«No admi­ten que los pre­sos polí­ti­cos sean vis­tos como per­so­nas». Entre­vis­ta de Gara a los cineas­tas de «Barru­ra Begi­ratze­ko Leihoak/​Ventanas al interior»

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Txa­ber Larrea­te­gi, Josu Mar­tí­nez, Mireia Gabi­lon­do, Ena­ra Goi­koetxea y Eneko Ola­sa­gas­ti son los cin­co cineas­tas encar­ga­dos de dar for­ma y sen­ti­do a «Barru­ra Begi­ratze­ko Leihoak/​Ventanas al inte­rior»; un lar­go­me­tra­je docu­men­tal en el que asis­ti­mos a las viven­cias, emo­cio­nes y com­pli­ci­da­des mos­tra­das por cin­co pre­sos polí­ti­cos vascos.

Trai­ler e info sobre «Ven­ta­nas ak interior»

Mireia Gabi­lon­do, Ena­ra Goi­koetxea y Eneko Olasagasti

Direc­to­res de «Barru­ra Begi­ratze­ko Leihoak/​Ventanas al interior»

Tras la incer­ti­dum­bre gene­ra­da alre­de­dor de «Barru­ra Begi­ratze­ko Leihoak/​Ventanas al Inte­rior», final­men­te este docu­men­tal «seña­la­do» podrá ser visio­na­do en nues­tras pan­ta­llas y gra­cias en bue­na medi­da a las ini­cia­ti­vas popu­la­res impul­sa­das des­de diver­sas loca­li­da­des de Eus­kal Herria. Antes de que la pan­ta­lla se ilu­mi­ne con el tes­ti­mo­nio de los cin­co pre­sos polí­ti­cos que pro­ta­go­ni­zan el fil­me, com­par­ti­mos con­ver­sa­ción con tres de los cin­co cineas­tas que han par­ti­ci­pa­do en este pro­yec­to coral, Mireia Gabi­lon­do, Ena­ra Goi­koetxea y Eneko Olasgasti.

¿Cómo sur­gió y asu­mie­ron esta ini­cia­ti­va coral?

Mireia Gabi­lon­do. En mi caso fue una gran sor­pre­sa cuan­do me lo pro­pu­so Josu Mar­tí­nez. Tenía cla­ro cómo abor­dar mi his­to­ria y tras medi­tar el enfo­que, al final he con­se­gui­do plas­mar lo que pre­ten­día. Fue una sor­pre­sa por­que Gotzo­ne López de Luzu­ria­ga es una per­so­na a la que no cono­cía y, a par­te de su his­to­ria per­so­nal dura por­que pade­ce un cán­cer y debe afron­tar­lo en la cár­cel, me pare­ció muy atrac­ti­vo tra­ba­jar con las con­ver­sa­cio­nes que su madre había gra­ba­do en cin­tas magnetofónicas.

Ena­ra Goi­koetxea. A Josu le conoz­co des­de hace tiem­po y he tra­ba­ja­do con él en varios pro­yec­tos. Me comen­tó que bus­ca­ra a un quin­to cineas­ta y no me lo pro­pu­so a mí direc­ta­men­te por­que sabía que la polí­ti­ca no me impor­ta­ba en exce­so. Cuan­do yo le dije que que­ría par­ti­ci­par en este pro­yec­to, se sor­pren­dió un poco y me dijo que adelante.

Eneko Ola­sa­gas­ti. A mí se me pro­pu­so cen­trar­me en alguien «polí­ti­co» inclui­do en el colec­ti­vo de pre­sos. Esta­ba la opción de que fue­ran Arnal­do Ote­gi o Mikel «Antza» con quien com­par­tí amis­tad en el pasa­do. Al final yo me decan­té por este últi­mo por­que me intere­sa­ba mucho a títu­lo per­so­nal y por­que ello me obli­ga­ba a hacer un tra­ba­jo serio de intros­pec­ción; había mucha impli­ca­ción per­so­nal en esta opción por­que supo­nía un reen­cuen­tro. Este últi­mo ele­men­to estu­vo pre­sen­te des­de un principio.

¿Cómo plan­teó su historia?

E.O. Hubo algu­na varia­ción rela­cio­na­da con la idea pri­mi­ti­va que tenía en men­te, pero el hilo con­duc­tor ‑la recu­pe­ra­ción de una amis­tad- pre­va­le­ció. Des­pués de inter­cam­biar varias car­tas con Mikel, le pedí que se con­vir­tie­ra un poco en co-guio­nis­ta de la his­to­ria. De esta mane­ra, las car­tas se con­vir­tie­ron en el deto­nan­te y el via­je, ese reen­cuen­tro cen­tra­do en la recu­pe­ra­ción de una amis­tad, se con­vier­te en la acción de la his­to­ria. Final­men­te todo se con­cre­ta en el final, en el encuen­tro físi­co que ambos compartimos

En el frag­men­to dedi­ca­do a Jexus Mari Zala­kain tam­bién abor­da el tris­te­men­te céle­bre «Caso 18÷98».

