Representantes de la izquierda abertzale, EA y Alternatiba –Aralar no ha podido estar porque celebra su congreso – , LAB, STEE-EILAS, ESK, Hiru y EHNE, así como de diversos agentes sociales –Lokarri, Esait, EHBE, EHE, Behatokia, Gazte Abertzaleak, IA, TAT, Bai Euskal Herriari– han comparecido en Donostia para dar cuenta de la convocatoria de una manifestación nacional el próximo sábado en Bilbo bajo el lema «Epaiketarik ez, zigorrik ez, eskubide guztiak guztiontzat/No más juicios, no más condenas, todos los derechos para todos y todas», con el objetivo de denunciar la sentencia de la Audiencia Nacional que condena a Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Sonia Jacinto, Miren Zabaleta y Arkaitz Rodríguez a diez y ocho años de prisión. Sus compañeros Mañel Serra, Txelui Moreno y Amaia Esnal, absueltos en la causa, también han querido estar presentes en la comparecencia.
Haizea Solagurenbeaskoa y Josu Balmaseda, en nombre de todos los convocantes, han expresado en primer lugar su «más sentido apoyo» a los cinco condenados «única y exclusivamente por desarrollar una labor política», cuyo trabajo ha sido, según han destacado, «reconocido por un sinfín de agentes vascos e internacionales».
A juicio de estos agentes políticos, sociales y sindicales, la sentencia de la Audiencia Nacional supone «un anacronismo en el nuevo tiempo político abierto en Euskal Herria» y se sitúa «fuera de la realidad política y social».
«Se trata de una decisión totalmente opuesta a la voluntad mayoritaria de las y los vascos, en dirección contraria a lo que la nueva fase política requiere», subrayan.
Consideran, además, que «líderes políticos como Arnaldo Otegi y Rafa Díez, que representan política e ideológicamente a miles de personas, y que han jugado un papel importante en el proceso democrático abierto», hayan sido encarcelados, juzgados y condenados supone, «además de una injusticia, una condena para el mismo proceso y para miles y miles de personas que se sienten representadas en su voz».
Solagurenbeaskoa y Balmaseda han hecho hincapié en que la sentencia constituye «un gravísimo ataque a las mínimas normas y exigencias democráticas», y es «un obstáculo más contra las oportunidades abiertas hacia la paz y el proceso de soluciones».
En ese sentido, entienden que es «un ataque directo a la sociedad vasca y a su voluntad mayoritaria de desarrollar una nueva etapa que lleve a Euskal Herria a un escenario de paz, democracia y libertad» y que debe desarrollarse «en igualdad de condiciones para todos los agentes, sin exclusión ni represión alguna y basada en el respeto absoluto de todos los derechos humanos, civiles y democráticos».
Manifestación el sábado y concentraciones el jueves
Por ello, consideran que «es hora de reforzar nuestro compromiso ante este tipo de ataques», con el fin de «impedir que se sigan vulnerando los derechos más elementales y se siga obstaculizando el desarrollo del proceso en marcha».
Con ese fin, hacen un llamamiento a acudir el próximo sábado a Bilbo, y también a secundar las concentraciones que han convocado dos días antes, el jueves 22, en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria. En Donostia la cita se ha fijado a las 19.30 ante el Ayuntamiento; en Iruñea a las 19.00 en la plaza del Ayuntamiento; en Gasteiz a las 20.00 en la Virgen Blanca y en Bilbo a las 19.30 ante el Arriaga.
A estas movilizaciones hay que sumar las que llevará a cabo el lunes 19 la mayoría sindical a mediodía en las cuatro capitales del sur vasco.
«La sociedad tiene el protagonismo y nadie le puede robar el futuro»
No era un día fácil para el ex secretario general de LAB, ni en el aspecto personal ni en el político, pero a media tarde atendía a GARA mientras en su móvil no dejaban de recibirse mensajes de solidaridad. El lunes viajará a Madrid a recoger una condena de diez años de prisión por contribuir a abrir un camino del que no se arrepiente. Al contrario, anima a «seguir con una convicción total, profundizando con más fuerza que nunca y logrando que la sociedad vasca sea la protagonista».
