La Dictadura del Proletariado no es un régimen de tiranía, no es una venganza cruel ni un gigantesco campo de concentración rodeado de alambre de espino. La Dictadura del Proletariado no es un estado de terror permanente, no es el totalitarismo de un caudillo, no es el poder concentrado en manos de una camarilla de vanguardia.
Frente a su crisis estructural, el Capitalismo evidencia su naturaleza de clase a cada paso que da. Todas las medidas adoptadas, en una salida desesperada hacia ninguna parte, sin ninguna perspectiva a largo plazo, están dirigidas a proteger los intereses de la burguesía en contra de los intereses de la clase trabajadora. Los recortes en derechos laborales y servicios sociales, son de tal magnitud que paralelamente deben ser complementados con una escalada en las políticas represivas, como así demuestran los planes para reformar el Código Penal.
Lo llaman Democracia y si lo es, pero es Democracia burguesa. Es la Democracia en la que unos pocos deciden el futuro de la mayoría. Es por lo tanto, una forma de Dictadura, la que algunos han venido definiendo durante los últimos meses como «Dictadura de los Mercados».
El Estado, en cualquiera de sus formas, es un instrumento de dominación de una clase sobre otra. Por lo tanto, no nos encontramos ante un aparato de naturaleza neutral, que sirve a los intereses de obreros y banqueros por igual, sino con un aparato que sirve a los intereses de la clase dominante, diseñado y dirigido por esa misma clase dominante.
La Dictadura del Proletariado también es Democracia, pero es la Democracia de los trabajadores. Es la Democracia en la que la mayoría decide sobre su propio futuro, imponiéndose a la voluntad de la minoría burguesa parasitaria. Es la dominación del proletariado, de los trabajadores sobre los capitalistas.
La Dictadura del Proletariado no ejecuta a grandes empresarios, los despoja de sus privilegios. La Dictadura del Proletariado se adueña de los medios de producción y los convierte en propiedad social. De igual manera, la Dictadura del Proletariado, con la clase trabajadora a la cabeza, toma las riendas de la vida económica planificando la producción para satisfacer las necesidades de la población. La Dictadura del Proletariado es garantizar el Socialismo, por eso, la Dictadura del Proletariado es buena para los niños.
Bajo la Dictadura del Capitalismo, las mujeres y los niños son especialmente castigados. Esto lo reconoce el propio Capitalismo en un Estudio sobre la Infancia en España realizado por UNICEF en 2011. En este informe se afirma que «Uno de cada cuatro niños en España es pobre». Así de rotundo.
El estudio del bienestar material de los niños, realizado por UNICEF, se ha medido por tres indicadores: los ingresos familiares, el acceso a los recursos educativos básicos y las condiciones de la vivienda. Según Marta Arias, directora de Sensibilización de esta organización, “Ser un niño pobre en un país desarrollado como España no quiere decir que ese niño pase hambre, pero sí puede estar malnutrido” y «aunque los niños vayan a la escuela y tengan atención sanitaria básica, si sus padres son pobres no podrán comprarles libros o arreglarles los dientes».
Esta es la Democracia burguesa, la Democracia en la que unos pocos deciden sobre la vida de millones de seres humanos. Una Democracia que pretende que en el futuro, estos niños no tengan ni educación ni atención sanitaria básica. Por eso, la Dictadura del Proletariado, la Democracia de los trabajadores, es buena para los niños. Porque antepone la educación y la atención sanitaria a los intereses de empresas privadas. Porque antepone el bienestar de la sociedad al beneficio multimillonario de una casta de parásitos. Porque la Democracia de los trabajadores es mucho más democrática.
No existe un término medio, no hay conciliación posible entre clases antagónicas. Es una guerra histórica en la que debemos tomar partida. O su Democracia o la nuestra. O su Dictadura o la nuestra.
¡Todo el poder para el pueblo! ¡Viva la Democracia de los y las trabajadoras! ¡Viva la Dictadura Proletaria!
F. Pianiski es militante de Iniciativa Comunista