¡O negra navi­dad!- Josu Sorauren

Nues­tro sim­pá­ti­co car­bo­ne­ro pro­ba­ble­men­te se encuen­tre más a sus anchas, ante las pers­pec­ti­vas que pre­sen­ta su nego­cio de car­bón . Al fin y al cabo ese pare­ce ser su ofi­cio, comer­ciar con él…

Es que al pare­cer, este año a la peña no le toca ni har­tar­se de capo­nes, ni reci­bir bue­nas nue­vas. Y que vis­to lo vis­to, lo más razo­na­ble sería que en las actua­les cir­cuns­tan­cias, a nues­tro Olen­tze­ro le deja­ran en paz, entre­ga­do al asun­to del car­bón, que este año va a ser nece­sa­rio todo y más. Ade­más, que si baja del mon­te, tal como están las cosas igual nos lo trin­can por terrorista…

Nada, este año una bote­lla de tin­to­rro de garra­fón y fue­ra cur­si­llos de trepa.

Para eso ya están los otros, con sus gamos ala­dos, y sus pajes mági­cos aun­que muy pijos… Y a repar­tir gla­mour o fan­fa­rro­ne­ría, según la lati­tud… Y que en defi­ni­ti­va para eso están, para la cosa del mar­ke­ting y que para una vez que tra­ba­jan, pues que se esme­ren y escalen.

Lo cier­to que toda la pro­duc­ción anual de nues­tro Olen­tze­ro, va a que­dar esca­sí­si­ma tenien­do en cuen­ta la fila de pillas­tres que debie­ran par­ti­ci­par en el reparto.

Los que con frío cere­bro y sen­ti­mien­tos gra­ní­ti­cos, gene­ran las cri­sis, las gue­rras, los crí­me­nes eco­ló­gi­cos… FMI, Ban­cos de todas las cala­ñas, gru­pos Bil­del­berg, tri­la­te­ra­les, OCDE (orga­ni­za­ción caver­ní­co­la para el desa­rro­llo del escla­vis­mo, que dice Tasio), agen­cias de rating y mafias cri­mi­na­les parejas…

¡A, como me repa­tea esa ale­gría obs­ce­na de la bol­sa, cuan­do los des­al­ma­dos gober­nan­tes legis­lan para estru­jar el estó­ma­go del pueblo!

Es prác­ti­ca­men­te segu­ro que no habrá sufi­cien­te car­bón para ente­rrar a ellos y sus fecho­rías. Jus­ta­men­te las que están con­vir­tien­do el mun­do en un pla­ne­ta inha­bi­ta­ble, ‑una negra navi­dad- y a sus ciu­da­da­nos en esclavos.

Y que sepan los mor­ta­les que mien­tras no los erra­di­que­mos de este mun­do, la huma­ni­dad segui­rá con terri­bles dolo­res de par­to y otras calamidades…

¿Y si nos mete­mos con nues­tros demo­nios más pró­xi­mos? Esos que dicen ser nues­tros repre­sen­tan­tes ‑Zapa­te­ros, Rubal­ca­bas, San­zes, Lope­ces, furias y Barcinas-.

¿Por qué la mara ‑se ve que no se entera‑, les vota una y otra vez con esa iner­cia, que de puro estú­pi­da, asusta…?

¿Tan difí­cil es dar­se cuen­ta de que estos repre­sen­tan­tes son una mafia feti­chi­za­da, que solo rin­den cuen­ta a sí mis­mos, por lo que se corrom­pen con total impunidad?

¿Cómo somos unos ciu­da­da­nos tan imbé­ci­les que les per­mi­ti­mos pagas y pen­sio­nes blin­da­das ‑des­pués de que a noso­tros nos las dejan en el chasis‑, ponien­do una cara de puros e impo­ten­tes merluzos?

Ya pue­den can­tar bien “repan­chi­gaus” lo de la blan­ca navi­dad… Al menos, mien­tras noso­tros, los estú­pi­dos paga­nos, no los enclaus­tre­mos en sus cas­ti­llos con tone­la­das de car­bón… Ya pue­de tra­ba­jar nues­tro Olentzero…

Ya sabía­mos del cinis­mo y mal­dad de toda esta hez de oli­gar­cas y polí­ti­cos que orga­ni­zan el mun­do a su antojo.

Pero hoy el asun­to Wiki­leaks, está des­ta­pan­do muchas letri­nas de los esta­dos. Sabe­mos lo sufi­cien­te para, por ejem­plo, des­nu­dar al PSOE, al ente­ro ser­vi­cio de los intere­ses de EEUU en Espa­ña. Y cono­ce­mos algo, de la sór­di­da labor que arte­ra y sis­te­má­ti­ca­men­te han desa­rro­lla­do estos fal­sos socia­tas, con­tra el pue­blo vas­co. Sobre todo a par­tir de la transición.

