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La preeminencia real de la mujer en la sociedad iraquí dio comienzo durante las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado gracias a la educación y a los gobiernos seculares iraquíes. Tres leyes fundamentales como la Ley de Erradicación del Analfabetismo de 1971, la Ley de la Educación Libre de 1974, que se aplicaba a todos los niveles, incluida la educación superior, y la Ley de Educación Obligatoria de 1978 junto con otras leyes de apoyo, empujaron a la mujer iraquí a exigir sus derechos económicos, civiles y políticos. Durante dos décadas, la situación de la mujer en Iraq fue líder respecto a los países de la región. El analfabetismo de la mujer descendió de un 91% en 1957 hasta un 12% en 1990. Durante la década de 1990, el número de profesoras universitarias e investigadoras constituía más del 30% del número total de profesores e investigadores en la Universidad. En la década de 1980 ya el 67% del profesorado de educación primaria, secundaria y preuniversitaria en todo el país eran mujeres.
La legislación relativa a la igualdad de la mujer en Iraq se reflejaba ya en el artículo 19 de la Constitución de 1970, que establece que todos los ciudadanos son iguales ante la ley con independencia del género, filiación, lengua, origen social o religión.
Al final de la guerra irano-iraquí, la mujer iraquí acaparó el 47 % de los puestos ministeriales y de las oficinas de gobierno y el 12% de los puestos con responsabilidades decisorias.