Ecuador..seria preo­cu­pa­cion por el uso inde­bi­do de la figu­ra de terrorismo

La Fede­ra­ción Inter­na­cio­nal de Dere­chos Huma­nos (FIDH), la Comi­sión Ecu­mé­ni­ca de Dere­chos Huma­nos (CEDHU), la Fun­da­ción Regio­nal de Ase­so­ría en Dere­chos Huma­nos (INREDH) y el Cen­tro de Dere­chos Eco­nó­mi­cos y Socia­les (CDES) expre­san su preo­cu­pa­ción por la cre­cien­te cri­mi­na­li­za­ción de la pro­tes­ta social de las comu­ni­da­des indí­ge­nas del Ecua­dor movi­li­za­das en la exi­gen­cia de sus dere­chos fren­te a la explo­ta­ción mine­ra a gran esca­la en sus territorios.

En efec­to, lue­go de las mani­fes­ta­cio­nes del 30 de sep­tiem­bre de 2009 en la pro­vin­cia de Moro­na San­tia­go, 7 diri­gen­tes Shuar han sido acu­sa­dos de terro­ris­mo orga­ni­za­do, 3 en cali­dad de auto­res y dete­ni­dos, 4 en cali­dad de encu­bri­do­res sin deten­ción y 4 sobre­seí­dos pro­vi­sio­nal­men­te (absuel­tos). El 1° de febre­ro de 2011, José Aca­cho Gon­zá­lez, Pre­si­den­te de la Fede­ra­ción Inter­pro­vin­cial de Cen­tros Shuar y uno de los indí­ge­nas acu­sa­dos, fue dete­ni­do en un ope­ra­ti­vo con­jun­to del Ejér­ci­to y la Poli­cía Nacio­nal. Ese mis­mo día fue­ron dete­ni­dos tam­bién Pedro Mashiant Cha­mik y Fidel Kani­ras Taish y con­du­ci­dos pri­me­ro a la Coman­dan­cia de la Poli­cía de Macas, lue­go a la cár­cel local y final­men­te, en horas de la tar­de, al penal Gar­cía Moreno en la ciu­dad de Quito.

El obje­to de las pro­tes­tas de sep­tiem­bre 2009 fue el pro­yec­to de Ley de Recur­sos Hídri­cos. Las comu­ni­da­des indí­ge­nas con­si­de­ran que dicho pro­yec­to no pro­te­ge las fuen­tes de agua de los daños que cau­san las acti­vi­da­des indus­tria­les, y que la Ley de Mine­ría no defi­ne de mane­ra pre­ci­sa las pre­cau­cio­nes que deben tomar las empre­sas titu­la­res de con­ce­sio­nes para evi­tar la con­ta­mi­na­ción de las reser­vas de agua.

La FIDH, CEDHU, INREDH y CDES con­si­de­ran que asi­mi­lar a los indí­ge­nas Shuar, movi­li­za­dos en la defen­sa de sus dere­chos, con el «terro­ris­mo» menos­ca­ba gra­ve­men­te los prin­ci­pios inter­na­cio­na­les en mate­ria del dere­cho a la pro­tes­ta y con­tra­vie­ne la defi­ni­ción inter­na­cio­nal de lo que cons­ti­tu­yen actos terroristas.

En ese sen­ti­do resul­ta preo­cu­pan­te la apli­ca­ción del artícu­lo 160.1 del Códi­go efec­tua­da por el Pre­si­den­te de la Cor­te Pro­vin­cial de Moro­na San­tia­go al emi­tir el auto de lla­ma­mien­to a jui­cio. Asi­mi­lar las accio­nes de pro­tes­ta social empren­di­das por el Pue­blo shuar en ejer­ci­cio de su dere­cho a la orga­ni­za­ción, a la liber­tad de aso­cia­ción y de expre­sión garan­ti­za­dos en la Cons­ti­tu­ción Polí­ti­ca del Ecua­dor y en ins­tru­men­tos inter­na­cio­na­les como la Con­ven­ción Ame­ri­ca­na y el Pac­to de Dere­chos Civi­les y Polí­ti­cos, con el deli­to de terro­ris­mo tipi­fi­ca­do en el Art. 160.1 de la legis­la­ción penal, des­vir­túa peli­gro­sa­men­te el mar­co jurí­di­co legal hacia la cri­mi­na­li­za­ción de la pro­tes­ta social. Más aún cuan­do el dere­cho a la resis­ten­cia está ple­na­men­te garan­ti­za­do en la actual Car­ta Polí­ti­ca del Ecuador.

