El mismo día que se cumplían tres años desde que su compañera lo viera por última vez con vida al acompañarlo a la estación de Baiona, familares, abogados y miembros del Colectivo Jon Anza denunciaron en la capital labortana la «evidente falta de voluntad de las autoridades judiciales y políticas del Estado francés» para aclarar las circunstancias en las que el militante vasco perdió la vida.
Es más, tras constatar lo ocurrido en los dos años que lleva instruyéndose el caso por parte de la jueza de Toulouse Myriam Viargues, mostraron su convencimiento de que dichas autoridades buscan que «el caso se pudra al igual que lo hicieron con su cuerpo».
Y es que, como lo manifestaron los abogados Maritxu Paulus-Basurko y Julien Brel, «la instrucción está llegando a su término sin que ninguna respuesta concluyente a los numerosos interrogantes y disfuncionamientos haya sido aportada».
La «esperanza» suscitada porla apertura de una instrucción judicial después de que su cuerpo «apareciese sorpresivamente» el 11 de marzo de 2010 en la morgue del Hospital Purpan, se vino abajo al poco de iniciarse la investigación. Los escasos elementos aportados, en realidad, solo han servido para plantear más interrogantes.
Expediente médico
Precisamente uno de los elementos claves para dilucidar lo ocurrido, es el expediente médico de Jon Anza. La familia deseaba acceder a esos datos pero su petición se vió denegada, tras meses de espera, so pretexto de que se encuentra precintado en el Tribunal de Toulouse. Los letrados de la familia recurrieron a la Cámara de Instrucción para que otorgara la preceptiva autorización al acceso pero, hace tan solo unos días ‑el 4 de abril- su presidente les informaba de que no veía necesario que la Cámara tratase la petición.
La única recomendación que se les hizo es que solicitaran dicho dossier al hospital, algo que ya han efectuado a pesar de que son escépticos sobre el resultado puesto que la Justicia se hizo con el expediente completo.
Otra de las demandas no atendidas se refiere a la audición del fiscal adjunto de Toulouse, Renaud Soubelet. Los abogados de la familia estiman que este debiera haber podido identificar a Anza, cuando menos, a partir del 20 de mayo de 2009. Ese día, según ha establecido la instrucción tras la insistencia de los abogados, el GLAT (Grupo de Coordinación Anti-terrorista) de Baiona contactó a través de un email con su homólogo de Toulouse solicitándole que indagara si una persona de las características de Jon Anza habría sido atendida en alguno de los hospitales de la ciudad occitana.
Un email «oportuno»
Para entonces, la Fiscalía de Baiona ya había abierto la investigación después de que la familia denunciase la desaparición. El GLAT de Toulouse respondió a la Fiscalía labortana que nadie de las características citadas había sido atendida en ningún hospital de Toulouse.
Lo que extraña a familia y abogados es que esos datos hayan aparecido después de que se revelase que todos los centros sanitarios entre Baiona y Toulouse (salvo los de esta última ciudad) habían sido interpelados por fax.
«Nos parece muy raro que ese email aparezca en la instrucción después de que nosotros inquiriésemos a la juez sobre ese vacío. También llama la atención que en solo dos horas, tiempo que tardó en contestar Toulouse, los servicios de la Policía pudiesen hacer el recorrido de todos los hospitales y deducir que no habían admitido a nadie con el señalamiento de Anza. Es por ello que insistimos en que Soubelet fuese interrogado sobre los trámites que presuntamente efectuó», manifestó Brel.
«Las importantes disfunciones que se han sucedido durante todo el caso como el hecho de que no se hiciese la autopsia al cuerpo o que no se identificase a Anza cuando había documentos como el billete de ida y vuelta del tren que lo hubiesen permitido, son reconocidos por todo el mundo. Pero la jueza Viargues se escuda en que ella investiga las causas de la muerte y no las responsabilidades de dichas disfunciones», añade el letrado de la familia.
Estos elementos y otros que recordaron en la comparecencia de ayer, ilustran, a decir de abogados y Colectivo, cuál ha sido la tónica que ha caracterizado toda la instrucción judicial.
No hay voluntad
Para ellos es obvio que «las autoridades francesas no quieren buscar la verdad». «Si, como pretenden, la muerte de Jon fue por causas naturales ¿por qué se niegan a facilitarnos el expediente médico o a investigar las irregularidades habidas?», preguntó el abogado, quien criticó duramente la actitud que han mantenido las autoridades policiales, judiciales y políticas hacia la familia de Anza.
Brel recordó que a dia de hoy, la jueza no ha convocado, ni informado, ni escuchado a la familia -«algo inédito en este tipo de casos»- lo que demuestra el «gran desprecio» con el que la está tratando.
En la misma línea, Paulus-Basurko manifestó que esa falta de voluntad para profundizar en la investigación les lleva a pensar que «la muerte no fue natural y que las circunstancias en las que se dio todavía no están establecidas». Añadió que, de todos modos, sospechan que, en breve, la jueza cerrará la instrucción concluyendo que no ha lugar a imputaciones.