Foto del facebock del asesino
La matanza de Noruega, sucedida en Oslo y la isla de Utoya, podría haber sido obra de una sola persona, Anders Behring Breivik, un noruego de 32 años al que la Policía de ese país ha señalado como un radical de derechas, antimusulmán, cuyas creencias políticas le podrían haber llevado a cometer estos actos contra el partido gobernante, el Laborista.
Durante el registro de su apartamento, las autoridades han encontrado un kilo de explosivos y dos uniformes de Policía. Según el canal de televisión noruego “TV2”, Breivik ya habría sido detenido en el año 2001 por posesión de armas y explosivos.
El presunto autor de los ataques se autodefine como nacionalista y cristiano en varios foros de Internet. El diario “VG”, principal medio escrito de Noruega, ha revelado que Anders Behring Breivik es autor de numerosos artículos en la web Document.no en los que se critica al Islam y al internacionalismo. Los medios de comunicación también han recibido las iras del presunto terrorista por no ser suficientemente críticos con la religión islámica.
Breivik, que también se movía por las redes sociales, contaba con una cuenta en Twitter y otra en Facebook. La de Twitter sólo contiene un mensaje, con fecha 17 de julio del 2011 que rezaba: «Una persona con una creencia equivale a la fuerza de 100.000 que sólo tienen intereses», una cita del filósofo inglés del siglo XIX John Stuart Mill. En su perfil de Facebook asegura ser el dueño de una empresa que se dedica al cultivo de vegetales. Precisamente hoy se ha conocido que Behring compró seis toneladas de fertilizantes que, según la Policía, podrían ser utilizados como explosivo. Se declara admirador de Winston Churchill y del teniente Max Manus, miembro de la resistencia noruega a la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Mientras tanto, la policía noruega busca a un posible cómplice de Anders Behring. Según informaciones de la televisión pública NRL y de la agencia de noticias NTB, la policía basa esa hipótesis en declaraciones de testigos presenciales.
Este hecho muestra a donde viene conduciendo la permisividad con el terrorismo fascista al que el capital mima en toda Europa, como en tiempos del III Reich, el monstruo crece y mañana, puede ser tarde.