Como no podía ser de otra forma, siguiendo el ejemplo del genocida José María Aznar, el presidente José Luís Rodríguez Zapatero ha optado por la muerte, la mentira y la sangre inocente, al lado de Sarkozy y Cameron, para atacar a Libia e impedir (esa es la falacia) la muerte de inocentes.
Con la negativa de Alemania y las abstenciones de China y Rusia, los amos de la energía sucia han dado luz verde a una nueva oleada de violencia en un país árabe… con enormes reservas de petróleo. Mi compañero en estas lides, JM Álvarez ya lo denunció hace unas horas, señalando que “ahora sí vamos a ver bombardeo aéreos masacrando civiles”.
En lo único que disiento de esta certera deducción, es en la ausencia del negativo. Creo sinceramente que los medios NO grabarán los errores de los “buenos”. Nos hurtarán la visión de esos crímenes, como lo hicieron con Irak, como lo vienen haciendo en Afganistán y en Colombia.
Las únicas víctimas que veremos serán las de los fieles a Gadafi, porque cuando mueran niños, mujeres y ancianos, habremos de esperar a que un soldado valiente, pero avergonzado, entregue a Wikileaks, Kaos o Rebelión, imágenes de esas muerte.
No creo que entre los mercenarios de Chacón y Zapatero haya Bradleys Mannings, sino mucho macarra con ínfulas de Rambo.
¿Es esa la lección aprendida del genocidio en Irak? ¿Acaso las Naciones Unidas se han puesto de acuerdo para emular los crímenes de George W.Bush?
¿Es que nadie es capaz de viajar a Trípoli, como propusieron los países del ALBA y el presidente venezolano Hugo Chávez, con el noble propósito de impedir una guerra civil?
¿Por qué los medios de difusión no denuncian que los USA, Gran Bretaña, Francia y España, tan solo anhelan el expolio del petróleo que encierra aquel territorio?
Desde estas líneas, presidente Rodríguez Zapatero, aplaudo que se haya quitado al fin el colgajo que le sobraba de su disfraz de progresista, permitiendo que su España de tortura y pandereta colabore, no a impedir que Gadafi siga matando rebeldes, sino a que mueran ciudadanos inocentes, bombardeados por los aviones de la OTAN.
Usted miente cuando declara que se trata de evitar crímenes, sino de que los muertos caigan del lado de los “malos”, que son, porque así lo ha decidido el lobby petrolero mundial, los que no levantan la voz contra un dictador. Responda, si puede a estas sencillas preguntas:
¿Por qué usted y Naciones Unidas callaron cuando se asesinaba a cientos de miles de civiles en Irak?
¿Por qué usted, presidente Rodríguez Zapatero, apoya los crímenes que el ejército USA comete en Afganistán?
¿Por qué Naciones Unidas no hizo lo propio en la Colombia masacrada por Álvaro Uribe (y hoy por Juan Manuel Santos?, donde miles de víctimas civiles yacen en fosas comunes, aún por descubrir?
¿Por qué usted, presidente socialista, sigue mirando a otro lado, mientras el rey de Marruecos, tan dictador o más que Gadafi, continúa lacerando a sus ciudadanos y al pueblo saharaui?
¿Por qué Gadafi debe ser eliminado y los emires de Kuwait y príncipes de Arabia Saudita, con regímenes tan crueles como el libio, no son atacados, ni controlados sus crímenes?
Yo se lo diré una vez más, unido a las miles de voces que hoy llaman HIPÓCRITAS a los países que consienten la acción armada antes que el diálogo:
PORQUE USTEDES ÚNICAMENTE QUIEREN ROBAR LA RIQUEZA DEL PUEBLO AL QUE DICEN DEFENDER. PORQUE SU DOBLE MORAL ES INDECENTE. PORQUE USTED SERÁ CÓMPLICE DE LAS MUERTES QUE SE PRODUZCAN EN LIBIA, A PARTIR DE HOY MISMO.
Hoy es día de fiesta en EXON, BRITISH PETROLEUM, TOTAL y REPSOL. Más oro negro para esquilmar a los pueblos del tercer mundo. ¿Será Venezuela el próximo país a invadir? ¿No está Obama preparando a la insurgencia escuálida, para que el Consejo de Inseguridad de Naciones Unidas consienta la invasión en aquel territorio? ¿Saldremos así de la crisis, señorAZNARTERO?
Al término de una manifestación contra la invasión de Irak, cuando el vallisoletano que le precedió en el cargo presidía el régimen, el realizador Pedro Almodóvar gritó ante el micrófono: “¡Asesinos¡”.
Hoy, el director enmudece y usted emprende la senda del crimen, o mejor dicho, del daño colateral, para que cuando mueran violentamente niños, mujeres y ancianos, el mundo lo ignore, mientras su televisión glorificará la probable detención y ulterior ejecución de Gadafi, disculpando el ametrallamiento de un cámara de Tele Cinco, por un mercenario yanqui, para que Trinidad Jiménez ponga cara de resignación ante la pantalla; más tarde, en petit comité, la canciller lucirá su espléndida sonrisa, al lado de sus compadres y comadres, brindando con una frase: “¡Salud, compañeros y compañeras: Ya tenemos la cuota de petróleo que nos prometió Obama”.
Brinde con champán, señor Rodríguez Zapatero, que ya tendrá años por delante para reír, disfrutar de su pensión millonaria, pero también para lamentar su miseria, su mediocridad, su cobardía.
Ha demostrado con creces que entre usted y Aznar hay tanta diferencia como la que existe entre un kilómetro y novecientos noventa y nueve metros.
PD.- Mi enhorabuena a algunos colegas que aún se declaran izquierdistas, cuya honestidad y compromiso con la democracia quedaba fuera de toda duda, tras la lectura de sus incendiarios artículos satanizando a Gadafi.
No hacía falta ni tanto, ni tan calvo.
No necesitaban unirse al carro del denuesto y la protesta, como el toro que sigue al cabestro.
Existían otras estrategias para, sin dejar de ser un ciudadano honrado, combatir la dictadura del coronel con otros argumentos; por ejemplo, recordando al primer mundo neo liberal que otros regímenes (sin petróleo, claro) llevan decenios matando a sus ciudadanos.
Son las dictaduras que se les quedaron en el tintero, sospechosamente, a estos despistados compañeros.
Con sus artículos sobre el conflicto libio, echaron la suficiente leña al fuego, como para que hoy la OTAN disponga de bula para que Gadafi se convierta en el próximo Sadam, alegando además: La izquierda nos ha apoyado. Cojonudo.
En mi prelación de dictadores, Gadafi estaba en la cola. En la agenda de los genocidas, ladrones de petróleo y fascistas varios, era el primero, seguido de Chávez. ¿Qué cara pondrá esa impoluta izquierda cuando Caracas sea bombardeada?