Patriar­ca­do y fun­da­men­ta­lis­mo, dos caras de la mis­ma mone­da – IPS

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Aun­que en Occi­den­te se tien­de a iden­ti­fi­car al fun­da­men­ta­lis­mo con el inte­gris­mo islá­mi­co, el fenó­meno en reali­dad está pre­sen­te en todas las regio­nes y en todas las reli­gio­nes, con carac­te­rís­ti­cas comunes.

Para lla­mar la aten­ción sobre el pro­ble­ma y cómo éste afec­ta en par­ti­cu­lar a las muje­res de todo el pla­ne­ta, la Aso­cia­ción para los Dere­chos de la Mujer y el Desa­rro­llo (AWID) lan­zó un nue­vo infor­me esta sema­na en el mar­co de la reu­nión anual de la Comi­sión sobre el Esta­tus de las Muje­res, que se cele­bra en Nue­va York. El infor­me se titu­la «Hacia un futu­ro sin fundamentalismos».

Siguien­do un ante­rior inves­ti­ga­ción de AWID, el infor­me seña­la que los movi­mien­tos fun­da­men­ta­lis­tas tien­den a ser into­le­ran­tes y patriar­ca­les, opues­tos a los intere­ses de las muje­res y con dis­cur­sos basa­dos en absolutos.

Sai­ra Zube­ri, coor­di­na­do­ra de la ini­cia­ti­va Resis­tien­do y Desa­fian­do a los Fun­da­men­ta­lis­mos Reli­gio­sos, crea­da en 2007, seña­ló que el fenó­meno se mues­tra en «movi­mien­tos muy com­ple­jos y sofis­ti­ca­dos». Aun­que pue­dan hacer énfa­sis en temas dife­ren­tes, ambos pro­cu­ran el con­trol social. Por ejem­plo, en el ámbi­to de las muje­res, mien­tras los fun­da­men­ta­lis­tas cris­tia­nos se con­cen­tran en los dere­chos repro­duc­ti­vos, los islá­mi­cos pres­tan más aten­ción a pro­mo­ver una ves­ti­men­ta «modes­ta». Y para lograr sus metas, los fun­da­men­ta­lis­tas son opor­tu­nis­tas, bus­can­do alian­zas don­de pue­dan encon­trar­las, sin impor­tar si hay ple­na coin­ci­den­cia ideológica.

Según María Con­sue­lo Mejía, direc­to­ra de la orga­ni­za­ción no guber­na­men­tal Cató­li­cas por el Dere­cho a Deci­dir (CDD), Méxi­co es esce­na­rio de esa situa­ción. «En Méxi­co hoy el prag­ma­tis­mo polí­ti­co es todo. No hay ideo­lo­gía, no hay prin­ci­pios… por­que esta­mos fren­te a un pro­ce­so pre-elec­to­ral», dijo a IPS. El opo­si­tor Par­ti­do Revo­lu­cio­na­rio Ins­ti­tu­cio­nal «hace alian­zas con la Igle­sia Cató­li­ca, pero no se supo­ne que deban hacer alian­zas con la igle­sia, mien­tras que el PAN (gober­nan­te Par­ti­do de Acción Nacio­nal) for­ja alian­zas con el PRD (Par­ti­do de la Revo­lu­ción Demo­crá­ti­ca)», seña­ló. «Y eso es muy dañino para nosotras».

Fun­da­do en 1994, el gru­po CDD defien­de el dere­cho de las muje­res a deci­dir sobre su sexua­li­dad y repro­duc­ción, y pro­mue­ve la sepa­ra­ción de la igle­sia y el Estado.

La orga­ni­za­ción reali­zó una inves­ti­ga­ción entre 2003 y 2005 en cua­tro paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos (Boli­via, Bra­sil, Colom­bia y Méxi­co), y con­clu­yó que alre­de­dor de 60 por cien­to de sus pobla­cio­nes cató­li­cas acep­ta­ban el dere­cho de las muje­res a abor­tar en cir­cuns­tan­cias par­ti­cu­la­res. CDD tam­bién indi­có que «al menos 70 por cien­to de la pobla­ción cató­li­ca en Méxi­co no sigue las ense­ñan­zas de la Igle­sia» y usa anti­con­cep­ti­vos, prac­ti­ca abor­to y desea edu­ca­ción sexual en sus escue­las. «Noven­ta y nue­ve por cien­to no quie­ren que la Igle­sia Cató­li­ca influen­cie las polí­ti­cas públicas».