Un acto de pro­tes­ta públi­ca no cons­ti­tu­ye deli­to de terro­ris­mo orga­ni­za­do, por lo tan­to el Esta­do en cum­pli­mien­to de su Cons­ti­tu­ción y obli­ga­cio­nes inter­na­cio­na­les debe absol­ver a los indí­ge­nas dete­ni­dos, sin per­jui­cio de inves­ti­gar de for­ma obje­ti­va e impar­cial la muer­te del pro­fe­sor Bos­co Wisu­ma. Exis­te el jus­to temor de que los indí­ge­nas men­cio­na­dos hayan sido impu­tados en esta cau­sa por el mero hecho de ser diri­gen­tes orga­ni­za­cio­na­les y/​o de haber­se opues­to, a tra­vés de una mani­fes­ta­ción públi­ca, al pro­yec­to de Ley de Recur­sos Hídri­cos incon­sul­to del Gobierno,. Por esta razón, nues­tras orga­ni­za­cio­nes con­de­nan la cri­mi­na­li­za­ción de la pro­tes­ta en el Ecua­dor así como el ape­lar a la jus­ti­cia nacio­nal para aca­llar las deman­das sociales.

Cabe des­ta­car que estos hechos ocu­rren en el mar­co de la imple­men­ta­ción de mega­pro­yec­tos de mine­ría a cie­lo abier­to en terri­to­rios indí­ge­nas por par­te de empre­sas extran­je­ras, la cual, auna­da a la ausen­cia de vigi­lan­cia esta­tal a sus acti­vi­da­des, ha con­tri­bui­do a incre­men­tar la con­flic­ti­vi­dad social y a oca­sio­nar la vul­ne­ra­ción de los dere­chos fun­da­men­ta­les de las comu­ni­da­des. Las pro­tes­tas que se vie­nen desa­rro­llan­do a nivel nacio­nal des­de el 2005 están direc­ta­men­te vin­cu­la­das a la fal­ta de par­ti­ci­pa­ción de las pobla­cio­nes afec­ta­das en la ges­tión ambien­tal, a la ausen­cia de un pro­ce­so de diá­lo­go y de meca­nis­mos de con­sul­ta pre­via e infor­ma­da a la pobla­ción local, y por últi­mo, a la no-apli­ca­ción de la con­sul­ta indí­ge­na garan­ti­za­da por el Con­ve­nio 169 de la OIT y la Constitución.

Asi­mis­mo, la FIDH, la CEDHU, el INREDH y el CDES tam­bién expre­san su preo­cu­pa­ción por el hecho de que pese a las amnis­tías resuel­tas por la Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te en 2008 a favor de las per­so­nas afec­ta­das por inves­ti­ga­cio­nes y pro­ce­sos judi­cia­les enmar­ca­dos en accio­nes de defen­sa de del terri­to­rio y del agua, se con­ti­núe repri­mien­do, dete­nien­do y enjui­cian­do a ciu­da­da­nos com­pro­me­ti­dos con la exi­gi­bi­li­dad de los dere­chos de sus comunidades.

Adi­cio­nal­men­te, recuer­dan que el dere­cho a la con­sul­ta pre­via, libre e infor­ma­da a las comu­ni­da­des y pue­blos indí­ge­nas está con­tem­pla­do en el artícu­lo 57 de la Cons­ti­tu­ción de la Repú­bli­ca del Ecua­dor así como en el artícu­lo 6 del Con­ve­nio 169 de la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal del Tra­ba­jo (OIT), y reite­ran su máxi­ma preo­cu­pa­ción por la vul­ne­ra­ción de dere­chos huma­nos en los con­tex­tos mencionados.

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