Mientras ruidos de descontento se escuchaban sobre un paquete legislativo promovido por el gobierno de Obama que ampliaba las medidas de Bush de cortar impuestos [principalmente para los ricos aunque la clase media pagaba un poco menos también], el presidente Barack Obama sacó de la manga su arma secreta: el ex presidente William Jefferson Clinton.
Clinton ante un despliegue de micrófonos siempre es un espectáculo impresionante de ver porque son pocos los políticos que tienen su mezcla peculiar de inteligencia, afabilidad, encanto sureño y habilidades de actuación.
Es una medida de la política de nuestro país que el sistema haya elegido a un hombre que es prácticamente un clon de Clinton: los dos nacidos de padres pobres y trabajadores; educados en las universidades de élite de la llamada Ivy League; proponentes del globalismo y del neoliberalismo y sirvientes de la clase empresarial.
Al recordar la animosidad y mala sangre que fluía entre los dos bandos durante la campaña electoral preliminar y la integración post-electoral que llegó al enfrascamiento de gente de Clinton en todos los niveles del gobierno de Obama, ¿por qué nos sorprende cuando llama a Bill Clinton a enfrentar una tormenta?
Bill Clinton, tal vez el político más talentoso de su generación, también era el jefe de ventas del TCLAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), el pacto que le asestó un golpe mayor a la misma clase trabajadora que sería suplicada a votar por Hillary Clinton en 2008.
Nos hemos olvidado del casi cómico candidato independiente H. Ross Perot, quien se opuso a Clinton igual que a Bush en las elecciones de ’92 y ’96 con una postura anti- TCLAN. Perot avisó que “¡Si aprueban el TCLAN, lo único que van a escuchar es un tremendo sonido de succión de los empleos y fabricantes en camino a México!” La gente se burló de su entonación tejana, sus grandes orejas y su baja estatura, mientras Bush y Clinton desdeñaron sus argumentos “tontos”.
Ahora estamos viviendo la carnicería post-TCLAN que ha llevado a los dos países a un desastre masivo. Sólo los ricos y los super-ricos se han beneficiado del TCLAN, mientras los trabajadores en Estados Unidos se han adaptado a las nuevas realidades económicas sombrías y muchos trabajadores en México se ven obligados a trabajar en la creciente industria de la droga o migrar al Norte para buscar trabajo en la agricultura o la carpintería.
Entonces fue apropiado que Obama llamara a Clinton, porque el señor que podría vender hielo a los inuit o arena a los sauditas seguramente podría vender al público la perversa propuesta de recortes de impuestos a los billonarios…¿verdad?
Desde el corredor de la muerte, soy Mumia Abu-Jamal.
–© ’10 maj
12 de diciembre de 2010
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México