«La sociedad cubana está lejos de que la dirija la generación del Moncada (1953). Hace rato que los antiguos combatientes de la Revolución fueron sustituidos por cuadros más jóvenes, por razones biológicas evidentes. El hecho de que una parte de la generación histórica esté viva y activa no es un problema, al contrario. Cuba tiene la suerte de poder contar con sus líderes históricos. ¿Cómo sería el mundo si Lenin hubiera vivido más tiempo, si hubiera podido alcanzar la edad de Fidel o de Raúl, si hubiera podido dirigir la Unión Soviética en vez de Stalin y los que siguieron? ¿Habría sido negativo para la Unión Soviética? Estoy convencido de lo contrario. Si esa generación hubiera podido sobrevivir, el mundo sería diferente. Esa es precisamente la característica de la Revolución Cubana, que ha podido contar con sus líderes históricos durante varias décadas.»
Resulta necesario recordar como preámbulo de esta problemática que la cuestión migratoria ha sido uno de los temas más manipulados por la política de Estados Unidos. Siempre se ha usado como un arma de desestabilización contra Cuba desde 1959 y como un elemento de distorsión de la realidad cubana. Le recuerdo que la ley de Ajuste Cubano que el Congreso de Estados Unidos aprobó en 1966 aún está vigente. Estipula que todo cubano que abandona legal o ilegalmente el país, pacífica o violentamente, consigue automáticamente al cabo de un año el estatus de residente permanente. Usted admitirá que se trata aquí de un formidable factor de incitación a la emigración legal pero sobre todo ilegal. Pues al mismo tiempo Estados Unidos limita a 30.000 el número de cubanos que pueden emigrar cada año. La lógica quisiera que la representación diplomática de Estados Unidos en La Habana otorgara una visa a todo candidato a la emigración en virtud de la ley de Ajuste Cubano. Pero no es el caso.
Presidente del Parlamento cubano desde 1992 y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, Ricardo Alarcón de Quesada es la tercera figura del gobierno cubano, después del Presidente Raúl Castro y del Primer Vicepresidente Antonio Machado Ventura. Profesor de Filosofía y diplomático de carrera, estuvo cerca de 12 años en Estados Unidos como embajador de Cuba en las Naciones Unidas. Alarcón se ha convertido, con el paso del tiempo, en el portavoz del gobierno de La Habana.
En esta larga entrevista de casi dos horas, Alarcón no rehuye ningún tema. Habla del papel de Fidel Castro desde su retiro de la vida política y explica la presencia de Raúl Castro en el poder. Evoca también la reforma del modelo económico y social cubano así como los desafíos que esperan a la nación. Después, Alarcón aborda la cuestión migratoria y las relaciones con Estados Unidos bajo la administración Obama. Diserta también sobre la espinosa problemática de los derechos humanos y los presos políticos. Tampoco vacila en abordar el caso Alan Gross, contratista estadounidense encarcelado en Cuba, así como el caso de los cinco agentes cubanos encarcelados en Estados Unidos. La entrevista evoca el descubrimiento de importantes yacimientos petroleros en la zona económica exclusiva de Cuba del Golfo de México y sus posibles consecuencias. Finalmente la conversación termina con las relaciones con la Iglesia Católica y el Vaticano, la próxima visita del Papa Benedicto XVI, las relaciones con la Unión Europea, los vínculos con la nueva América Latina y el futuro de Cuba después de Fidel y Raúl Castro.