Entre­la­za­mos los acon­te­ci­mien­tos para des­en­re­dar la his­to­ria – Ricar­do Salgado

Qui­zá una de las cosas más terri­bles que le pue­de suce­der a un pue­blo es pade­cer de memo­ria cor­ta; los impe­rios a lo lar­go de la his­to­ria han sobre­vi­vi­do de las memo­rias cor­tas y la inca­pa­ci­dad de apro­ve­char las lec­cio­nes his­tó­ri­cas de otros pue­blos. Muchos inves­ti­ga­do­res se incli­nan por creer que esta es una mecá­ni­ca con­sus­tan­cial a las socie­da­des, en la que hay pue­blos más aptos que otros para adap­tar­se y apro­ve­char las coyun­tu­ras que se les pre­sen­tan. De este sis­te­ma de pen­sa­mien­tos sur­gen este­reo­ti­pos implan­ta­dos en las men­tes de muchas gene­ra­cio­nes como: «los pobres siem­pre han exis­ti­do y siem­pre exis­ti­rán”, «la pobre­za no se pue­de erra­di­car por­que es par­te de la natu­ra­le­za huma­na”, «el ser humano es egoís­ta al nacer, está en su espí­ri­tu acu­mu­lar riquezas”.

Pare­ce que los hon­du­re­ños pade­ce­mos una extra­ña amne­sia, y tene­mos difi­cul­ta­des para entre­la­zar los acon­te­ci­mien­tos de tal for­ma que poda­mos inter­pre­tar lo que suce­de como con­se­cuen­cia de hechos pre­vios. Obvia­men­te, un colec­ti­vo que opta por igno­rar la inter­co­ne­xión entre acon­te­ci­mien­tos, pier­de de vis­ta la natu­ra­le­za mis­ma de las cosas, por lo que tien­de a ser reite­ra­ti­vo en la comi­sión de erro­res que a la lar­ga bene­fi­cian a los que han impues­to una estruc­tu­ra de pen­sa­mien­to «inmu­ne” al pen­sar. Cla­ro, es más cómo­do que otros nos digan que hacer, que somos, de dón­de veni­mos, que es lo mejor para nosotros.

No han pasa­do ni dos años del gol­pe de Esta­do de junio de 2009, y el hecho más funes­to de los últi­mos 30 años que­da dor­mi­do en la memo­ria de unos pocos, mien­tras nos vamos sal­tan­do de vagón en vagón den­tro de un tren de ideas con­fec­cio­na­do por el impe­rio a modo de que nun­ca recor­de­mos el carro ante­rior. Por eso es nece­sa­rio que haga­mos un esfuer­zo para enten­der el con­tex­to de nues­tra reali­dad a par­tir de agos­to de 2008. Muchas cosas que se dan por sen­ta­das, y que muchos pre­fe­ri­mos dese­char por estar «sufi­cien­te­men­te dis­cu­ti­das”, adquie­ren vigen­cia una y otra vez, sin que nos per­ca­te­mos de su impor­tan­cia para el desa­rro­llo futu­ro de nues­tras luchas.

A muchas per­so­nas se les ha ocu­rri­do que el gol­pe de Esta­do es «agua deba­jo del puen­te” y que es mejor olvi­dar y dar rien­da suel­ta a nue­vos y exci­tan­tes momen­tos, has­ta que el cúmu­lo de aven­tu­ras nos lle­ve a encon­trar­nos con la for­tu­na de una socie­dad mejor. Otros habla­ron sobre la opción de lle­var las ten­sio­nes a su nivel máxi­mo, para bus­car el dia­lo­go en con­di­cio­nes apro­pia­das. Otros se metie­ron de lleno en la idea de sol­ven­tar lo ante­rior par­ti­ci­pan­do en el jue­go de los mis­mos oli­gar­cas que per­pe­tra­ron el deli­to. La idea de refun­dar el país a par­tir de una por­ción de la pobla­ción pare­ce un gran ejer­ci­cio demo­crá­ti­co, pero no la solu­ción de los pro­ble­mas. La his­to­ria nos está demos­tran­do que todos estos hechos y todas estas arti­cu­la­cio­nes de pen­sa­mien­to están intrín­se­ca­men­te vin­cu­la­dos, y que la for­ma en que inter­ac­túan no es siem­pre bien enten­di­da, o, bien explicada.

