Gabi Moues­ca dice que se sien­te has­tia­do e inquieto

Tra­duc­ción del fran­ces por Boltxe Kolektiboa

El anti­guo mili­tan­te d’I­pa­rre­ta­rrak denun­cia las reac­cio­nes de los par­ti­dos polí­ti­cos tradicionales.

Gabi Moues­ca: «Evi­te­mos hacer refe­ren­cia a úti­les polí­ti­cos en desuso»

Sud-Ouest. ¿Cómo ha reac­cio­na­do ante el anun­cio hecho por ETA del fin defi­ni­ti­vo de su accio­nar armado?

G.M. Con­tra­ria­men­te a lo que mucha gen­te ha dicho, yo no vivo este momen­to en la ale­gría ni con un opti­mis­mo des­me­su­ra­do. Nume­ro­sas reac­cio­nes que he oído y leí­do me han has­tia­do. ¿Por qué no estoy eufó­ri­co? Por­que pien­so que las razo­nes que han con­du­ci­do a que este país sea tie­rra de un con­flic­to duro no han des­apa­re­ci­do. Y por el momen­to esta­mos lejos de ello.

¿Cuá­les son esas razones?

La no apli­ca­ción de los tex­tos inter­na­cio­na­les, el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción, por ejem­plo. El fon­do de la cues­tión no es la uti­li­za­ción o no de la vio­len­cia, sino la apli­ca­ción o no de los tex­tos inter­na­cio­na­les. Y en espe­cial el dere­cho de autodeterminación.

¿Qué es lo que le ha hastiado?

Las opi­nio­nes del con­jun­to de espec­tro polí­ti­co tra­di­cio­nal que se han sido expre­sa­das des­de sus res­pon­sa­bi­li­da­des polí­ti­cas y que has­ta el pre­sen­te han bri­lla­do sobre todo por su irres­pon­sa­bi­li­dad polí­ti­ca res­pec­to a la cues­tión vas­ca. Son los demó­cra­tas de últi­ma hora, gen­tes que, des­de hace años, debe­rían haber­se impli­ca­do. Son direc­ta­men­te res­pon­sa­bles del man­te­ni­mien­to de la violencia.

¿Qué dice usted a los que pien­san que ante ETA, es la demo­cra­cia, el uso fami­liar de la demo­cra­cia, la que final­men­te ha ganado?

Que pre­ci­sa­men­te esta fami­lia­ri­za­ción de la demo­cra­cia debe­ría apli­car­se. Vuel­vo sobre el tema de la auto­de­ter­mi­na­ción. La pala­bra debe ser dada al pue­blo. Esta­ría equi­vo­ca­da la per­so­na que ana­li­za­ra la situa­ción pen­san­do que ETA se ha pues­to de rodi­llas. Si la paz debe cubrir con su man­to Eus­kal Herria, no será desig­nan­do un gana­dor y un per­de­dor. Si alguien debe ganar, es úni­ca­men­te la justicia.

¿Cuá­les deben ser, según usted, las pró­xi­mas eta­pas del proceso?

Res­pec­to al sur de Eus­kal Herria, no pue­do decir nada. Esta­mos fren­te a una con­cien­cia polí­ti­ca tan per­fec­cio­na­da que no dudo en la per­ti­nen­cia de las deci­sio­nes actua­les y futu­ras de la izquier­da abertzale.

Por el con­tra­rio, estoy muy inquie­to res­pec­to al nor­te de Eus­kal Herria. Des­pués de las bellas pala­bras res­pec­to a la con­fe­ren­cia de Donos­ti, es el momen­to de que los par­ti­dos polí­ti­cos tra­di­cio­na­les tomen sus res­pon­sa­bi­li­da­des e inter­pe­len a París. Y sobre todo no con­fun­dir­se. La cues­tión del nor­te de Eus­kal Herria no es una cues­tión menor. No somos un con­fe­ti. Hay reali­da­des que hay que tomar muy seria­men­te. La cues­tión de la len­gua, por ejemplo.

Gra­cias a las luchas y a las rela­cio­nes de fuer­za ha sido pues­to en mar­cha un sis­te­ma edu­ca­ti­vo que per­mi­te for­mar a la gen­te. Pero si una vez for­ma­dos, lle­gan a una socie­dad en el que el eus­ka­ra es con­de­ra­do una sub-len­gua, podría for­mar­se una base de injus­ti­cia para futu­ras revueltas.

No espe­ra­mos que haya una sali­da feliz al sur de Eus­kal Herria para obte­ner algu­na cosa aquí. Es aho­ra cuan­do el gobierno fran­cés debe tomar en cuen­ta lo que pasa aquí. La pues­ta en mar­cha de una ins­ti­tu­ción auto­nó­mi­ca per­mi­ti­ría un enla­ce ins­ti­tu­cio­nal con lo que será, maña­na, el sur de Eus­kal Herria. Y evi­te­mos de hacer refe­ren­cia a ins­tru­men­tos polí­ti­cos en desuso.

¿Qué papel jue­gan, según usted, los presos?

Es fun­da­men­tal. Hemos vivi­do trein­ta años de más de cár­cel. Trein­ta años de más de san­gre y de lágrimas.

Inclu­so si noso­tros, con toda legi­ti­mi­dad, hemos uti­li­za­do las armas ‑la uti­li­za­ción de las armas es el resul­ta­do de un fra­ca­so común‑, des­pués del 20 de octu­bre, cada día de cár­cel es un día de más.

Todos aque­llos que se han expre­sa­do deben com­pro­me­ter­se en la libe­ra­ción de los pre­sos y pre­sas polí­ti­cas vas­cas y pedir una amnis­tía inmediata.

Sud-Ouest, 25 de octu­bre de 2011

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