Está de más decir que, como en tantos otros casos, nunca se supo quién fue el que apretó el gatillo, porque entre otras cosas nunca se investigó. Evidentemente nunca hubo tampoco juicio ni Jose Luis Cano es un muerto reconocido oficialmente, ni victima del terrorismo… Es más, en este caso hasta portavoces oficiales insinuaron que la culpa la tuvo él por manifestarse.
Testimonio de testigos en El País (1977)
«Hacia las ocho y cuarto de la noche, se produjo un enfrentamiento entre unos cincuenta manifestantes y varios policías armados que, con rifles lanzapelotas avanzaban por la calle Calderería. Unos cinco metros antes del bar Manuel (ahora Imanol), algunos poIicías se resguardaron entre los coches aparcados y otros tres se metieron en varios portales. La gente que estaba allí reunida les tiró algunos cascotes de obra. En aquel momento al menos dos policías sacaron sus pistolas y dispararon contra los manifestantes. José Luis Cano les tiró una piedra y se metió en el bar. Uno de los Policías que estaba en un portal cuando el fallecido intentó salir del bar, le agarró del cuello y comenzó a golpearle con la porra en la cabeza. En ese momento se acercó un cabo, que había estado disparando desde detrás de un motocarro, con la pistola en la mano y le golpeó de arriba a abajo, sonando un disparo. El chico se cayó redondo con la cabeza dentro del bar y el resto del cuerpo fuera. Entonces el cabo que tenía un bigote negro ‑versión que también da el Diario de Navarra- golpeó el cadáver y le insultó. El alcalde del concejo de Ansoain, que estaba dentro del bar y había visto los hechos, salió y les preguntó a los policías si pretendían «matarnos a todos». El cabo se dirigió a él y le dio dos bofetadas. Inmediatamente después, desaparecieron».
Un segundo muerto
Aquel 13 de mayo hubo en Iruñea un segundo muerto por la actuación policial, Luis Santamaría Miquelena, de 72 años, que falleció cuando presenciaba desde el balcón de su casa la paliza que la policía daba a un joven en la calle San Nicolás. El anciano murió a consecuencia del infarto que sufrió al sentir un impacto de bala en la pared del balcón.
En aquella jornada trágica, otro joven resultó herido muy grave de un pelotazo en la cabeza, Jesús Burguete Aztozqui, de quince años, que recibió el pelotazo también cuando estaba asomado al balcón, en la calle Estafeta. En el parte médico facilitado por el Hospital Provincial de Navarra, se señalaba que «mejora dentro de la extrema gravedad, a pesar de que sufre estallido craneal con conmoción cerebral».
Impunidad y más
En el marco de la concentración que se realizará este viernes la asociación convocante Ahaztuak 1936 – 1977 volverá a colocar una placa recordatoria señalando el lugar donde J.L. Kano fué asesinado como «lugar de memoria». Hay que decir que será esta la cuarta vez que lo hacen, ya que en las ocasiones anteriores esta fue arrancada por personas desconocidas al amparo de la noche. Desde Ahaztuak sospechan que estas personas no están muy alejadas de los ámbitos municipales, por lo que solicitan al Consistorio respeto por esta victima del franquismo y por la placa colocada en su recuerdo, comprometiendose a mantenerla y cuidarla.