La actual reforma de las Cajas de Ahorro en general, y de la CAN, en particular, y su conversión acelerada en Bancos supone acabar con los tres principios básicos que las han sustentado: la carencia de ánimo de lucro, su vocación social y la gestión público-social de las mismas. Su carácter chocaba frontalmente con la política económica privatizadora y neoliberal impulsada desde el gobierno del PSOE, en Madrid, y de UPN, en Navarra.
De ser unas entidades sociales asentadas en la captación del ahorro popular y la financiación de necesidades familiares y pequeñas iniciativas empresariales, la actual reforma supone su conversión en negocios bancarios asentados ahora en el ánimo de lucro, la especulación y el pelotazo, al ritmo marcado por el gran capital estatal e internacional.
Lo anterior ha venido precedido de la apuesta de su director E. Goñi y su Presidente M. Sanz, de entrar a fondo en el mercado especulativo de la vivienda y supeditar la actividad de la CAN a la política de UPN y sus megaproyectos cementeros y especulativos: Autovía del Camino, Canal de Navarra, Guendulain, EHN,… Mientras tanto, el staff directivo de la CAN y sus sueldos han crecido sin cesar y Miguel Sanz se ha autopremiado con una retribución a perpetuidad de las de quitar el hipo. Y todo esto ocurría mientras la burbuja inmobiliaria estallaba y fracasaba la insensata política de expansión de la CAN, dejando a ésta en una situación más que delicada.
La participación de la CAN en el proyecto de creación de Banca Cívica y la política de fusiones y privatización consiguiente, lejos de responder a criterios de racionalidad, parecía más bien una carrera en búsqueda de una expansión artificial y de búsqueda acelerada de capital, sin importar para nada su origen: yanqui, europeo,…. El escandaloso suspenso obtenido por la CAN en el pasado test de stress realizado por la Unión Europea y el Banco de España, ha mostrado a las claras el fracaso de ese proyecto impulsado por E. Goñi y Miguel Sanz.
Junto a ello, la aprobación del expediente (ERE) de rescisión de más de mil puestos de trabajo (180 en la CAN) en la recién creada Banca Cívica, ha mostrado una vez más como el Gobierno no duda a la hora de cargar sobre los dineros públicos los gastos derivados de una reestructuración bancaria. Como siempre, los previsibles beneficios derivados de ésta serán para la Banca, pero sus costos los pagaremos los/as contribuyentes.
Por último, el Gobierno del PSOE plantea ahora la posibilidad de “nacionalizar” aquellas Cajas de Ahorro y proyectos bancarios en curso que no superen los límites de liquidez y salud financiera fijados por aquel. Se trata, una vez más, de algo que ya hemos conocido en anteriores procesos de reestructuración (siderúrgica, naval,…): los presupuestos públicos sanearán las Cajas con problemas o en bancarrota y luego éstas serán vendidas a precio de saldo al mejor postor bancario o capital financiero.
Frente a todo este gran fraude, la propuesta de la izquierda abertzale se asienta en las siguientes medidas:
a) El mantenimiento y reforzamiento del carácter público de la CAN y la apuesta por un sistema público de finanzas propio para Nafarroa. Rechazamos por ello su conversión en un banco y a la consiguiente entrada de capital privado en la misma.
b) Mantener y reforzar, hoy más que nunca, el carácter social de la CAN a ífn de que esta impulse la economía social y cooperativa, las economías familiares agropecuarias, las iniciativas de sectores jóvenes, el apoyo a la pequeña empresa,…
c) Conformar, junto con las empresas públicas, un importante Sector Público en Navarra a fin de impulsar medidas económicas y sociales que favorezcan una salida a la crisis favorable a los intereses de las grandes mayorías de nuestro pueblo.
d) Reformar a fondo los Estatutos de la CAN, democratizando y equilibrando la participación de los representantes públicos (Parlamento, Ayuntamientos,..), impositores y grupos sociales (sindicatos, ONGs,..) y articulando mecanismos que garanticen la transparencia y el control de la misma.
e) Reducción drástica de los sueldos de los cargos directivos y supresión de cualquier tipo de cesantía o retribución de carácter vitalicio. Realización de una auditoria de las cuentas de la CAN y exigencia de responsabilidades a los pasados equipos directivos por su irresponsable gestión.
f) Abrir un proceso de relaciones con el resto de Cajas vascas (BBK, Kutxa, Vital) a fin de, preservando lo antes señalado, propiciar un sistema financiero compartido que permita hacer frente mejor a la actual crisis y abra vías a una mayor y más armoniosa integración económica y social del conjunto de Euskal Herria.