Las inten­cio­nes de Urku­llu son una ame­na­za para el futu­ro y el bien­es­tar de la socie­dad vas­ca- LAB Sindikatua

Si hay algo que se ha demos­tra­do en los últi­mos tiem­pos es la inuti­li­dad de las polí­ti­cas basa­das en el des­pil­fa­rro y la espe­cu­la­ción para el bien­es­tar del con­jun­to de la socie­dad. Los mega­pro­yec­tos son un ejem­plo de ello, y el Tren de Alta Velo­ci­dad (TAV) su expre­sión máxima.
Esta infra­es­truc­tu­ra ferro­via­ria se ha con­ver­ti­do en un gran las­tre para el Esta­do espa­ñol: gas­tos que no se amor­ti­zan, bajo núme­ro de via­je­ros, alto cos­te de los bille­tes, millo­na­rio gas­to de man­te­ni­mien­to,… Lejos de apren­der la lec­ción, los Gobier­nos de Gas­teiz e Iru­ñea apro­ba­ron la cons­truc­ción del TAV, cuyo cos­te total va a supe­rar los 9.000 millo­nes de euros.

El balan­ce de estos años de impo­si­ción de un pro­yec­to no refren­da­do por la socie­dad vas­ca, no pue­de ser más nega­ti­vo. ¿Para qué han ser­vi­do los millo­nes de euros que se han des­ti­na­do para ello? Es evi­den­te que no ha ser­vi­do para crear empleo. El paro sigue cre­cien­do has­ta lle­gar a las 213.816 per­so­nas des­em­plea­das. No ha ser­vi­do para crear empleo de cali­dad. Son cons­tan­tes las denun­cias de incum­pli­mien­to de con­ve­nios pro­vin­cia­les, fal­ta de segu­ri­dad labo­ral, lar­gas jor­na­das de tra­ba­jo, acci­den­tes labo­ra­les, tem­po­ra­li­dad… Ni tam­po­co ha ser­vi­do para mejo­rar los ser­vi­cios públi­cos. El dine­ro que los Gobier­nos de Gas­teiz e Iru­ñea están des­vian­do al TAV en for­ma de par­ti­das pre­su­pues­ta­rias cada vez más cre­cien­tes, se está res­tan­do de la sani­dad, la edu­ca­ción, de las polí­ti­cas de crea­ción de empleo, de la depen­den­cia, de las ren­tas de ingre­sos míni­mos etc.

El TAV se está tra­gan­do nues­tro futu­ro. El bene­fi­cio de las gran­des cons­truc­to­ras supo­ne cor­tar de cua­jo la posi­bi­li­dad de cons­truir una socie­dad más igua­li­ta­ria, con ser­vi­cios públi­cos que satis­fa­gan las nece­si­da­des de la mayo­ría, que pro­mue­va un mode­lo eco­nó­mi­co más social y democrático.

Por ello, para el sin­di­ca­to LAB nos pare­ce inau­di­ta y alar­man­te la inten­ción de Urku­llu de com­pro­me­ter y ade­lan­tar el dine­ro de las obras del TAV, copian­do así la polí­ti­ca de Yolan­da Bar­ci­na en Nafa­rroa. En estos momen­tos en que se anun­cian nue­vos ata­ques a los dere­chos socia­les, que se acu­mu­lan a los que ya se venían apli­can­do, plan­tea­mien­tos como los de Urku­llu supo­nen un gra­ve peli­gro y ries­go para el bien­es­tar de la socie­dad vasca.

Urku­llu ante­po­ne sal­var la cara al Esta­do espa­ñol, la ban­ca y las gran­des cons­truc­to­ras a res­pon­der a las urgen­tes nece­si­da­des en mate­ria de salud, edu­ca­ción, pobre­za, vivien­da o desa­rro­llo eco­nó­mi­co exis­ten­tes en nues­tro pue­blo. Por ello, ade­más de mos­trar nues­tro más con­tun­den­te recha­zo, exi­gi­mos un cam­bio radi­cal en las prio­ri­da­des polí­ti­cas y eco­nó­mi­cas. La direc­ción es cla­ra: más dere­chos socia­les, más fis­ca­li­dad pro­gre­si­va, más crea­ción de empleo, más ser­vi­cios públi­cos, más desa­rro­llo local, más soberanía.

Eus­kal Herria, 3 de octu­bre de 2012

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