Con gran pompa como suelen ser las cadenas sabatinas emitidas por la presidencia ecuatoriana (la número 252 formulada el sábado 31 de diciembre del año pasado, en la ciudad de Quito http://www.ecuadortv.ec/ecutopnw.php?c=7452), expreso una carga sexista bastante marcada, que denota a las claras la verdadera concepción sobre el rol de la mujer en la sociedad ecuatoriana actual, y en particular el gobierno de la denominada revolución ciudadana, autocalificado de socialista del siglo xxi, y que para nada difiere de esa cultura patriarcal que el capitalismo sostiene como uno de sus pilares de la explotación y la desigualdad social.
Pero veamos qué es lo que el Presidente Correa sostuvo en su la cena de fin de año en Palacio y su cansón enlace sabatino, como lo señalan distintos medios y correos electrónicos:
En la cena, Correa habría dicho «yo no sé si la equidad de género mejora la democracia lo que sí es seguro es que ha mejorado la farra (1) impresionantemente (…)” Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www4.elcomercio.com/politica/Romo-responde-Presidente-Republica_0_625137542.html.
“Que asambleístas que tenemos guapísimas ahh, eh Corcho (2) hay que aumentarles el sueldo eh porque no tuvieron plata para comprar suficiente tela y todas con unas minifaldas dios mío, (risas). Yo ni me fijo en esas cosas me contaron, me contaron unas piernas y unas minifaldas impresionantes guapísimas las asambleístas (…)” Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www4.elcomercio.com/politica/Romo-responde-Presidente-Republica_0_625137542.html
Inocentes palabras, desliz discursivo del Presidente o verdadera concepción, que se ampara en la concentración de poderes y autoritarismo del actual gobierno y que reflejan un estado mental que propicia la cultura machista del sistema capitalista.
En el Ecuador, la lucha de las mujeres, por alcanzar su reconocimiento y su papel real en la sociedad – invisibilizado a punta de maltrato físico, sicológico y sexual, durante siglos- ha sido muy importante y decisorio para confrontar la ideología patriarcal. Y precisamente no ha sido a punta de farras, minifaldas, o piernas bonitas de acuerdo a la estética del marketing capitalista, que las mujeres paso a paso van confrontando esa cultura machista; ha sido en base a su lucha, resistencia y organización.
Basta recuperar la memoria histórica y ver el ejemplo de Matilde Hidalgo de Procel, Nela Martínez, María Luisa Gómez de la Torre, Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña; Manuela Sáenz, Manuela Espejo, Manuela Cañizares, para nada minifaldas señor presidente; dignidad, conciencia, coraje y combate hicieron de estas mujeres ejemplo a seguir.
En qué se diferencia las opiniones vertidas por el Presidente Correa, de los virulentos ataques propiciados por el colonialismo contra Manuelita, por su compromiso político bolivariano y sus sentimientos humanos de ternura y amor; a Manuelita la tacharon de “loca”, “puta”, claro la vestimenta de la época no daba para minifaldas.
En que se diferencian estos comentarios presidenciales de la cotidiana violencia sexual, sicológica y física que sufren las mujeres y niñas ecuatorianas. En qué se diferencia de los estereotipos que el sistema de opresión construye cotidianamente para moldear mentes y corazones, acorde a las necesidades de vender el cuerpo y la estética de las mujeres como una mercancía cuyo valor de uso y de cambio esta basado en la plusvalía que puede generar esa estética y que obviamente se basa en los parámetros y moldes del mundo moderno- occidental, cristiano, capitalista- de belleza y utilidad sexual.
Las declaraciones presidenciales, no son un desliz, peor inocentada y menos aún están fuera de contexto, como apresuradamente han salido a declarar serviles funcionarias gubernamentales, son el reflejo de un estado mental, de una concepción política ideológica que ubica el rol de la mujer en función de la estructura corpórea o la vestimenta que usa y en ello de el adorno que puede significar a una farra gubernamental en la presidencia, la asamblea o cualquier institución estatal del gobierno de Alianza País.
