A Alberto Arce, ex cooperante en Gaza, le ha escocido un artículo sobre esa Libia de las asambleas de tribus, que no de Gadafi aunque éste siempre ha sido, según los tiempos y las circunstancias, y con formas que pueden gustar o no, un connotado antiimperialista, razón por la cual la burguesía suele personalizarlo (es una estrategia vieja) para agigantar la imagen de “tirano”.
En un escrito publicado en kaos, Arce- que como casi todos los cooperantes de Gaza son vistos con recelo por los palestinos que les escupen de vez en cuando, qué pintan allí si es su mundo occidental quien los masacra- realiza una defensa del fotógrafo Manu Brabo sin considerar que éste ingresó clandestinamente en Libia, irrespetando su legislación, en una demostración de desprecio y prepotencia inherente a la supuesta superioridad de la “civilización” occidental.
También Arce afirma que la artillería de Gadafi disparó contra los manifestantes, algo que hoy nadie sostiene, denuncia que descubrió un instrumento de tortura en un sótano de Misrata y aunque nadie sepa quién lo usaba, da por sentado que “era de Gadafi” (seguro que si dedicara a buscarlos en España encontraría más de uno) y de paso, llama “revolucionarios” a los grupos terroristas formados por traidores y mercenarios a sueldo, pese a que hasta la organización burguesa, Human Right Watch los acuse de graves violaciones de los derechos humanos.
Nos recuerda a los discrepantes que cuando el movimiento 15‑M pidió más democracia y libertad (absurdo: es imposible pedir “más” de aquello que no existe) “nuestro estado no envió a una división acorazada con artillería pesada y ametralladoras a disparar contra la multitud reunida en la Puerta del Sol” . Eso es cierto. “Su” estado, de momento, sólo envía aviones de guerra y tanques a matar civiles en Libia y Afganistán. Añade que en España hubo cierta represión policial, “brutal para nuestros estándares europeos”. Otro detalle de arrogancia occidental: Europa explota, asesina y saquea en el Tercer Mundo. Esos son sus estándares.
No creo que ignore que la agresión contra Libia comenzó a gestarse el día que Gadafi le dijo al pueblo libio que no temiera experimentar nuevas formas de gobierno, tras proponer, no imponer, la nacionalización del petróleo, repartir los beneficios entre todos los libios y denunciar que había que acabar con la corrupción de ciertos ministros que hoy están en el otro bando.
Apoyando sus dislates han surgido voces de aquellos que hicieron causa común con los medios oficialistas. Arce les echaba un cable y había que aprovecharlo. Esas voces recomiendan ignorar a “los tipos de izquierdas desfasados”. Si eso va por nosotros, respondemos que sí, que somos tipos de izquierda, pero para nada desfasados, porque el capitalismo ha devuelto a la humanidad al siglo XIX; por tanto se dan las condiciones para que no variemos un ápice nuestros planteamientos revolucionarios.
Los internacionalistas revolucionarios apoyamos y apoyaremos, a todos los pueblos que enfrenten agresiones de las potencias imperialistas, agresiones que se producen en el contexto de la crisis final del capitalismo que genera rivalidades y contradicciones entre los agresores, que pugnan por sacar la mayor tajada del saqueo, razón por la que adoptan diferentes estrategias. Basta con ver las actitudes dispares de EEUU y Francia en el caso de Libia.
Ojalá no hubiera tiranos en el mundo y ojalá sus pueblos pudieran deshacerse de todos, concluye Arce. Estamos de acuerdo. Vamos a comenzar por los tiranuelos de la plutocracia española.