En agos­to de 2009, 13 meses des­pués del gol­pe se daba la pri­me­ra cri­sis magis­te­rial con el régi­men impe­ran­te en el país; des­pués de una esti­ra y enco­ge en el que las bases fue­ron cruel­men­te repri­mi­das, y sus diri­gen­tes alcan­za­ron un acuer­do con el gobierno, no se solu­cio­nó nada. Trans­cu­rrie­ron 6 meses sin que les cum­plie­ran ni uno solo de los pun­tos sus­cri­tos en el acta de com­pro­mi­so. Qui­zá una de las razo­nes para que no lo hayan hecho es que no tie­nen la inten­ción de hacer­lo; que en reali­dad de las cri­sis que ellos ten­san has­ta don­de quie­ren, noso­tros no obte­ne­mos fru­tos ni lec­cio­nes. Esta posi­ción del sis­te­ma no pue­de ser casual, y no está rela­cio­na­da con los pro­ble­mas direc­tos del magis­te­rio; está conec­ta­da con las cau­sas que pro­vo­ca­ron el gol­pe de Esta­do en una de las nacio­nes más pobres del continente.

Des­pués de aquel junio fatí­di­co, se han nego­cia­do dos aumen­tos al sala­rio míni­mo; con el resul­ta­do de no más 300 lem­pi­ras de aumen­to en dos años, en pro­me­dio, y la desin­de­xa­ción del mis­mo para los maes­tros. Los resul­ta­dos nos demues­tran con núme­ros trá­gi­cos las con­se­cuen­cias de «nego­ciar” con el régi­men. No se ha podi­do sos­te­ner nin­gu­na con­quis­ta popu­lar; al con­tra­rio, poco a poco la gen­te vive la pesa­di­lla de per­der todo lo que hace unos años sen­tía garan­ti­za­do. Los fon­dos de pen­sión se van por el caño de la corrup­ción, pero los diri­gen­tes de los sin­di­ca­tos públi­cos se rin­den sin pelear y sus bases se con­for­man con man­te­ner su «cham­ba” fren­te a la ame­na­za per­ma­nen­te del des­pi­do que se cier­ne sobre ellos en la for­ma de miles de acti­vis­tas que mero­dean la admi­nis­tra­ción públi­ca; solo los maes­tros y maes­tros pelean has­ta la últi­ma gota sus derechos.

Las Cen­tra­les Obre­ras se ven chi­qui­tas cuan­do el gobierno anun­cia un aumen­to ridícu­lo al sala­rio míni­mo, y la que pro­tes­ta es la empre­sa pri­va­da. Que terri­ble es para todos los tra­ba­ja­do­res ver que nomi­nal­men­te han obte­ni­do dos reme­dos de aumen­to, y has­ta la fecha no reci­ben nin­guno de ellos ante la vis­ta com­pla­cien­te de sus repre­sen­tan­tes. Es difí­cil entre­te­jer los acon­te­ci­mien­tos; sin embar­go, el régi­men se decla­ra par­ti­da­rio de que los diri­gen­tes de las cen­tra­les sean inter­lo­cu­to­res entre el sec­tor edu­ca­ción y ellos. Sería bueno que una vez en la vida nos impu­sié­ra­mos la obli­ga­ción de pen­sar ¿Por qué? Una vez que nos haga­mos esta pre­gun­ta, sur­gi­rán en cade­na muchas inte­rro­gan­tes que nos lle­va­ran has­ta el gol­pe de Esta­do, pasan­do por el Plan de Nación, por la Visión de País de la oli­gar­quía, has­ta lle­gar al sór­di­do com­plot que des­tru­yo la frá­gil demo­cra­cia hondureña.

