La izquierda abertzale felicita a todas aquellas personas y colectivos populares que están impulsando dinámicas destinadas a erradicar la práctica de la Tortura. En concreto, la izquierda abertzale hace un llamamiento a la ciudadanía para que participe en el FORO CIVICO CONTRA LA TORTURA, organizado en los cines Golem de Iruñea los días 25 y 26 de marzo; así como en la MANIFESTACIÓN convocada por personas que han sido torturadas y que partirá a las 12 horas del mediodía del domingo 27 de marzo de la Estación de Autobuses de Iruñea.
La tortura es una práctica que atenta gravemente contra la integridad física y psíquica de las personas. La tortura es una práctica execrable en cualquier lugar del mundo, en cualquier momento político, contra cualquier persona. La práctica de la tortura por parte de funcionarios del Estado Español contra militantes independentistas vascos es una realidad hoy, en la Euskal Herria del siglo XXI. En este país nuestro, a los pasos que está dando la izquierda abertzale por posibilitar un proceso de solución democrática del conflicto político, el Estado español está respondiendo reafirmando su apuesta por la represión, represión que alcanza sus tintes más dramáticos en el uso cada vez más sistemático y salvaje de la tortura contra las personas detenidas por su militancia independentista.
La práctica de la tortura es un problema eminentemente político. Los funcionarios del Estado torturan para conseguir objetivos políticos. Y torturan amparados en una legislación de excepción que permite que a todas las personas detenidas por su militancia política se les aplique un régimen de incomunicación que les imposibilita de forma absoluta la defensa y el ejercicio de sus derechos fundamentales. Por eso, porque la práctica de la tortura no sería posible sin la existencia de esta legislación de excepción que ampara la incomunicación, entendemos que la verdadera responsable de la tortura es la clase política que aprueba las leyes que permiten su existencia. Por eso también, es a la clase política a la que hay que interpelar de cara a que tome las decisiones necesarias y apruebe las leyes necesarias para que sea imposible la práctica de la tortura.
De ahí que sea no solamente pertinente sino absolutamente imprescindible que en las instituciones políticas y en concreto en el Parlamento de Navarra se planteen iniciativas destinadas a erradicar la tortura. La clase política Navarra, el Parlamento de Navarra, no puede hacer oídos sordos a los escalofriantes testimonios que ciudadanos y ciudadanas navarras han hecho públicos tras ser detenidas en régimen de incomunicación. El Parlamento de Navarra debería investigar lo sucedido, exigir la depuración de todas las responsabilidades y, sobre todo, el Parlamento de Navarra debería promover un cambio en la legislación que al permitir la incomunicación ampara la práctica de la tortura. Si la clase política Navarra no es capaz de asumir esta que es su responsabilidad, será la propia ciudadanía la que le ponga en su sitio e impulse los cambios necesarios para acabar con esta lacra más propia de la Edad Media que del siglo XXI.
En Iruñea, a 23 de marzo de 2011