Hace unos días, salía en algunos medios de “información” las declaraciones de Felipe González sobre los “mercados”. El nuevo consejero de Gas Natural afirmaba que los estados no están para correr detrás de los mercados sino que es deber de los estados controlar los mercados.
No tardé mucho en relacionar esta “aparente contradicción” del Señor X (sí, ese mismo, el que se dedica a realizar declaraciones sobre cómo y cuándo pudo volar a las cúpulas de ETA o a algunos de sus voluntarios…ya saben, ahora puede hacer apología del terrorismo), con lo que sucede cada vez que ETA se hace presente con un nuevo comunicado. Las reacciones de gran cantidad de medios, políticos incluso jueces de todos los pelajes, son de una naturaleza difícil de explicar.
Todavía no me desanimo, ya queda poco para que reaparezca, una vez más, la estrella de este gobierno, en primera línea, sacando pecho, el ínclito Rubalcaba, la liebre de Cantabria y ministro de interior, el que más nos gusta. Mientras pregunta el «cómo están ustedes» se frota las manos, hablando en nombre de la sociedad, advierte a la Izquierda Abertzale sobre lo que tiene qué hacer para ser aceptada en el mundo de la democracia. Un tipo que ni se sonroja cuando se publica que el Gobierno de España sabía de las actividades de la CIA por territorio imperial, unos trasladitos de nada a Guantánamo dicen las malas lenguas. La soberbia y la doble moral campan a sus anchas.
A reglón seguido, en un acto social de la patronal CEOE, un ex-ministro de economía llamaba la atención a los patronos y banqueros allí reunidos para “recriminarles” las risas que se estaban echando cuando “supuestamente” los números de la economía de España no acompañaban. Pero lo más alucinante se ha producido con la venida a nuestra querida España del representante Chino para ofrecer al país de la piel de toro, las maravillosas ventajas de aceptar las inversiones del gigante asiático. Tantas condenas a China por la situación del Premio Nobel, Liu Xiaobo, se han debido de evaporar. Es lo que tiene la democracia a la turca, nunca pasa nada.
Todos estos mencionados, son los que nos dan la paliza continuamente de que la violencia no conduce a ningún lado. Claro que, de pronto en pantalla, otra estrella del medio televisivo, alguien que presume de des-dramatizador de problemas; un tipo salado al que un servidor le suele seguir en sus andanzas graciosas pero que, en multitud de ocasiones, parece no encajar los golpes que le propina algún personaje más gracioso que él. Se autodenomina “El follonero” del canal La sexta (el mismo que entrevistó a Arnaldo Otegi, al que le intentó dar clases de ética y moral sobre violencia, ¿recuerdan?) y es tan progre y tan guay que cuando un palestino de Hamas le contesta a la pregunta de qué opina sobre los atentados de Madrid en los trenes, la respuesta del dirigente de Hamas le hace resoplar, fruto de su posible y visible desacuerdo al respecto. Un desacuerdo sustentado en la ética y la moral del personaje entrevistador, incapaz de reflexionar interiormente acerca de la respuesta dada. Su hipocresía y mediocridad de criterio es tan profunda que no acepta, no visualiza que una sociedad que se jacta de elegir a sus dirigentes políticos por medios “democráticos” tiene que ser consecuente y saber, que toda acción tiene una reacción y que los sucios actos que un gobierno “democrático” realiza no suelen caer en el “olvido”.
Pero claro, ese no es el debate, el debate precisamente sobre el papel del Imperio español en otros lugares del mundo y si me dejan, el papel del Estado, el mundillo empresarial, su ejército y su violencia en el ámbito económico y político de España (que le pregunten a los controladores), un planteamiento peligroso ya que nos llevaría otra vez a la cuestión de la violencia en esta realidad que nos ha tocado vivir. No deben de saber que las coyunturas y las situaciones están en contínuo cambio y que las tornas, en multitud de ocasiones, se dan la vuelta. Es entonces cuando muchos se percatan de la chularía con la que actuaron en el pasado
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