¿Cri­sis o esta­fa?- Sal­va­dor López Arnal

Para Dome­ni­co Losur­do, como recuer­do de nues­tro encuen­tro en las Jor­na­das de Pen­sa­mien­to Crítico.

Toman­do pie en la pla­ta­for­ma Bloom­berg, Aman­da Mars infor­ma­ba en el país del miér­co­les 8 de agos­to de 2012 que Aman­cio Orte­ga se ubi­ca­ba, según patri­mo­nio en el ter­cer lugar de esa lis­ta insul­tan­te de los 20 indi­vi­duos más ricos del mundo.

El pri­me­ro es Car­los Slim, un empre­sa­rio de un país que está en manos del nar­co­trá­fi­co, de un sui­ci­da libre comer­cio, inca­paz de admi­tir que una fuer­za mode­ra­da de cen­tro izquier­da pue­da alcan­zar la pre­si­den­cia de la nación. Don Feli­pe Gon­zá­lez-Gas Natu­ral podría expli­car­nos deta­lles muy intere­san­tes de las ini­cia­ti­vas eco­nó­mi­cos polí­ti­cas de la pri­me­ra for­tu­na del mundo.

Bill Gates es el segun­do rica­chón. Su nego­cio: pri­va­ti­zar el cono­ci­mien­to infor­má­ti­co. Si usted quie­re usar una hoja de cálcu­lo para obte­ner el pro­me­dio de sus gas­tos men­sua­les, tie­ne que pagar por ello. Es como si usted tuvie­ra que pagar a un empre­sa­rio por uti­li­zar el teo­re­ma de Pitá­go­ras, la ley de la gra­ve­dad, la tabla perió­di­ca de los ele­men­tos o el prin­ci­pio de incertidumbre.

La lis­ta de los rica­cho­nes es muy mas­cu­li­na y muy occi­den­tal. Al final apa­re­ce un pop­pe­riano, Geor­ge Soros, que se las da de luchar por la socie­dad abier­ta ¡menu­da socie­dad es esa!

La suma de los patri­mo­nios de estos 20 rica­cho­nes suma apro­xi­ma­da­men­te 680 mil millo­nes de dóla­res. Más que el PIB de Gre­cia y Por­tu­gal suma­dos, más de los 23 del PIB espa­ñol: 20 tie­nen tan­to como unos 30 millo­nes de ciu­da­da­nos espa­ño­les o como 300 o 400 millo­nes de ciu­da­da­nos afri­ca­nos. ¿De dón­de han obte­ni­do su for­tu­na? Un ejem­plo pue­de ayudar:

Orte­ga era has­ta hace poco pre­si­den­te eje­cu­ti­vo de Indi­tex. Pablo Isla abo­ga­do del esta­do, es aho­ra pre­si­den­te de la mul­ti­na­cio­nal. El año 2011 sus hono­ra­rios por la pre­si­den­cia subie­ron 21,8 millo­nes de euros. Según la mis­ma empre­sa, lo que ellos lla­man gas­to por tra­ba­ja­dor ‑sala­rio más segu­ri­dad social- fue de 20.218 euros. La rela­ción fue por tan­to de 1000 a 1. Si tene­mos en cuen­ta que la can­ti­dad indi­ca­da es un pro­me­dio, es muy pro­ba­ble que la rela­ción con los sala­rios más bajos de los tra­ba­ja­do­res haya sido de 1500 a 1. A eso se le lla­ma­ba en los tiem­pos heroi­cos explo­ta­ción, plus­va­lía abso­lu­ta, plus­va­lía rela­ti­va etc.

Hay otro pun­to a remar­car: la varia­ción patri­mo­nial. En tiem­pos de supues­ta cri­sis inter­na­cio­nal, Car­los Slim ha incre­men­ta­do su patri­mo­nio entre 2011 y 2012 en un 20,4%. Gates en un 12,3%. Don Orte­ga en un 32,2%. De estos 20 rica­cho­nes sólo uno ha dis­mi­nui­do su patri­mo­nio en un 0,2% ¿cri­sis? ¿Qué cri­sis? ¿No sería mejor lla­mar­le por su nom­bre ver­da­de­ro: esta­fa des­co­mu­nal con­tra los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras de todo el mundo?

Hace unos cuan­tos años, Warren E. Buf­fett, el cuar­to rica­chón de los rica­cho­nes, tuvo la des­fa­cha­tez de afir­mar que era obvia la exis­ten­cia de la lucha de cla­ses y que la suya, la empre­sa­rial, la bur­gue­sa, los nue­vos empren­de­do­res, esta­ban ganan­do por golea­da. Con todo el cinis­mo del mun­do. Hace unos cuan­tos años más, en 1848 los jóve­nes Marx y Engels ya expli­ca­ron que la his­to­ria huma­na cono­ci­da se ver­te­bra­ba en base a esa lucha que, en oca­sio­nes aca­ba­ba en desas­tre. No esta­mos muy lejos de ese pun­to. Pero aña­die­ron algo más: el fan­tas­ma del movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio reco­rría las ciu­da­des y pue­blos de euro­pa. Hoy el fan­tas­ma de la revo­lu­ción social debe reco­rrer tam­bién euro­pa y el mun­do ¡Has­ta ente­rrar­los en el mar, a esos 20 rica­cho­nes y a todos los eje­cu­ti­vos y polí­ti­cos que les sir­ven y adulan!

PS: Dome­ni­co Losur­do está escri­bien­do un libro sobre la actua­li­dad de la lucha de cla­ses. Por si tuvié­ra­mos algu­na duda. ¿Se acuer­dan aque­llos que afir­ma­ban que eso de la lucha de cla­ses era un asun­to de paleo­mar­xis­tas no reciclados?

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