1. Como anticipábamos hace unos días, ha faltado tiempo para que los responsables de KutxaBank empiecen a apuntar al Eurogrupo como responsable de la bancarización /entrada de terceros inversores en las cajas de ahorros vascas.
2. El Presidente de KutxaBank, acertadamente, ha afirmado que si se confirmara que las cajas deben perder el control de KutxaBank, se trataría de un verdadero “expolio”.
3.Es evidente que la pérdida del patrimonio acumulado por la economía vasca durante un siglo, sin ningún tipo de justificación social ni económica, no puede calificarse sino como tal “expolio”.
4.Un expolio que no sólo es una tremenda injusticia para nuestros ciudadanos y nuestras empresas sino una radical desestabilización de nuestra estructura económica.
5.La cuestión clave en este momento es la siguiente: expolio, sí, pero ¿quién es el autor del expolio?
6. Según se está transmitiendo, la CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorros) está realizando gestiones activas para que la entrada en vigor de esta normativa impuesta por el Eurogrupo se retrase cuanto sea posible. Este comentario no deja de ser sorprendente. ¿La CECA? ¿Y dónde están el Gobierno Vasco, las Diputaciones, nuestros líderes políticos, el Parlamento Vasco, las Juntas Generales …?
¿No es casi tan importante este “expolio” para nuestra estructura económica como puede serlo el Concierto Económico?
7. Hay algunos datos sorprendentes también en relación con los debates surgidos al respecto en las Asambleas Generales de las tres cajas.
8. El primero de ellos es que un debate de esta trascendencia se produjera a preguntas del Partido Socialista de Euskadi y de Bildu y que no surgiera de la propia Presidencia.
9. Llama la atención igualmente que no se haya aludido en este debate a la sorprendente coincidencia entre lo que ahora parece que – según se dice- “nos obligan” y la propuesta de bancarización con entrada de terceros inversores planteada por el actual equipo gestor en primavera de 2011 y no rectificada hasta septiembre de 2011. Es decir que el Eurogrupo – aparentemente- nos va a obligar –casualmente- a hacer lo que el equipo ejecutivo de Kutxabank quería hacer.
10. Es preocupante que no se transmitiera con claridad en las Asambleas que la pérdida del control planteada en el documento sólo es obligatoria para las cajas “bancarizadas” pero no para las que no se bancaricen. Aunque la obligatoriedad de la pérdida de control en los términos en los que se ha planteado se lleve adelante, NO existe tal obligatoriedad para KutxaBank. Basta con revertir el proceso de bancarización.
11.Revertir el proceso de bancarización no es otra cosa sino una decisión de las Asambleas Generales de las tres cajas que sustituya la bancarización-fusión fría por una fusión a través del modelo tradicional de las cajas de ahorros. Si realmente se quiere, puede hacerse en el mismo mes de septiembre.
12. Revertir el proceso de bancarización significa, básicamente, apostar por uno entre dos modelos institucionales de futuro para KutxaBank:
a) El modelo tradicional de cajas de ahorros
b) El modelo de cajas de ahorros con forma jurídica cooperativa.
13. Apostar por el modelo tradicional de las cajas de ahorros es apostar por cajas que actúan por sí mismas en el mercado financiero, no a través de un banco. Un modelo de entidades enraizadas en el entorno y sin aventuras expansionistas, de conformidad con las necesidades reales de la economía vasca. Un modelo no sólo eficiente sino esencial para la estabilización de la economía y la financiación de las pequeñas y medianas empresas. Un modelo reconocido como tal en el conjunto de Europa y en este momento sólo cuestionado en España.
14.El modelo de cajas de ahorros con forma jurídica cooperativa es el modelo seguido por las cajas de ahorros francesas con el fin de dotar de estabilidad institucional a las mismas. Permite mantener las proporciones de representación de usuarios, trabajadores y entidades públicas y dotar de una clara lógica institucional y de gobierno corporativo a la entidad.
15. Nadie nos obliga, por lo tanto, a ceder esta participación a terceros inversores. Como revela el proceso seguido en 2011 y los documentos repetidamente
elaborados en ese contexto, si la pérdida del control de las cajas de ahorros se produce es porque se quiere que se produzca.
Porque existe una intención clara de que este “expolio” se encamine hacia la entrada en el gobierno de nuestras cajas de unos determinados digamos “grupos de interés”, tal como está siendo casi de dominio público.
16.Todo este proceso está siendo más que sorprendente y ausente de cualquier explicación basada en la lógica social o económica, o en el interés general del país.
17. Sin razón que lo justifique en el caso vasco, alguien decidió en primavera de 2011 sumarse al movimiento de bancarización sin que ello tenga nada que ver con las mejoras de gestión corporativa que en ocasiones se utilizan como pretexto.
Este hecho es más que evidente. Basta con constatar que estas mejoras corporativas se basaban en cuestionar el peso de las entidades públicas en las cajas, supuestamente origen de distintas corruptelas e ineficiencias. Si esto es así, alguien debería explicar por qué la bancarización se utiliza en nuestro caso para todo lo contrario. Esto es, para apartar del poder a representantes de usuarios y trabajadores y dejar todo el gobierno corporativo en manos de los representantes políticos.
18. Dejémoslo claro. Nada en este proceso se ha desarrollado como consecuencia de fines de interés general ni de interés de las propias cajas. Ni mejoras de gobierno corporativo, ni mejoras de dimensión, ni mejoras de capitalización.
El conjunto del proceso: fusión, bancarización, entrada de terceros inversores, adquisición de entidades insolventes en otros entornos, … sólo puede explicarse como una sucesión de actuaciones encaminadas a un agresivo posicionamiento de distintos grupos políticos y de interés en el marco de la consideración de nuestras cajas de ahorros como un mero instrumento de poder para intereses particulares.
Es evidente que esta afirmación es muy grave. Si alguien se manifiesta ofendido por la misma, estaríamos encantados de equivocarnos. La prueba en contrario es muy fácil: convocatoria en septiembre de Asambleas Generales de las cajas de ahorros con una propuesta de dar marcha atrás al proceso de bancarización. Es lo que el futuro de nuestra economía –y de nuestro país- exige. Y es también lo que, a efectos de determinar quién es realmente el responsable de este “expolio”, exige la responsabilidad política en un sistema democrático.