Editoriala
Boltxe Kolektiboa
El tiempo de los tribunales de la inquisición a ambos lados de la muga llega a su fin. En Madrid, el juicio Bateragune ha elevado a la máxima categoria de juicio político la farsa de la Audiencia Nacional y los cuerpos de uniformados varios. Otegi les ha dado, como se suele decir, sopas con honda. Y así ha sido, los observadores internacionales se han quedado absortos ante los alegatos de la fiscalía que, ha equivocado el sumario Bateragune con los juicios a los moriscos. Solo le ha quedado señalar con el dedo a los imputados y espetarles aquello de …¿renunciais a Satanás?.
España retrocede y retrocede mucho. Las posiciones abertzales ya han dado un aldabonazo en las elecciones municipales, ahora hay que prepararse para las autonómicas y generales. Bildu es una coalición llamada a hacer historia, que a nadie le quepa duda alguna. La mitologia vasca atribuye a las entrañables brujas vascas la frase ¡por encima de las zarzas y matas, van las brujas!. Nunca viajaron en escobas a ningún lado, pero fueron condenadas y asesinadas.
Nuestra sociedad no es una sociedad medieval, no creemos en las brujas y acusamos de asesinos a los inquisidores, pero desde el juicio de Burgos en 1970 hasta aquí la Izquierda Abertzale ha logrado convertir el Auto de Fé integrista imperial español en un juicio político en toda regla a los caciques de la Inquisición española, hoy herederos del 18 de julio en el que nos encontramos.
Va llegando el turno de la sociedad vasca y de la Comisión Internacional de mediación, se les acaba el tiempo a los imperiales de Madrid y a sus aliados jacobinos del Norte, las calles vascas y sus instituciones, no serán mudas.