José María Aznar ha afirmado en León que España está intervenida «de hecho» y aseguró que, tal y como está configurado, el Estado actual no es viable, y «financieramente, absolutamente inviable». Aznar, al mismo tiempo que dijo una verdad, escondió otra, para no contradecirse.
Lo cierto es que España está intervenida, no es soberana y depende del exterior. Ni siquiera tiene autoridad para devaluar la moneda porque no es su competencia, y todo ello gracias al capitalismo salvaje neoliberal, que tanto el PSOE como el PP intentan implantar en el país, sin importarles un pito las dramáticas consecuencias que ese “experimento” ha acarreado en otros lugares del mundo.
Pero el Estado es perfectamente viable expropiando la banca privada y desviando sus recursos (expoliados al pueblo) a una banca pública que conceda préstamos a la pequeña y mediana empresa, es decir, implementando una economía mixta, controlada por incorruptos, como paso previo al socialismo. Llegados a ese punto, Aznar, Felipe González, banqueros y demás, tendrían que exiliarse. De no hacerlo, rendirían cuentas ante un Tribunal popular por delitos de crímenes de guerra y Estado, robo, expolio y estragos.
Los postmodernos de hoy, enemigos del socialismo, difunden que aquel es algo del pasado, un sistema antiguo. A ellos hay que responderles que más antiguo es el capitalismo y ha sido incapaz de erradicar la pobreza, la miseria, el desempleo masivo o la muerte por hambre, algo que hasta el socialismo más revisionista logró en menos de un siglo y sin explotar a terceros países.