Una orga­ni­za­ción simi­lar es Cató­li­cas por el Dere­cho a Deci­dir, for­ma­da en Esta­dos Uni­dos en 1973 bajo el prin­ci­pio de que las creen­cias reli­gio­sas no deben coar­tar el dere­cho de las per­so­nas a tomar deci­sio­nes libres sobre su salud reproductiva.

El movi­mien­to es tam­bién muy acti­vo en Esta­dos Uni­dos. La sema­na pasa­da, legis­la­do­res con­ser­va­do­res del opo­si­tor Par­ti­do Repu­bli­cano pro­mo­vie­ron en la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes del Con­gre­so una reduc­ción de los fon­dos para el gru­po Plan­ned Parenthood (Pater­ni­dad Pla­ni­fi­ca­da), uno de los mayo­res pro­vee­do­res de salud repro­duc­ti­va para muje­res pobres en ese país. El argu­men­to era que rea­li­za­ban abortos.

Mejía seña­ló que muchos de estos repu­bli­ca­nos anti­abor­tis­tas eran cris­tia­nos fun­da­men­ta­lis­tas, y apun­tó una apa­ren­te con­tra­dic­ción entre los resul­ta­dos de las encues­tas y la influen­cia polí­ti­ca de estos movi­mien­tos «pro-vida».

Por lo gene­ral suce­de que «las muje­res que tie­nen un abor­to no están dis­pues­tas a apo­yar un gobierno a favor de los dere­chos de las muje­res», dijo a IPS. Esto se debe que el abor­to que han prac­ti­ca­do tie­ne que ver con «resol­ver sus pro­pios pro­ble­mas, y real­men­te creen que lo que están hacien­do está mal». «Por otro lado, el mal lla­ma­do movi­mien­to ‘pro-vida’ tie­ne muchas otras for­mas y muchas otras cau­sas para uni­fi­car­se», seña­ló. «Y tie­nen mucho dine­ro y gen­te en pues­tos clave».

Mejía tam­bién sub­ra­yó que la mayor par­te de la pobla­ción mexi­ca­na tie­ne mie­do, y por eso no expre­sa abier­ta­men­te su opi­nión. La ciu­dad de Méxi­co es el úni­co lugar del país en que las muje­res pue­den abor­tar con más de 12 sema­nas de emba­ra­zo. «El patriar­ca­do es real­men­te un fac­tor, una razón muy impor­tan­te detrás del fun­da­men­ta­lis­mo», expli­có. «Rom­per el patriar­ca­do es un pro­ble­ma, por­que sig­ni­fi­ca rom­per con todo el sis­te­ma de fun­cio­na­mien­to de nues­tra socie­dad». Por tan­to, «la auto­no­mía de las muje­res está rom­pien­do una moral de domi­na­ción y toda la for­ma de ope­rar de una sociedad».

Lydia Alpi­zar, direc­to­ra eje­cu­ti­va de AWID, seña­ló que «las mue­res tam­bién pue­den ser fun­da­men­ta­lis­tas, y hay muchas muje­res fun­da­men­ta­lis­tas que están en con­tra de la auto­no­mía de la mujer, con­tra los dere­chos repro­duc­ti­vos y con­tra la edu­ca­ción sexual».

El infor­me de AWID dedi­ca su últi­ma y más impor­tan­te par­te a estra­te­gias femi­nis­tas de resis­ten­cia, sub­ra­yan­do la impor­tan­cia de «recla­mar una visión femi­nis­ta de la reli­gión y de la fami­lia». «Por mucho tiem­po, aque­llos como noso­tros que tra­ba­ja­mos por los dere­chos huma­nos de las muje­res no hemos tra­ba­ja­do real­men­te en temas de reli­gión, y sos­pe­cho que esto tie­ne que ver con nues­tro de deseo de pre­sen­tar­nos como secu­la­res», dijo la acti­vis­ta femi­nis­ta india Pra­ma­da Menon, cita­da en el informe.

Las acti­vis­tas aho­ra reco­no­cen la impor­tan­cia de dia­lo­gar y deba­tir con los fun­da­men­ta­lis­tas religiosos.

Cleo Fate­rih­chi.

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