Enton­ces sur­ge la alar­ma en los pro­hom­bres de la oli­gar­quía y de la gober­nan­za. “Hay que prohi­bir que cier­tas infor­ma­cio­nes lle­guen al ciudadano.”

¿Pero si serán chu­los e impos­to­res? ¿quien es un ser humano, para prohi­bir a otro el acce­so a la información.?

¿No es aca­so, ya que la pren­sa ofi­cial está pros­ti­tuí­da, una espe­ran­za para el ciu­da­dano, que bien sea a tra­vés de Inter­net, Wiki­leaks , o cual­quier otro cau­ce, pue­da acce­der –irre­nun­cia­ble dere­cho humano‑, al cono­ci­mien­to de los agen­tes que gene­ran la corrupción?

Es la negra Navi­dad don­de los intere­ses de los que mue­ven los hilos de la socie­dad, deci­den que olvi­de­mos, nos ale­gre­mos y cele­bre­mos lo que sea por decreto.

La cosa más inso­li­da­ria Jus­ta­men­te en una épo­ca en que supues­ta­men­te la soli­da­ri­dad debie­ra ser el autén­ti­co motor.

Con­du­ci­dos como borre­gos, hemos per­di­do el norte.

Decía Ella­cu­ría, “Nece­si­ta­mos una civi­li­za­ción de la pobre­za, que el motor no sea acu­mu­lar sino repartir.

Jus­ta­men­te, todo lo con­tra­rio a lo que están pro­po­nien­do y logran­do, ‑mien­tras siga­mos tole­ran­do- el expo­lio de las ren­tas de tra­ba­jo, tie­rras, bie­nes, públi­cos etc., etc. ¡O negra navidad!

Y todo esto, por­que el ciu­da­dano ha per­di­do su auto­es­ti­ma y olvi­da­do sus derechos.

El ciu­da­dano nun­ca debió tole­rar que las gran­des deci­sio­nes de los esta­dos, depen­die­ran del capri­cho de unos gober­nan­tes que han usur­pa­do lo que han con­ver­ti­do en un cota­rro. Es su par­ti­cu­lar patio de moni­po­dio, don­de tra­fi­can con lo divino y humano y sobre todo con el patri­mo­nio ciudadano.

Bien ampa­ra­dos , por supues­to, por un sis­te­ma judi­cial don­de por dama de la jus­ti­cia han debi­do de ins­ta­lar algu­na rame­ra corrompida….

El ciu­da­dano tie­ne que recon­quis­tar el dere­cho, a que des­de su acti­va par­ti­ci­pa­ción, nin­gún gobierno demo­crá­ti­co tome por su cuen­ta nin­gu­na reso­lu­ción al mar­gen de la volun­tad ciudadana.

Mien­tras no lo con­si­ga, muchas negras navi­da­des ten­drá que sopor­tar esta ciu­da­da­nía abso­lu­ta­men­te desnortada.

Tan negras como las de tan­tos jóve­nes vas­cos que por cul­ti­var el sen­ti­mien­to patrió­ti­co vas­co ‑un dere­cho irre­nun­cia­ble, tan digno como el sen­ti­mien­to espa­ñol- los valo­res demo­crá­ti­cos, han de pasar sus navi­da­des negras, en las cár­ce­les negras de la tortura…

Navi­da­des negras, para todos los vas­cos que soña­mos con el esta­do sobe­ra­nos de nava­rra y no hemos con­se­gui­do toda­vía uni­fi­car pro­yec­tos. Sim­ples, pero ele­men­ta­les pro­yec­tos que nos man­ten­gan en pie ante pre­vi­si­bles deba­cles, espa­ño­las o europeas…

Nun­ca he sido un foro­fo, más que por razo­nes sen­ti­men­ta­les o esté­ti­cas, por esa inso­li­da­ri­dad que siem­pre me ha trans­mi­ti­do la bulla yan­qui, con ese meli­fluo tra­sun­to de la blan­ca navidad.

Hoy, con infi­ni­tas razo­nes más, la melo­día de Irving Beling me sabe a sadis­mo inhu­mano. ¡Ay ese estú­pi­do y per­ju­di­cial estu­pi­dis­mo gringo!

La ver­dad, me sien­to más cómo­do con nues­tro car­bo­ne­ro, sin más pre­ten­sio­nes que echar unas risas y con­ten­tar la barri­ga de vez en cuan­do. Lue­go ya habla­re­mos del carbón…

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