800 millones de personas en el mundo.
- Susan Burton, ex prisionera, tiene un programa para ayudar a las mujeres estadounidenses que salen de prisión ofreciéndoles un espacio para que encuentren una rehabilitación. Ha recibido a 400 mujeres. Esta mujer ignora que la droga, la delincuencia y la situación de las cárceles en Estados Unidos está alimentado por un sistema de desigualdad e injusticia que CNN difunde y promociona.
- Harmon Parker construye puentes en Kenia para que la gente no se ahogue al pasar por lugares que frecuentemente se inundan. CNN no ha informado a este hombre de que el capitalismo heredado del colonialismo británico y celosamente protegido por los Estados Unidos cada vez que asoma la posibilidad de implantar el socialismo, ha reducido a Kenia a la barbarie. Ni que la CIA ha «desaparecido» a la izquierda en ese país.
- Guadalupe Arizpe de la Vega, mexicana y esposa de un prominente empresario tiene siete hospitales y 32 clínicas que atienden gratuitamente a heridos por la violencia y a mujeres que van a dar a luz cuando no poseen recursos para pagar los servicios de salud. Ahora vive en el Paso, Texas, adonde tuvo que mudarse por la violencia creciente en Ciudad Juárez, lugar en el que residía. Por supuesto las causas de ese problema no son tema para CNN.
- Narayan Krishna, un chef que abandonó su trabajo en Suiza y se fue a la India para fundar Akshaya Trust en 2003. Desde entonces se ha dedicado a cocinar 1.2 millones de comida desayuno, comida o cena a los que no tienen hogar principalmente a ancianos. Esos ancianos que son abandonados a su suerte por el cruel sistema capitalista de los amos de CNN que se niegan a ofrecer garantías de supervivencia a estas personas.
- Aki Ra, ex soldado de Camboya, se dedica a quitar las minas que él y los soldados pusieron causando la muerte y la mutilación en tiempos de la guerra y hasta la fecha. Él y su equipo han quitado alrededor de 50.000 minas y tienen además un hospital que atiende a huérfanos. CNN no cuenta que Henry Kissinger, asesor de su gobierno y «Premio Nobel de la Paz», dio su apoyo a los jemeres rojos que minaron los campos de Camboya, desplazaron multitudes y asesinaron a dos millones de personas.
- Linda Fondren ha desatado una cruzada contra la obesidad. Tiene un programa gratuito de ejercicios y dietas, además de convencer a los restaurantes de que hagan comidas que no contribuyan a la obesidad. CNN promueve transnacionales de alimentos chatarra como McDonalds y una ideología que justifica cualquier acto contra la salud con tal de beneficiar al capital.
- Dan Wallrath, tejano, construye casas a militares mutilados que regresan de la guerra y se las regala. De 2005 a la fecha ha construido cuatro casas y tiene cinco en construcción. Wallrath presentó a uno de los militares mutilados recitando lo que CNN le ha insertado en el cerebro: “está así porque fue a luchar por nosotros”, le ha ocultado que esos soldados fueron a la guerra para que la oligarquía imperial se apropiara y controlara los recursos de Iraq y Afganistán.
- Evans Wadongo inventó una linterna solar a través de la cual los niños y niñas de Kenia pueden hacer sus tareas como una forma de contribuir a la educación y de minimizar la pobreza de no tener acceso a la electricidad. El agua de los glaciares del monte Kenia y las lluvias, principales fuentes de agua y electricidad de la nación, no están exentas de los efectos del cambio climático, del cual los principales responsables son los amos de CNN. Pero además el agua en Kenia es más cara que la Coca Cola, ésta como otras transnacionales se apropian de este recurso que cada vez es más escaso para los kenianos.
- Anuradha Koirala de Nepal rescata a niñas que son víctimas del tráfico de menores, violaciones, abusos sexuales y prostitución en la frontera de Nepal e India. Las rescata, les provee de hogar, educación, tratamiento médico y psicológico y asesoría legal. CNN no informa de que la ideología capitalista en la cual el dinero es más importante que lo humano, promueve que se cometan este tipo de crímenes.
Y el ganador es… Anuradha Koirala. La audiencia burguesa con caros atuendos se levantó de las sillas de terciopelo sin poder contener el llanto y aplaudió de pie; la ganadora también derramó lágrimas de agradecimiento al haber sido premiada por CNN.
No voy a cuestionar el humanismo o la voluntad de ayuda al prójimo de estas personas. Tampoco el bien que hayan hecho. Sin embargo, resulta patético que sean utilizados, probablemente sin saberlo, para lavarle la cara al sistema y a los regímenes depredadores, principales causantes de los sufrimientos que ellas tratan de aliviar prestándose a este espectáculo criminal en el que CNN se promueve como filántropo. Es criminal porque enajena a millones de cerebros de la realidad. Todos en ese gran recinto teatral fueron, sabiéndolo o no, protagonistas de una grotesca obra de terror: zombis que aplauden a un verdugo que acuchilla por la espalda y lloran de emoción ante los espontáneos que ayudan al herido cuando el agresor los premia.
CNN satisfizo las necesidades psicológicas de una audiencia televisiva de millones dando información falsa, emocionándola, brindándole identidad, integrándola socialmente y evadiéndola de la realidad. Ocultó la verdad y brindó una imagen falsa de lo que este medio representa para el mundo: la mentira, la enajenación y el ejército comunicacional que protege los intereses corporativos que asesinan y saquean los recursos de las poblaciones.