El úni­co requi­si­to para hacer este reco­rri­do es pen­sar, infe­rir. El 19 de sep­tiem­bre de 2008 el gene­ral Romeo Vás­quez Velás­quez reve­la­ba en una emi­so­ra de radio de Tegu­ci­gal­pa, que muchas veces se le habían acer­ca­do para suge­rir­le que derro­ca­ra al pre­si­den­te Manuel Zela­ya, Esto suce­dió un mes des­pués de la fir­ma del ALBA, un mes antes de su rati­fi­ca­ción en el Con­gre­so de Miche­let­ti, y casi un año antes del gol­pe mis­mo. ¿Qué suce­día en Hon­du­ras antes del 19 de sep­tiem­bre de 2008 que moti­va­ba la inten­ción de aca­bar con el régi­men demo­crá­ti­co? Según un cable mos­tra­do por Wiki­leaks, Char­les Ford se expre­só muy mal de Zela­ya en Junio del 2008, y esas expre­sio­nes nega­ti­vas iban diri­gi­das a su suce­sor, el actual emba­ja­dor Hugo Llo­rens; vie­ne a la men­te la inte­rro­gan­te ¿des­de cuán­do comen­zó a sen­tir Ford su ani­mad­ver­sión hacia Zela­ya?, ¿Por qué? ¿Qué hacía Zela­ya que moles­ta­ba tan­to a todas las esfe­ras del poder en Honduras?

Las mis­mas fuer­zas que hicie­ron saber al públi­co que había inten­cio­nes de rom­per el orden cons­ti­tu­cio­nal, fue­ron las que lo saca­ron hacia Cos­ta Rica. De hecho, el día 25 de junio por la noche, cir­cu­la­ban men­sa­ji­tos entre miles de celu­la­res un tex­to que decía «ya no hay pro­ble­ma, esta noche lo vamos a sacar”. Esto suce­día ape­nas 72 horas antes de la suble­va­ción mili­tar y el ame­tra­lla­mien­to de la casa del pre­si­den­te. ¿Cómo hace un empre­sa­rio de tra­di­ción rural, per­te­ne­cien­te a la ran­cia cla­se domi­nan­te del país, para eno­jar tan­to a sus «ami­gos”?; ¿Qué era tan terri­ble en las accio­nes de Zela­ya que no pudie­ron espe­rar 7 meses has­ta que ter­mi­na­ra su man­da­to? ¿Por qué los casos con­tra Zela­ya sue­nan con estruen­do pero nadie los cono­ce? Hay muchí­si­mas pre­gun­tas que van sur­gien­do de cada una de estas inte­rro­gan­tes. Lue­go muchos pre­gun­ta­ran ¿y esto que tie­ne que ver con lo que pasa aho­ra, a fina­les de mar­zo de 2011? Y es aquí, don­de nece­si­ta­mos la ayu­da de muchos para difun­dir todo este entra­ma­do, fabri­ca­do como fili­gra­na des­de Washington.

Aun­que hay muchas cosas que se pue­den ver con cla­ri­dad al exa­mi­nar docu­men­ta­ción refe­ri­da a la admi­nis­tra­ción Zela­ya, la épo­ca post gol­pe nos lla­ma la aten­ción por un hecho sig­ni­fi­ca­ti­vo: los mili­ta­res die­ron el gol­pe de Esta­do, pero deja­ron en las manos de los civi­les trai­do­res la care­ta de admi­nis­tra­do­res del país, aun­que en la prác­ti­ca hayan mili­ta­ri­za­do la socie­dad hon­du­re­ña. Den­tro de estos civi­les están los can­di­da­tos pre­si­den­cia­les de las elec­cio­nes de 2009, que lue­go serían repar­ti­dos en pues­tos públi­cos en señal de recon­ci­lia­ción de nues­tra nación. La legi­ti­mi­dad del pro­ce­so elec­to­ral ni siquie­ra requie­re escru­ti­nio, aun­que si pen­sa­mien­to. Los que no sali­mos a votar, pre­sen­cia­mos un vacío enor­me en las calles ese día, se vivía un ambien­te de temor, pero des­pués nos dije­ron que había sido la vota­ción más amplia de la his­to­ria y que se había ven­ci­do el abstencionismo.

