Tasio Erkizia escribió un hilado artículo de nombre “Bildu y Kutxa Bank: no a la privatización, sí a la obra social”. Manaba sinceridad en su relato y apuntaba honda preocupación en su advertencia al concluir: “El acuerdo de Bildu ha frenado las intenciones de privatización, pero es evidente que esto no va a parar. Pese a este importante paso, las ansias de algunos por desmantelar lo público, avanzar en la desregulación, ningunear la política y a los ciudadanos o despreciar a los sindicatos no van a parar”.
Pero en ese acuerdo de “envergadura”, freno de privatización y ganas de obra social y empuje dinámico sigue lacerando en círculos y, tal como deja vislumbrar Antxon Lafont Mendizabal en su artículo “Kutxa Bank, más mini bank que Maxi Caja”, surge de nuevo un gordo interrogante en las gentes: pero el Kutxa Bank ¿actuará con el mismo espíritu (que una Caja de Ahorros)? Se nos dice, «contra más fondos disponibles mejor», pero ¿se nos garantiza el respeto del principio de solidaridad, término habitualmente ignorado por el colectivo bancario?
De nuevo se hace claro en ambos: sin nuestra lucha y participación el acuerdo puede estar escrito en un bloque de hielo y cabe termine derritiéndose.