Después de la caída del régimen socialista en Albania solo se sabe que el país se ha convertido en un porta aviones de EEUU. Allí están ahora las bases yanquis pero ya nadie tiene ilusiones en la democracia occidental, además las calles se tiñen de sangre de manifestantes ametrallados en las movilizaciones. El cambio democrático que muchos esperaron en el país de las águilas se ha convertido en una nueva pesadilla.
Disparos contra manifestantes, violencia en las calles y miseria para los trabajadores, la propuesta imperialista para la clase trabajadora albanesa es la misma que para el resto de los trabajadores del mundo, paro y miseria, para mayor gloria de las mafias políticas pro occidentales.