Estamos a las puertas de la tercera huelga general convocada por la mayoría sindical vasca en el último año y medio. Estas tres huelgas tienen un denominador común: que no sea la clase trabajadora la que pague la crisis generada por la avaricia sin limites del capital financiero; que con la excusa de la crisis no se recorten más los derechos adquiridos tras décadas de lucha.
Los dos pilares claves del acuerdo “Euskal Herria ezkerretik” son la construcción nacional y la construcción social. Son dos caras de la misma moneda. En la presentación del acuerdo subrayamos la necesidad de dar respuesta firme a las medidas económicas y sociales que pretenden mantener la hegemonía de los mercados menospreciando los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
Una práctica que los actuales Gobiernos de Gasteiz, Iruña y Madrid (apoyado por el PNV) llevan a la práctica y que su última aportación es el aumento de la edad de jubilación a los 67 años de edad que lleva parejo el aumento del número de años que hay que tener cotizados para tener derecho a una pensión.
Esta medida, y ya van unas cuantas, supone un claro retroceso en los derechos sociales y laborales de los trabajadores, y una vez más, recae las consecuencias de la crisis sobre los sectores más desfavorecidos, en especial la juventud, las personas inmigrantes y las mujeres, que están siendo doblemente castigadas por esta crisis.
El Gobierno del Reino de España ha ejecutado al pie de la letra las exigencias más intolerables de los poderes bancarios, que únicamente aspiran a mantener intactos sus insultantes márgenes de beneficio a costa de la ruina colectiva. Es la banca privada quien realmente nos gobierna, la misma que se ha apropiado avariciosamente de los cheques multimillonarios de Zapatero a la vez que nos sustrae unos suculentos intereses mediante la compra de deuda pública estatal.
De esta forma, la banca privada reclama liquidez a la patronal, y la patronal reclama al gobierno español una reforma laboral aplaudida sin pudor por el PSOE y el PNV.
Por ello, consideramos plenamente justificada y apoyamos la huelga convocada para el próximo día 27 por la mayoría sindical vasca.
No cabe duda de que la reforma de las pensiones y su supuesta inviabilidad, no es más que un intento por acabar con el sistema público para privatizar el sistema al que nos oponemos tajantemente.
Lejos de crear empleo y reducir la precariedad laboral, se ha debilitado gravemente la posición de los trabajadores, y los gobiernos les abandonan al albur de los intereses especuladores.
Eusko Alkartasuna, Izquierda abertzale y Alternatiba defendemos la justicia social, y todos estos recortes sociales, suponen también una agresión frontal a nuestra soberanía, y la negación de facto de ese marco propio de relaciones laborales que proclamamos. La ciudadanía vasca padece la imposición de un marco estatal de decisión y diálogo social cuyo modelo es miméticamente trasladado a la CAV y Nafarroa, no respetando la realidad social, política, económica y sindical del conjunto de Euskal Herria.
Reclamamos el derecho que todo el mundo pueda acceder a una pensión digna, y por ello es necesario crear empleo, pero empleo de calidad, a mayor salario, mayor cotización. Que las personas jóvenes y las mujeres puedan incorporarse al mercado laboral, en igualdad de condiciones y oportunidades. La implantación de una fiscalidad progresista y progresiva. Y, como hemos señalado anteriormente, que Euskal Herria tenga capacidad e instrumentos para que decidamos nuestro sistema de pensiones, o sea, un marco propio de decisión.
Todos estos motivos, nos llevan a apoyar inequívocamente la huelga general convocada por la mayoría sindical vasca para el próximo jueves 27 de enero.
Esta Huelga General no responde únicamente a la rabia o al enfado. Es el camino para continuar trabajando por el verdadero cambio. Tenemos que continuar trabajando por otro modelo económico, social y político. Un nuevo modelo en el los ciudadanos y ciudadanas no estemos al servicio de un modelo económico que beneficia a unos pocos, sino que sea la economía la que este al servicio de los intereses populares. Los vascos y vascas tenemos que salir a la calle, movilizarnos para que nuestros derechos sean respetados.