A las cin­co de la tar­de se espe­ra­ban resul­ta­dos de Boca de Urna, pro­du­ci­dos por «el mejor sis­te­ma de con­teo” que se haya vis­to en el país. Sin embar­go, fue has­ta cer­ca de las diez de la noche que nos die­ron los pri­me­ros resul­ta­dos, con Por­fi­rio Lobo Sosa ganan­do a Elvin San­tos por más o menos el doble de votos. Démos­le un poco de espa­cio al aná­li­sis; sabe­mos que el impe­rio esta­ba al tan­to de que San­tos esta­ba per­di­do des­pués del gol­pe, que gana­ría Lobo Sosa, y que la vota­ción seria escan­da­lo­sa­men­te baja. El asun­to en cues­tión no era cuan­tos votos saca­ría Lobo Sosa, era la catás­tro­fe elec­to­ral de San­tos lo que preo­cu­pa­ba. Les inquie­ta­ba que este sin­gu­lar per­so­na­je obtu­vie­ra volú­me­nes elec­to­ra­les simi­la­res al de los par­ti­dos «adjun­tos” al sis­te­ma. Ese día, el pro­ble­ma no era lo que harían a con­ti­nua­ción, eso esta­ba pla­nea­do de ante­mano, y lo eje­cu­ta­ría cual­quie­ra que gana­ra la pre­si­den­cia; ese día se le dio RCP al bipar­ti­dis­mo y se infla­ron los datos de todos los participantes.

Aquí se defi­nió al eje­cu­tor del Plan de Nación, que es el mar­co lógi­co y jus­ti­fi­ca­ción de todas las medi­das anti nacio­na­les adop­ta­das por el régi­men a par­tir de febre­ro de 2010. Nun­ca tuvo la dere­cha, ni tie­ne, inten­cio­nes de mejo­rar la vida de los hon­du­re­ños y hon­du­re­ñas; su misión fun­da­men­tal es que­brar toda for­ma de con­quis­ta para ofre­cer mano de obra bara­ta, a pre­sun­tos inver­sio­nis­tas extran­je­ros. La nove­dad de sepa­rar en peda­zos al país para traer pros­pe­ri­dad, no es una nove­dad. El Plan de País es muy explí­ci­to al decir que el desa­rro­llo del país en los pró­xi­mos 28 años depen­de­rá de la explo­ta­ción de recur­sos natu­ra­les y la ven­ta de mano de obra bara­ta. Aquí la ecua­ción es sim­ple para el pre­si­den­te del Con­gre­so; hay dema­sia­dos pro­fe­sio­na­les, hay que sacar téc­ni­cos, en turis­mo, en infor­má­ti­ca, que sal­gan de la secun­da­ria con for­ma­ción para entrar direc­ta­men­te al mer­ca­do labo­ral. Cla­ro la masa que se ocu­pa no es cien­tí­fi­ca, es una masa entre­na­da para ser­vir lo que se quie­re formar.

La tarea de jun­tar los acon­te­ci­mien­tos no es fácil, pero tam­po­co impo­si­ble. Aquí hay un aso­mo que pue­de mejo­rar­se con el con­cur­so de muchos y muchas que pre­ten­dan enten­der el momen­to his­tó­ri­co que vivi­mos. La con­clu­sión has­ta este pun­to es que, no impor­ta cuán­tas actas de com­pro­mi­so fir­me el régi­men, nun­ca cum­pli­rá nin­gu­na, por­que eso se ale­ja de sus pro­pó­si­tos: El dia­lo­go enton­ces será siem­pre un acto entre «sor­dos” fas­cis­tas y la diri­gen­cia gre­mial, sin ir más allá. El pro­ble­ma de fon­do es dero­gar ese Plan de País, y recons­truir la demo­cra­cia, a par­tir de una Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te que sien­te las bases de una nue­va socie­dad. Las luchas sub­si­guien­tes deben uni­fi­car a todos los sec­to­res que hoy siguen sus luchas indi­vi­dual­men­te, y debe­rán mos­trar que para derro­tar a la oli­gar­quía hay que enfren­tar­la en cual­quier cam­po posi­ble, aun si es bajo sus pro­pias reglas: Al final, lo más impor­tan­te es entre­gar al pue­blo la ver­dad, él enton­ces deci­di­rá que hacer a continuación.

Cons­tru­ya­mos las tesis que fal­tan, enten­da­mos nues­tra historia.

31/​03/​2011.
http://tr-honduras.nuevara

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