Francisco de Miranda fue precursor de la independencia de Venezuela e Hispanoamérica. Hijo del canario Sebastián de Miranda Ravelo y de la caraqueña Francisca Antonia Rodríguez de Espinoza.
Se le reconoce como el «primer criollo universal». Fue efectivo combatiente en 3 continentes: África, Europa y América. Participó también en los tres acontecimientos magnos de su hora: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y la lucha por la libertad de Hispanoamérica.
Nació en Caracas el 28 de marzo de 1750, este lunes celebramos los 261 años de su nacimiento. Su adolescencia fue marcada por la animadversión que los mantuanos tenían contra su padre por ser éste comerciante, ocupación que, según ellos, lo inhabilitaba para desempeñar el cargo de capitán del batallón de Milicias de Blancos de Caracas. En 1762 inicia estudios de latinidad de menores y más tarde artes (bachillerato) en la Universidad de Caracas.
Francisco de Miranda participó en la mayoría de las batallas que se libraron en nombre de la libertad en esa época, como la Revolución Francesa y la independencia de los Estados Unidos.
A causa de esta preocupación independentista, en 1791, publicó la Carta a los españoles americanos de Vizcarrondo y Guzmán. Su autor había escrito en francés y Miranda la tradujo al español y la hizo circular por todo el territorio americano.
La Carta a los españoles americanos fue uno de los primeros documentos subversivos de la época, alentaba a todos los habitantes del continente a conquistar la libertad y la autonomía.
Poco antes de cumplir 21 años y, deseoso de servir en el ejército real, se embarca para España el 25 de enero de 1771. En Madrid se dedica al estudio de las matemáticas, de los idiomas francés e inglés y de la geografía. Empieza a constituir su biblioteca con obras de filósofos y enciclopedistas, varias de ellas prohibidas por la Inquisición.
Miranda fue uno de los americanos más cultos. Era militar y viajaba con una biblioteca de 6 mil volúmenes; vivió y contribuyó con la Declaración de Independencia estadunidense, la revolución francesa y otros episodios entre el siglo XVIII y el XIX.Sin enbargo la historia lo hizo invisible.
Salió de Nueva York con 12 barcos y con el nieto del presidente de Estados Unidos como edecán, e invadió Sudamérica en 1806 con el propósito de lograr la independencia del continente colombiano. Sin él no hubiera ocurrido el proceso de emancipación en América, al menos en los años en que sucedió. Miranda abrió camino y creó la doctrina que establecía la necesidad de que América fuera independiente de España; de ahí que lo llaman el precursor, y fue más que eso: fue inductor, inventor de la independencia en América en aquellos años.
Francisco de Miranda desarrolla su vida política intelectual sobre todo en Europa, adonde llegó a ser teniente general del ejército francés; es el único sudamericano cuyo nombre está escrito en el Arco del Triunfo, en París, como uno de los 558 generales del imperio francés.
Los archivos personales del general están reunidos en 63 tomos que la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Es el único caso en el que el archivo y la biblioteca de un particular son declarados patrimonio.
Las acusaciones de la Inquisición –alertada por su interés hacia la lectura de libros prohibidos– y las rivalidades con otros comandantes militares españoles en el Caribe le acarrearon toda clase de problemas, que finalmente lo obligaron a huir a Estados Unidos, que acababa de obtener su independencia.
Aporte a la causa de la República
En primer lugar, se trata de un proceso de independencia nacional que, si bien es revolucionario, no envuelve una transformación social radical dentro del orden de castas existentes en la Venezuela de 1810. Miranda es la conciencia plena de la ruptura de los nexos coloniales con la Península y su modelo de hegemonía sobre la América del Sur y el Caribe.
Del mismo modo, Miranda ejerce una influencia fundamental para la formación del ideario político de la República que habrá de cristalizar en hombres como Bolívar, Sucre, San Martín, O’Higgins, Nariño y otros, para quienes la patria traspasa los linederos del terruño y se visualiza como una ancha franja continentalista, que abarca desde las posesiones españolas de Missisippi, hasta el extremo sur de la Patagonia.
La visión de la «Gran Colombia» del Libertador es herencia directamente mirandina.
Sobre la relación entre Bolívar y Miranda, fue de alumno y maestro, porque cuando Francisco regresó a Venezuela, 40 años después de haber salido, lo nombraron generalísimo de los insurgentes en Caracas; así comienza su relación militar con Bolívar, pero ante el contraataque de las fuerzas realistas tuvieron roces, por lo que Bolívar facilitó que los españoles lo detuvieran en 1812.
Miranda murió, después de un penoso trato, en el penal de las Cuatro Torres, en el arsenal de La Carraca (Cádiz), el 14 de julio de 1816.
El tema del bicentenario de la Independencia en diversos países de América permite revisar la historia y a personajes como Francisco Miranda, quien tuvo una vida apasionante, de película.