Antonio Brufau, titular de Repsol española
Nació el 12 de marzo de 1948 en la población leridana de Mollerussa, en el seno de una familia acomodada, como primogénito de dos hijos y una hija. Su hermano Robert es arquitecto y profesor titular de la Universidad Politécnica de Catalunya. Tras cursar sus primeros estudios y el bachillerato en centros privados de Lleida, en 1970 se licenció en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona. El año siguiente realizó un master en economía en el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa.
Su carrera profesional comenzó en la consultora Arthur Andersen, después de que rechazara una oferta de la firma automotriz Pegaso, que en poco tiempo cerró sus puertas. Fue socio a nivel mundial de la auditora estadounidense desde 1980 hasta 1988 y director en su sede de Barcelona. La auditora estuvo siempre envuelta en rumores sobre conflicto de intereses con sus clientes, lo que quedó en evidencia en el resultado de una investigación de 2001 por la quiebra fraudulenta de Enron, que motivó que cese sus actividades. La auditora fue acusada de obstrucción a la Justicia y destrucción y alteración de documentos relacionados con la quiebra de Enron. “Era otra Andersen. Empezamos cinco personas en un despacho de Barcelona en 1970 y, unos años después, éramos centenares de empleados”, recuerda Brufau.
Su paso por la auditoría le sirvió para establecer lazos con empresarios de peso. Cuando ya había llegado a ser miembro del consejo asesor de Andersen a nivel global, en 1988, recibió la oferta de Josep Vilarasau presidente de La Caixa, para incorporarse a la entidad financiera de ahorro como codirector, junto con Isidre Fainé. Desde entonces fue uno de los pesos pesado del equipo de Vilarasau y se encargó primordialmente de las participaciones industriales de La Caixa. De la mano de este banco fue ingresando al negocio energético. En 1997 Brufau llegó a Gas Natural, empresa en la que La Caixa posee un porcentaje importante de acciones. Un año después asumió la presidencia de la empresa y, en noviembre de 1999, reemplazó al influyente empresario Pere Duran Farell, fallecido este mismo año, al frente de la Fundación Catalana de Gas.
En 2002 debió responder ante el Juzgado de Instrucción de Barcelona como director de La Caixa por la concesión de un crédito de 300 millones de pesetas a Círculo Novatio, cuyo capital era de 500.000 pesetas y se encontraba inactiva. Esta operación, realizada en 1995, fue denunciada como un supuesto delito de estafa por la avalista del crédito, Flora Bertrand, quien además llevó a los tribunales un presunto “entendimiento” entre La Caixa y el letrado de De la Rosa, Juan Piqué. Brufau fue imputado junto con otros cinco empleados de La Caixa. El crédito fue concedido para una supuesta operación inmobiliaria el mismo día en que De la Rosa salió de prisión y debía devolver dinero a varias personas que le prestaron para la fianza. Brufau rechazó los cargos, pero Piqué admitió haber hecho gestiones ante La Caixa durante la concesión del préstamo, y luego también “para demorar el cobro de algunos intereses vencidos”.
Meses después fue elegido presidente del Círculo de Economía, foro de debate catalán que aglutina a 1500 empresarios y profesionales, en sustitución de Salvador Gabarró, entonces consejero de Repsol. Brufau adelantó que la “ética y la problemática de la inmigración masiva” serían sus dos “prioridades”. Ese mismo año, Brufau fue también nombrado miembro de la Cámara de Comercio Internacional, como integrante del comité ejecutivo de esta entidad fundada en 1919, que agrupa a representantes de 140 países, cuyo objetivo es potenciar el libre comercio.
El 27 de octubre de 2004 asume al frente de Repsol YPF apuntalado por La Caixa, respaldo que le servirá luego en el conflicto interno que amenazó el año pasado con destituirlo. En 2009 se inició un duro cruce interno entre Brufau y Luis del Rivero, titular de Sacyr y principal accionista de Repsol, porque este último objetó el recorte de dividendos a cuenta del ejercicio de ese año. Del Rivero debía responder por las deudas que le quedaron en el sector inmobiliario a causa de la crisis financiera internacional. En medio de esta contienda, el año pasado se conoció un posible acuerdo de sindicación de acciones entre Sacyr y Pemex para elevar la participación de ambos al 29,5 por ciento dentro de la petrolera. Brufau y La Caixa hicieron valer la mayoría en el Consejo de Administración de Repsol, a pesar de que Sacyr y Pemex tuvieran el 30 por ciento del paquete accionario (contra el 12 de La Caixa). De esta pelea, Brufau vuelve a salir fortalecido, ya que compró el 10 por ciento del capital de Repsol que pertenecía a Sacyr –desplazando a Del Rivero– y con Pemex reforzó la alianza.
Como accionista individual, Brufau es el de mayor peso dentro del paquete de Repsol. El cierre del último ejercicio fiscal (2011) arrojó para el empresario español una “compensación anual” de 8.164.188 euros. Este ingreso estuvo compuesto por su salario, de 2.368.000 euros, más un bono de 2.772.000 euros que recibió por los resultados de la compañía. El resto se compone por las ganancias por su tenencia en acciones en las diferentes empresas que controla.