Era el año 1959. En Cuba, una realidad el inicio del Asalto al Cielo. El vecino del “Norte revuelto y brutal” estaba dispuesto a impedir la emergencia de la Libertad e Independencia en la Mayor de las Antillas. “Se imponía aislar al Caimán Verde” —pensaban los pretendidos dueños de Nuestra América.
Fueron naturales las maniobras en la Organización de Estados Americanos para incomunicar a la Isla, para responder al dictamen de Washington. Con la honrosa excepción de México, los obedientes gobernantes del Sur del Río Bravo rompieron relaciones diplomáticas con La Habana. Una de las respuestas del Gran Enero fue crear una estructura que impulsara la solidaridad entre la Patria de José Martí y los pueblos de la región.
Como bien está registrado, en ese entorno la visión de Fidel Castro y Che Guevara generó la idea de crear una organización para mantener las relaciones con los amigos de la joven Revolución. Así, el 30 de diciembre de 1960, quedó plasmada la ley que creaba el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), entidad que desde entonces ha desarrollado y multiplicado la solidaridad en todo el planeta.
En rigor, el asunto formaba parte de la percepción del propio Fidel, a la luz del pensamiento martiano. ¡¿Cómo olvidar la deuda de gratitud contraída con personas de diversas latitudes que no dudaron en apoyar la causa de la emancipación cubana?!
Me atrevo a asegurar que no existe una sola manifestación de combate de pueblo alguno por su redención que haya escapado a la oportuna solidaridad de la etnia cubana a través del ICAP, sea en África o Asia, lo mismo en Latinoamérica que en el Caribe, incluso con los menos favorecidos en Estados Unidos y la Unión Europea. Es una invariante exhibida por quienes han presido este Instituto, desde Giraldo Mazola, Gary González, Adalberto Quintana, Arturo Espinosa, René Rodríguez, Sergio Corrieri y Jorge Martí, hasta la actual presidenta Kenia Serrano.
Carece de casualidad, pues, que la reciprocidad con la Isla haya sido permanente. Son reflejo de ello múltiples eventos de Solidaridad, la lucha sistemática contra las campañas mediáticas de desinformación, las Brigadas internacionales de trabajo voluntario, la oposición al Bloqueo económico, financiero y comercial que mantiene el Águila Imperial contra Cuba y el creciente apoyo a la liberación de Los 5 Héroes encarcelados en el “Norte revuelto y brutal” por arriesgar sus vidas en aras de evitar hechos terroristas contra los pueblos cubano, norteamericano y de otras latitudes.
Si al razonamiento anterior agrego que nuestro país está insertado en organismos de concertación y/o integración latinoamericanos y caribeños —amén de pertenecer al sistema de Naciones Unidas y sostener una actitud vertical en pro de todos los pueblos — , entonces no exagero al significar que hoy por hoy Cuba es la soledad más acompañada jamás vista. En cambio, a tono con el concepto de Revolución expuesto por compañero Fidel el 1ro de mayo de 2000, luchamos “por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”.
Así festejamos el aniversario 51 del ICAP o sea, más de medio siglo repartiendo amistad con nuestros semejantes en todos los Continentes de la Tierra.