Ramón SOLA | DONOSTIA
Sonia Jacinto recibió la notificación en la Audiencia Nacional; Arnaldo Otegi, Miren Zabaleta y Arkaitz Rodríguez se enteraron en el camino, en pleno traslado; a Rafa Díez la noticia le llegó en libertad, en Donostia, y por eso se convirtió en receptor de las muestras de apoyo y en la voz más directa y autorizada para valorar el fallo y sus efectos.
Antes que nada, ¿cómo se asume una condena de diez años de cárcel a nivel personal?
Está claro que es un fuerte golpe, una sacudida a tu situación más concreta y cercana. En el terreno político, la tomo como la prueba de que vivimos un momento histórico, pero a la vez convulso. La izquierda abertzale está abriendo un escenario nuevo con su iniciativa, una fase política nueva en la que las reivindicaciones históricas de este país van a ir emergiendo con mayor dimensión y potencia, y se ve que en ese tránsito hay muchos sectores que pretenden condicionar y frenar las cosas. Tenemos que medir la situación con paciencia, con perspectiva, sin hacer lecturas estáticas.
¿Qué mensaje cree que quiere mandar el Estado con esto? ¿Está diciendo que las vías políticas no son posibles?
En este momento es difícil evaluar incluso qué es Estado, o qué papel tiene tal o cual decisión jurídica. A veces llegamos a la conclusión de que éste es un conflicto de Estado pero no hay Estado para abordar el conflicto. Estamos ante la gran oportunidad de construir un escenario de paz y soluciones democráticas, y parece que la misma solución es un problema. Por eso, más allá de especulaciones, creo que lo que tenemos que tener es la convicción total de seguir por el camino abierto, profundizando con más fuerza que nunca y haciendo que el conjunto de la sociedad vasca sea protagonista.
La gran mayoría de la sociedad vasca no entiende esta sentencia. Sabe que ha sido construida de manera arbitraria, con hipótesis que la mayoría sabe que son falsas. Sabe que nuestro único protagonismo ha sido para un cambio de estrategia histórico en la izquierda abertzale. Por eso, es esa sociedad vasca la que tiene que sentirse interpelada y mostrar un máximo nivel de aportación y compromiso con este camino.
¿Teme que ataques así puedan provocar dudas sobre la viabilidad de su apuesta política?
Es cierto que pueden generar interrogantes, pero no debemos entrar en respuestas clásicas propias de otros momentos, sino lograr que sea la sociedad en su conjunto la que responda, y que lo haga en un sentido determinado: para convertir todo esto en irreversible. Hay que lograr ese protagonismo de la sociedad, para que nadie pueda condicionar o negar su futuro. Nadie se lo puede robar.
¿La brecha entre Euskal Herria y el Estado español es hoy mayor que ayer?
La opinión del sujeto político vasco se ha alejado de la del español, en términos sociales, políticos, incluso institucionales… Ésta es una realidad. Cada día aparecen más divergencias.
¿Y el ámbito internacional? ¿No considera que debe hacer más contrapeso frente a este tipo de ataques?
Es un tema que tiene que ser objeto de análisis, pero evidentemente es imprescindible que la comunidad internacional sea un agente activo en ese objetivo común, tiene que implicarse para lograr un proceso de paz con mayúsculas.
Brian Currin admitía recientemente que no se puede sostener eternamente un proceso así desde la unilateralidad. ¿Estamos llegando al umbral de pasar ya necesariamente a una fase bilateral o multilateral?
Lo que constatamos con esta sentencia es que hay sectores que tienen mucho miedo a un escenario en el que desaparezca la violencia y sólo se utilicen las vías políticas. Cada vez aparece más claro que mientras unos realizan aportaciones y están en disposición de avanzar, otros tienen miedo de llegar a ese punto, y por eso especulan con la nueva situación desde premisas que la sociedad vasca no entiende. De ahí se crea una tensión que no permite avanzar a más velocidad. Pero repito que estamos en un momento histórico y que, independientemente de las decisiones que tenga que adoptar ETA, se necesita la aportación de todos.
Patxi López afirma que entiende la frustración por la condena. ¿Algo que responderle?
López suele hacer valoraciones en términos de suficiencia-insuficiencia ante otro tipo de situaciones, así que le diría que su posición desde luego no es suficiente, y como lehendakari tendría que abordar pasos con toda su crudeza y perspectiva. La paz la tenemos que ganar entre todos. Es hora de que también se ponga el buzo de trabajo. Desde luego, la izquierda abertzale va a seguir siendo un agente activo.