El chuchaqui de fin de año de los conspicuos asesores y capitostes seguramente es la excusa para no recordar a Correa que él tiene una madre, una hermana, una esposa, unas hijas, a las cuales seguramente otro hombre con la misma mentalidad machista se estará refiriendo en iguales términos y prácticas seguramente.
Peor siquiera queremos pensar que la decisión del Presidente de escoger una mujer como compañera de fórmula para la Vicepresidencia en las próximas elecciones ‑designación que se disputan dos Ministras del Gabinete actual- se vaya a definir en función de los centímetros de ropa que usen las señoras Ministras o de la esbeltez occidental que muestren sus piernas o de sus habilidades para adornar las farras gubernamentales.
Las declaraciones son el reflejo del proyecto de país que el actual gobierno viene construyendo en el Ecuador, donde el autoritarismo, la prepotencia, la criminalización de la organización y las luchas sociales, el extractivismo, el entreguismo a los capitales transnacionales se constituye en la égida del proyecto país del gobierno de Alianza País presidido por el economista Correa y donde la mujer es considerada adorno estético y seguramente sexual que acompaña el trajinar gubernamental, que busca esconder las violencias de las que son parte las mujeres que se encuentran en el aparto público del actual gobierno.
Las declaraciones, la construcción de ese tipo de discurso responde a una necesidad de perpetuar la reproducción del sistema y la opresión hacia la mujer, el hombre, las opciones sexuales como una forma de garantizar el statu quo; se ampara en la tesis patriarcal de la debilidad femenina; en la carencia de ternuras, alegrías, solidaridades, en el menosprecio a las capacidades, en la invisibilización de roles y el desconocimiento de la mujer como ser humana con potencialidades, perspectivas de construir y dirigir una sociedad distinta y de moldear sobre el barro un ser human@ distinto al que propicia ese discurso y su sustento capitalista.
Ya vendrá el vendaval mediático del aparato gebeliano del gobierno de Correa para saturar de cadenas, imágenes y sonidos que busquen opacar estas violentas declaraciones presidenciales.
Pero seguros estamos que cabalgando sobre el amor, la ternura, la solidaridad y el combate desterraremos y destruiremos este discurso, esta práctica, este sistema basado en el mercado de cuerpos y formas de explotación. Porque no estamos dispuestos a permitir que se refieran a las funcionarias gubernamentales, asambleístas, obreras, campesinas, como lo ha hecho el Presidente Correa y se llegue a los niveles que en Haití y en otros lares se ha llegado, en función de discursos y practicas patriarcales del modo de producción capitalista que es la real base y sustento del actual gobierno ecuatoriano.
En Haití, se opera un discurso y acción sobre la mujer, según lo denuncia la periodista Laura Castellanos en un artículo publicado en El Universal: “A unos metros del inmueble presidencial desplomado durante el terremoto del 12 de enero de 2010, está la tienda mugrienta donde una huérfana de 14 años se prostituye por alimento. Su cuerpo está en desarrollo: es menuda, regordeta, y sus pechos se marcan apenas bajo la blusa color naranja. La acompaña otra muchacha prostituta de 16 años. Su cuerpo luce los estragos de un embarazo reciente y no cuidado, producto de una violación: el cuerpo delgado, la piel opaca, el rostro manchado, los senos con estría”… “Las violaciones de niñas de hasta 2 años y la prostitución a cambio de techo y comida se han disparado tras el desastre.” http://www.lahaine.org/index.php?p=27245
Notas
1. Farra, se usa comúnmente para denominar fiestas o encuentros sociales, generalmente amenizados por el consumo de licor.
2. Corcho, apodo con el que se refieren a Fernando Cordero Presidente de la Asamblea Nacional del Ecuador
3. Chuchaqui, palabra que define la resaca posterior al consumo abundante de licor
* Colaboradora de ABP Ecuador