Según últimas investigaciones, se ha demostrado que Lenin y Sverdlov nada tuvieron que ver con el fusilamiento del zar, sino que fue una cuestión decidida única y exclusivamente por el soviet del Ural y sin el consentimiento de los líderes bolche- viques. La revista húngara (comunista) «A mi idönk» afirma que Lenin no sólo no firmó la condena ‑lo que hubiera sido «popular» en el fragor de la época‑, sino que hizo todo lo posible para garantizar la seguridad de la familia imperial. Lenin quería que el zar fuera juzgado (no fusilado).
No hace mucho los herederos de los Romanov (una dinastía que se inicia en 1613 y cuenta con Pedro el Grande, pero no Iván el Terrible, que es anterior) reiniciaron un juicio para que el zar y los suyos sean reconocidos como víctimas de la represión comunista.
Durante el juicio se han usado los últimos documentos encontrados, que aclaran varias cosas. Primero, que los restos que se atribuían al zar y su familia son efectivamente de ellos, pero también que la dirección del partido bolchevique no tuvo nada que ver con el fusilamiento. Lenin hizo todo lo que pudo para evitar la ejecución del zar. Encargó a Vasili Yakolev que cuidara de la familia e incluso tenía un permiso para disparar contra lo que entendiera que hacía peligrar su misión, es decir, que la familia real no sufriera ningún daño.
Pero el soviet del Ural, ya se ha dicho, actuó por su cuenta ignorando las directrices del Soviet Supremo. Fue quien decidió ejecutar a la familia real y al propio Yakolev. Así se las gastaban en aquellos tiempos tumultuosos y revolucionarios.
En las conversaciones entre el presidente del soviet del Ural, Bieloborodov, y Lenin, el primero exige la ejecución del zar mientras que Lenin ‑a quien la historiografía burguesa le pinta estando todo el día sentado en su despacho firmando decretos y, acaso, ¿sentencias de muerte?- le recomienda todo lo contrario. Sverdlov recibió a una comisión del soviet del Ural para decirles que «el poder central no autoriza la ejecución».
Temiendo por la seguridad del zar y su familia, el gobierno soviético decidió trasladar a la familia a Moscú. Según la revista mencionada, eso aceleró los acontecimientos. El 12 de julio de 1918 el soviet del Ural decidió el ajusticiamiento del zar y de su familia sin informar a Lenin. Cuatro días después informaron y el fusilamiento se produjo al día siguiente.
Durante las investigaciones se ha encontrado en los archivos una lista que contiene los nombres de los participantes en el fusilamiento. Siempre se pensó que entre los que ejecutaron al zar se encontraban soldados letones por la conocida labor de la guardia letona en la revolución de 1917. Pero los documentos encontrados muestran que los supuestos letones que participaron en realidad eran húngaros, al menos eso se desprende de sus nombres.
No faltará quien acuse a Lenin de «blando».
Fuente: Gara