Un acto sindical y la proyección de un vídeo que repasa el nacimiento, en 1986, y la historia del sindicato contada por algunos de sus protagonistas son las principales actividades de esta jornada que incluye deporte rural, un mercado agrario transparente y una comida con afiliados del sindicato.
Aunque las circunstancias obligan a la «austeridad» desde el sindicato han sostenido que no podían dejar pasar la oportunidad de celebrar estos 25 años como reconocimiento a todos los que han peleado durante este tiempo.
A lo largo de estos años la agricultura, la ganadería y la forma de hacer sindicalismo han cambiado «enormemente», según ha manifestado a Efe Ignacio Gil, agricultor y miembro de la Ejecutiva de EHNE.
El camino, además, no ha sido fácil, ya que EHNE tuvo que enfrentarse en sus inicios a la falta de reconocimiento institucional para ser interlocutores del sector agrario, así como a numerosas crisis alimentarias o sucesivas políticas agrarias «perjudiciales».
Gil ha recordado que se ha pasado de «las tractoradas» que dieron origen a las organizaciones agrarias, en las que el destinatario de las protestas estaba perfectamente identificado, a que gran parte de las reivindicaciones se orienten a la política agraria, miren a Europa.
En este tiempo han vivido varias reformas agrarias y ahora se enfrentan a una nueva, ha apuntado Gil, quien ha subrayado que cada una de ellas ha supuesto «una mayor orientación de esa política agraria comunitaria al mercado».
Y es que, en su opinión, Bruselas tiene «obsesión» por la liberación del comercio, lo que es «muy preocupante» y ha hecho «mucho daño» al sector y ha supuesto la destrucción de miles de puestos de empleo. Como ejemplo ha citado que en las elecciones de 2002 los llamados a votar eran cerca de 8.000 agricultores profesionales y si se celebraran ahora esas elecciones solo serían 4.600.
Como los principales problemas a los que se enfrentan ha citado las importaciones, la destrucción de tejido productivo y las desigualdades a nivel de cadena alimentaria.
En este contexto ha abogado por cambiar el modelo de política agraria y revisar muchas de las líneas marcadas desde Bruselas y al respecto ha precisado que ellos tienen claro el modelo que quieren, el que defiende la explotación familiar agraria y el derecho de la soberanía alimentaria, como alternativa de absoluta falta de control de los mercados.