Las tres fuerzas políticas se comprometen a trabajar conjuntamente para «abordar la construcción nacional y la transformación social, avanzando decididamente y siempre por vías exclusivamente políticas, en la consecución de una Euskal Herria soberana y solidaria».
El secretario general de EA, Pello Urizar, ha destacado el carácter «estratégico» de este acuerdo, ha subrayado que se trata de una apuesta a largo plazo y que las organizaciones firmantes «se comprometen a perseguir sus fines estrictamente por vías pacíficas y democráticas», lo que incluye «desde lo institucional hasta la desobediencia civil», y siempre «rechazando las expresiones y estrategias violentas», así como «las vulneraciones de todos los derechos humanos».
Por su parte, Jone Goirizelaia ha presentado el acuerdo como «el sujeto social llamado a ser el embrión del cambio político y social en Euskal Herria» y ha abogado por trasladar a todos los ámbitos de la sociedad el «compromiso claro por la paz y la solución democrática», desde «el respeto a todos los derechos y de todas las personas y la legalización de todos los proyectos».
Oskar Matute ha centrado su intervención en desgranar las propuestas socioeconómicas, que buscan conseguir «un modelo justo de reparto de la riqueza como antesala de cambios más estructurales hacia otra ordenación económica».