El proyecto:
Como consecuencia directa del conflicto político y armado que padece el País Vasco desde tiempos del dictador Franco, alrededor de 700 presos y presas vascas se encuentran dispersados mayoritariamente en cárceles del Estado francés y Español, a una distancia media de 630 kilómetros.
La política de dispersión se llevó a cabo en 1989, poco después del fracaso de las conversaciones de Argel entre ETA y el PSOE. Con el pretexto de que eran medidas encaminadas a la reinserción. Estas medidas incumplen todavía hoy los acuerdos internacionales firmados por el Reino de España en materia penitenciaria el 9 de diciembre de 1988. ( Ver informe).
En los últimos años, diversos Relatores Especiales de Las Naciones Unidas, como Martin Scheinin o Theo Van Boven, han arremetido contra la Audiencia Nacional española pidiendo su desaparición, han exigido el fin de la incomunicación en dependencias policiales para así evitar posibles torturas a los detenidos, han cuestionado la legalidad jurídica de la política de dispersión. (Ver informe). Y por último, han pedido la revisión por especialistas independientes de los artículos 571 a 579 del Código Penal español por no atenerse al principio de legalidad recogido en el artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. (Ver informe).
El objetivo principal de la política de dispersión, es quebrantar la unión del Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos (EPPK), un objetivo frustrado hasta la fecha. Aún así, la política de dispersión se mantiene y a pesar de que no tiene ninguna base jurídica los presos, presas y sus familiares siguen sufriendo sus consecuencias.
Km‑0: “Las mil caras de la dispersión” es un proyecto documental que narra las vivencias de los familiares y allegados de los y las presas en los desplazamientos a las diferentes cárceles. Cada semana recorren una distancia media de 1233 km para poder visitarlos.
Km‑0 nace con el propósito de reflejar un hecho oscuro y oculto para la sociedad vasca e internacional: “La dispersión y sus consecuencias”. El lenguaje principal para reflejar dicha realidad es el fotográfico.
Desde sus inicios, Km‑0 ha visto necesaria la participación y el compromiso de la ciudadanía vasca . Ha repartido miles de fotografías de carácter documental, para que cientos de manos anónimas y solidarias, una vez más, empapelaran las calles y barrios de Euskal Herria. Se utilizó como referencia el trabajo que realiza el colectivo Activestills y sus exposiciones callejeras en Israel y Palestina.
En el transcurso del proyecto, se ha apostado por la utilización de la imagen audiovisual, tan cercana a nuestras vidas, pero a la vez tan deshumanizada. Entendemos, que el material audiovisual, ofrece un lenguaje más cercano y más dinámico con lo que se abren nuevos canales de difusión. La imagen continua junto con la imagen estática consiguen un material multidisciplinario más complejo y enriquecedor.
Creemos que hacen falta la realización de proyectos visuales y humanos que abran los ojos y generen un debate político y social.
Para unificar los diferentes lenguajes del proyecto, se optó por esta página web http://km‑0.net/. Una página pensada y diseñada para llegar al mayor número de personas en diferentes puntos del planeta.
Km‑0 es un proyecto comunicativo y social, por ello, abre sus puertas a cualquier tipo de colaboración artística que haga crecer el proyecto con profesionalidad y compromiso. Un proyecto autogestionado e independiente que cuenta con el apoyo de Etxerat.
Un proyecto documental que nació en mayo del 2008 y que todavía hoy está en proceso.
El principal objetivo de Km‑0 es cerrar sus puertas cuanto antes. Y que sirva como documento histórico y material de reflexión para las próximas generaciones.