Traducción de Boltxe Kolektiboa
Los Estados Unidos tienen que defenderse cuando son atacados, ha declarado el secretario para la defensa Leon Panetta, rechazando así las protestas por los crecientes ataques de drones estadounidenses en Pakistán. Según Panetta, los pakistaníes deben comprender que los «predators» también están para su bien: vuelan por encima de sus cabezas, teledirigidos desde los Estados Unidos a más de diez mil kilómetros de distancia para disparar con sus misiles «fuego de infierno» a los peligrosos turistas que se ocultan en territorio pakistaní. Conclusión opuesta a la que llega, después de una visita a Pakistán, Navi Pillay, Alto Comisario de las Naciones Unidas para los derechos humanos: «Los ataques de drones, se producen en término medio cada cuatro días « provocando muertes indiscriminadas de civiles, que constituyen una violación de los derechos humanos». Plantea además serios problemas de derecho internacional en cuanto que se llevan a cabo «fuera de todo mecanismo de control civil o militar» Pillay pide, por tanto que se abra una investigación oficial. Esta acusación fue denegada de forma tajante por el presidente Obama, quién afirma con rotundidad que los ataques con drones- que también se efectúan en Afganistán, Iraq, Yemen, Somalia y otros países « no provocan grandes bajas civiles». En realidad están bajo un control muy estricto». Claro, nadie lo duda.
Como puede leerse en el New York Times, El Presidente en persona es quién hace las «nominaciones ultra secretas» de los presuntos terroristas que hay que matar, en la mayoría de los casos con misiles drones. La «kill list» ‑que incluye a personas del mundo entero que por ser consideradas dañinas para los Estados Unidos y sus intereses, son secretamente condenadas a muerte bajo la acusación de terrorrista- se actualiza mediante «un extrañísimo ritual burocrático»: La teleconferencia, dirigida por el Pentágono, a más de cien responsables de la «seguridad nacional». Éstos retiran las fichas de los que ya se han matado para añadir otras en una especie de juego macabro que un funcionario comparaba con el de los muñecos de jugadores de baseball. La lista es luego presentada al presidente para su aprobación. Especialmente cuando « al mismo tiempo que al terrorista, será alcanzada por el drone su familia, «la evaluación moral final» le corresponde al Presidente. Cuando éste lo ha autorizado, el operador, cómodamente instalado en los Estados Unidos, delante de la consola de control de drones, lanza los misiles contra aquella casa de Pakistán, indicada como refugio de terrorista. De todas maneras en la explosión, los niños no se ven. Es la « guerra no convencional» que está llevando la administración de Obama. Con ella se desarrollan drones cada vez más sofisticados: como los drones de propulsión nuclear, que están capacitados par volar ininterrumpidamente durante meses y un pequeño drone kamikaze que se lanza contra el objetivo destruyéndolo con su carga explosiva. Una mina para las indústrias constructivas (General Atomics, Northrop, Grumman y otras): El pentágono ha decidido aumentar en 30% su flota actual de 7.500 drones, gastando 32.000 millones de dólares. Italia participará por valor de 4.000 millones de dólares con la compra de cinco drones de fabricación estadounidense, desplegados por la OTAN en Sigonella (Sicilia), y comprará misiles y bombas de precisión para sus propios drones, también fabricados en Estados Unidos. El pentágono hizo hincapié en que servirían para «proteger» no sólo a Italia sino también a Estados Unidos.
¿Para cuándo la «kill list» italiana?
« Lo siento, figura usted en la «kill list»
Manlio Dinucci
13 juin 2012