Islan­dia, la revo­lu­cion no narra­da en TV

“Si recha­zan el pago de la deu­da, pro­ba­ble­men­te ten­dre­mos que reba­jar la cali­fi­ca­ción de Islan­dia a Ba1 o menos.” -Comu­ni­ca­do de la agen­cia Moody’s-

Las revo­lu­cio­nes son siem­pre muy foto­gé­ni­cas, y aho­ra inclu­so se retrans­mi­ten en direc­to. Ahí tene­mos el caso de Egip­to, cuya lucha con­tra Muba­rak hemos vis­to en tiem­po real, con dece­nas de corres­pon­sa­les sobre el terreno; y lo mis­mo pasa­ría en Libia si Gada­fi per­mi­tie­ra la entra­da de periodistas.

Pero las revo­lu­cio­nes que­dan bien en la tele si son vio­len­tas. Si no hay mani­fes­ta­cio­nes tumul­tuo­sas, barri­ca­das ardien­do, pedra­das y gen­te con la cabe­za abier­ta, no hay mucho que ver. Debe de ser por eso que no tene­mos corres­pon­sa­les en Islan­dia, y has­ta aho­ra nin­gún tele­dia­rio ha conec­ta­do en direc­to con las calles de Reikia­vik, ni en los perió­di­cos hay info­gra­fías dia­rias sobre este peque­ño país del nor­te de Europa.

Decir “revo­lu­ción pací­fi­ca” sue­na a oxí­mo­ron, y muchos dirán que no es posi­ble, que es otra cosa. Pero los islan­de­ses están pro­ta­go­ni­zan­do lo más pare­ci­do a una revo­lu­ción que hemos vis­to en esta par­te del mun­do en mucho tiem­po, y por aquí ape­nas nos hemos ente­ra­do. Segu­ra­men­te por­que las mediá­ti­cas revuel­tas ára­bes no tie­nen ries­go de con­ta­gio en Euro­pa, mien­tras que la movi­li­za­ción islan­de­sa pue­de dar­nos ideas peligrosas.

Des­pués de que la eco­no­mía de Islan­dia, la niña boni­ta del neo­li­be­ra­lis­mo, se hun­die­se en 2008, con ban­cos que­bra­dos y una deu­da inasu­mi­ble, los poco más de 300.000 habi­tan­tes de esta isla nór­di­ca salie­ron a la calle y la lia­ron. Y no han para­do has­ta hoy.

Entre otras cosas han con­se­gui­do que el gobierno dimi­ta, nacio­na­li­zar la ban­ca, per­se­guir penal­men­te a los ban­que­ros res­pon­sa­bles, recha­zar en refe­rén­dum el pago de la deu­da ban­ca­ria, y aho­ra par­ti­ci­pan en la ela­bo­ra­ción de una nue­va cons­ti­tu­ción más demo­crá­ti­ca y social. Por si fue­ra poco, han apro­ba­do una ini­cia­ti­va para con­ver­tir el país en un refu­gio inter­na­cio­nal para la liber­tad de pren­sa, don­de el pró­xi­mo Julian Assan­ge pue­da tra­ba­jar sin que lo encar­ce­len ni le cie­rren la web.

Sí, es ver­dad que Espa­ña e Islan­dia no tie­nen mucho en común. Es un país peque­ño, ais­la­do, con pecu­lia­ri­da­des eco­nó­mi­cas. Pero des­pués de tan­to decir­nos que no somos Gre­cia ni Irlan­da, a uno le entran ganas de ser Islan­dia un ratito.

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