El alcalde de Bilbo Iñaki Azkuna, al mejor estilo populista de extrema derecha y en la línea de partidos como el PP, FN de Francia o la PxC se ha descolgado con unas declaraciones contra la comunidad china que vive y trabaja en Euskal Herria. Lo más curioso de todo es que a la vez que interpela a la sociedad para que “espabile” afirma que en caso contrario “tendremos cada vez más chinos en Bilbao” y menos comercio familiar. Vamos, como si los chinos no tuvieran familia.
Lo que podría parecer a simple vista las divagaciones de un enajenado en realidad responden a un discurso muy estudiado de la derecha que está triunfando en gran parte de Europa y que no es nuevo en Euskal Herria. Ese discurso con otros matices ya fue usado por el PNV para enfrentar a la clase trabajadora española que en gran número emigró a Euskal Herria en diversas etapas históricas. Discurso que fue agradecido por el españolismo para intensificar la creación de guettos anti-vascos. De esta manera el PNV y el PP-PSOE se han auto-alimentado mutuamente y han asegurado que sus intereses de clase estén protegidos.
El objetivo en primera y última instancia supone enfrentar a la clase trabajadora entre sí, enfrentar al pequeño comercio entre sí y es que además lo hacen precisamente los que potencian los grandes centros comerciales, los que esquilman a la clase trabajadora y los que en definitiva han creado la crisis y quieren que la clase trabajadora se degolle entre ella y no les señale como responsables. ¿Qué mejor arma que el racismo populista para que gracias a la ignorancia política de una parte de la clase trabajadora la haga ponerse al servicio de esta cuadrilla de burgueses impresentables?.
Es un derecho el descanso en festivos para los trabajadores del pequeño comercio, y es una obligación social oponerse al modelo de grandes cadenas comerciales que son las que verdaderamente están erosionando desde hace tiempo a este sector. La salida no se circunscribe a una carrera de competividad entre las clases populares sino todo lo contrario, acabar con un modelo comercial controlado por una serie de grupos económicos los cuales son protegidos por elementos como el señor Azkuna.
Es hora de activar un boicot claro y contundente contra las grandes superficies comerciales y especialmente todas aquellas que en un ataque al derecho al descanso de trabajadores y trabajadoras abren en festivos con licencias de apertura de partidos como el de Azkuna.
El racismo como herramienta del clasismo capitalista no es nuevo. Un tejido social vivo, crítico, abierto, plural y responsable es la mejor vacuna para hacer frente a estos tiempos de creciente individualismo, especialmente para contrarestar el arma del racismo que ha sido y será usada abiertamente por la derecha para engañar al pueblo trabajador vasco. Ya que no solo les sirve para sacar rentabilidad económica sino sobre todo para que la respuesta social a la injusticia económica no se prenda en la sociedad y se vuelva contra ellos.
La sociedad vasca tiene que espabilar, pero ante espabilados como Azkuna.