Una mere­ci­da visi­ta – Jesús Valencia

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El 27 de diciem­bre del 2010, tuvo lugar en Iru­ñea una muy pin­to­res­ca y nada fre­cuen­te com­pa­re­cen­cia. Olen­tze­ro y los tres Reyes Magos se habían reu­ni­do en asam­blea y habían lle­ga­do a un acuer­do: visi­ta­rían al arzo­bis­po para hacer­le entre­ga de un mere­ci­do saco de car­bón. Con la pro­ver­bial pun­tua­li­dad que los carac­te­ri­za, acu­die­ron a esta inusual cita del 1 de enero. Cuan­do todas las mesas de Año Nue­vo se iban aden­tran­do en los turro­nes, los Cua­tro Mag­ní­fi­cos depo­si­ta­ron su temi­do zaku­to en las puer­tas del Arzo­bis­pa­do. Diga­mos, en honor a la ver­dad, que no esta­ban solos; les acom­pa­ña­ban ‑pan­car­ta en ris­tre- unas tres­cien­tas per­so­nas de la Pla­ta­for­ma en Defen­sa del Patri­mo­nio Nava­rro. El hecho ‑por ocu­rren­te y curio­so- mere­ció un amplio eco en los medios de comu­ni­ca­ción; aun­que nin­guno de ellos pudo reco­ger las impre­sio­nes del repren­di­do monseñor.

La refe­ri­da pla­ta­for­ma se ha demos­tra­do cor­ta en años y lar­ga en empe­ños. Qui­so la casua­li­dad que a comien­zos del 2007 se des­cu­brie­ra una bien ocul­ta­da «des­amor­ti­za­ción»; en este caso, era el Arzo­bis­pa­do de Iru­ñea quien esta­ba aca­pa­ran­do a des­ta­jo bie­nes que no eran de su pro­pie­dad. Ampa­ra­da en el art. 206 de una vie­ja Ley Hipo­te­ca­ria apro­ba­da en 1946, la Curia nava­rra esta­ba inma­tri­cu­lan­do median­te el pago de cáno­nes irri­so­rios pro­pie­da­des que nun­ca habían sido suyas. Si mal no recuer­do, fue en abril de aquel 2007 cuan­do sal­tó la noti­cia a los medios de comu­ni­ca­ción. La alar­ma se exten­dió por tie­rras nava­rras como chis­pa por ras­tro­jo. Fue­ron muchos los ciu­da­da­nos e ins­ti­tu­cio­nes que, vis­to lo vis­to, pusie­ron sus bar­bas a buen recau­do pues no esta­ban por la labor de poner­las a remo­jar. Rápi­da­men­te se con­for­mó la Pla­ta­for­ma en Defen­sa del Patri­mo­nio Nava­rro. No había con­clui­do aquel año cuan­do se cons­ti­tu­yó asam­blea­ria­men­te una Comi­sión Muni­ci­pa­lis­ta al efec­to; si a comien­zos de 2008 eran ya 55 los ayun­ta­mien­tos y con­ce­jos que inten­ta­ban pro­te­ger­se de la saga­ci­dad arzo­bis­pal, a fecha de hoy son 122 los que han adop­ta­do medi­das para pro­te­ger los bie­nes comunales.

Han trans­cu­rri­do cua­tro años y la defen­sa del patri­mo­nio ha pro­vo­ca­do una pol­va­re­da. Pasa­ré por alto ter­tu­lias infor­ma­les en las que, has­ta los inter­lo­cu­to­res más reac­cio­na­rios, expre­sa­ban su des­acuer­do con los ecle­siás­ti­cos. Los par­ti­dos par­la­men­ta­rios ‑a reque­ri­mien­to de la pla­ta­for­ma- han teni­do algu­nos posi­cio­na­mien­tos toda­vía esca­sos. La pren­sa, en nume­ro­sas oca­sio­nes, se ha hecho eco del asun­to; has­ta plu­mas grue­sas de la car­cun­dia, como Olla­rra, se han lan­za­do al rue­do. Se cele­bra­ron públi­cos deba­tes en la Uda­ko Esko­la Uni­ber­tsi­ta­tea y en otros cen­tros socia­les. La incan­sa­ble pla­ta­for­ma ha dado char­las, publi­ca­do libros, abier­to pági­nas web… una acti­vi­dad per­ma­nen­te y tenaz que se corres­pon­de con la gra­ve­dad del caso.

Los tres Reyes Magos y Olen­tze­ro no anda­ban des­ca­mi­na­dos. Deben de cono­cer muy bien las bron­cas que ha gene­ra­do el asun­to a lo lar­go del 2010: Arro­niz, Otxa­ga­bia, Nazar, Lum­bier, Aye­gi, Gari­so­ain, Azko­na, Cas­can­te… Méri­tos más que sobra­dos para que el arzo­bis­po Fran­cis­co reci­bie­ra el zaku­to de car­bón mien­tras dige­ría el gorri­ni­llo asa­do de Año Nuevo.

Fuen­te: Gara

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