La énesima marea humana por l@s pres@s politic@s vasc@s se ha dejado ver en Donostia en una lluviosa tarde de verano. Quien no lo vea, sencillamente cierra los ojos a la realidad o es ciego, pero tras tanta marcha y siempre con cifras impresionates de particpación, debe quedar claro ya, que l@s pres@s vasc@s gozan del un apoyo importantisimo en Euskal Herria y que es un clamor la petición de que termine la cruel política penitenciaria que contra ell@s se aplica.
Jone Goirizelaia, Maribi Ugarteburu y Rufi Etxeberria (izquierda abertzale), Pello Urizar (EA), la presidenta de las Juntas de Gipuzkoa, Lohitzune Txarola (Bildu), la diputada foral de Juventud y Cultura de Gipuzkoa y miembro de la Ejecutiva de EA, Ikerne Badiola, Oskar Matute (Alternatiba), Adolfo Muñoz (ELA), o Rafa Díez han asistido a la marcha, que ha estado encabezada por allegados de l@s pres@s, personalidades relacionadas con el mundo cinematográfico y ex pres@s.
A lo largo de todo el recorrido se han escuchado proclamas a favor del traslado de los presos a Euskal Herria, del fin de la dispersión y por la amnistía. No han faltado tampoco mensajes a favor de la independencia.
Beñat Zarrabeitia y Mari Feli Etxeandia, de la iniciativa Egin Dezagun Bidea, en su intervención al final de la marcha han denunciado que la «cruel realidad» que padecen los más de 700 presos políticos vascos dispersados en cárceles españolas y francesas constituye «la mayor violencia política de Europa». Una política de dispersión que se aplica desde hace más de 20 años y cuya expresión «más cruda» es la de los familiares que han fallecido en las carreteras.
«Así las cosas, lo decimos alto y claro, con firmeza y rotundidad: la democracia y la libertad deben abrirse paso y, con ello, la política penitenciaria debe pasar de inmediato de claves de represión y utilización a parámetros de resolución democrática», han remarcado.
La situación de l@s pres@s es ya insostenible. El sufrimiento que conlleva las consecuencias de la crueldad española, no sólo a ell@s, tambien a sus familiares, retratan dos cosas. Por una parte, la voluntad de resistencia y la coherencia de este amplio colectivo de personas y por otra parte retrata el talante fascistoide y vengantivo de los diferentes gobiernos españoles