E.G. Jesus Mari Zala­kain es una per­so­na de cier­ta edad, lo cual dota de cier­to empa­que a lo que está con­tan­do por­que lo ha vivi­do direc­ta­men­te; ha vivi­do de pri­me­ra mano diver­sos ciclos. Me intere­sa­ba tam­bién su ver­tien­te inte­lec­tual y todo lo que podía con­tar­me acer­ca del epi­so­dio que cul­mi­nó con el cie­rre del dia­rio «Egin» y «Egin Irra­tia». Gra­cias a la ayu­da que me pres­ta­ron sus ami­gos logré lle­var a cabo este tra­ba­jo teji­do a gol­pe de corres­pon­den­cia y lla­ma­das tele­fó­ni­cas por­que toda­vía cum­ple con­de­na. Curio­sa­men­te, bue­na par­te de lo que hemos pade­ci­do a la hora de abor­dar este pro­yec­to, tie­ne muchas simi­li­tu­des con lo que ha supues­to el suso­di­cho «18÷98».

En su caso, la pala­bra jue­ga un papel fun­da­men­tal. ¿Cómo hizo para ensam­blar­la con la imagen?

M.G. Lo tuve muy cla­ro des­de el prin­ci­pio. Al con­tar con ese mate­rial que tuve que escu­char duran­te horas, me intro­du­je en esa peque­ña inti­mi­dad domés­ti­ca y emo­cio­nal que com­par­tían madre e hija. La voz se trans­for­ma en el hilo con­duc­tor. Gotzo­ne no apa­re­ce en momen­to alguno, sólo se intu­ye su pre­sen­cia median­te esas con­ver­sa­cio­nes que com­par­te con sus padres. Me cos­tó ver­te­brar­lo, pero una vez lo tuve cla­ro qui­se enfo­car­lo de esta mane­ra y me puse en con­tac­to con la fami­lia ‑la cual me ha pres­ta­do toda su ayu­da incon­di­cio­nal y a la que ten­go que agra­de­cer muchí­si­mo- para lle­var a cabo este cor­to de 15 minutos.

¿Qué sen­sa­cio­nes alber­ga­ron cuan­do pudie­ron ver este tra­ba­jo colec­ti­vo por pri­me­ra vez?

E.O. Resul­ta difí­cil expre­sar­lo. Si con­cre­to en los aspec­tos mera­men­te artís­ti­cos, yo diría que cum­pli­mos con nues­tro come­ti­do y logra­mos supe­rar la gran duda que man­tu­vi­mos al ini­cio y que con­sis­tía en que la pelí­cu­la no se resin­tie­ra en su estruc­tu­ra al estar divi­di­da en cin­co frag­men­tos. Esa uni­dad de esti­lo está muy lograda.

E.G. Nos reu­nía­mos cada cier­to tiem­po y cada cual expo­nía cómo iba su agen­da par­ti­cu­lar. Aun­que el tra­ba­jo está divi­di­do en cin­co his­to­rias dife­ren­tes, el nexo de unión ha sido común por­que com­par­tía­mos el mis­mo equi­po de roda­je. Lue­go, cada cual, ha ela­bo­ra­do su pro­pio pro­yec­to siguien­do sus pro­pios pará­me­tros crea­ti­vos, pero tenien­do en cuen­ta el poso humano que sub­ya­ce en la película.

M.G. Yo la pri­me­ra vez que me emo­cio­né fue cuan­do la vi en la pan­ta­lla gran­de, en el estreno que hici­mos en el Vic­to­ria Euge­nia. Hacía tiem­po que no la había vis­to ‑pre­via­men­te pudi­mos ver­la en casa, en nues­tros orde­na­do­res o tele­vi­sio­res- y este reen­cuen­tro con la pelí­cu­la sus­ci­tó en mí un cúmu­lo de emo­cio­nes, una catár­sis sen­ti­da en cuan­to la gen­te se puso en pie para aplau­dir­la al final de la proyección.

«Jamás intui­mos que todo fue­ra tan desproporcionado»

Fue un pro­yec­to que nació mar­ca­do des­de su pro­pia géne­sis. ¿Qué valo­ra­ción hacen sobre todo lo que ha acon­te­ci­do alre­de­dor de «Barru­ra Begi­ratze­ko Leihoak/​Ventanas al interior»?

M.G. A mí me da pena, sin­ce­ra­men­te. No se ha habla­do de la pelí­cu­la una vez estre­na­da, sino antes de haber podi­do ser visio­na­da. Se ha habla­do del con­cep­to de la pelí­cu­la y no de ella mis­ma. Pero lle­ga­dos a este pun­to, en el que ya pue­de ser vis­ta, pre­va­le­ce un sen­ti­mien­to de ale­gría por­que todo lo vivi­do duran­te estos días me ha des­cu­bier­to que la gen­te tie­ne ganas de ver­la y ese es un fac­tor que hay que tener muy en cuenta.

E.O. Moles­ta que haya varie­dad en el rela­to. Hay una obse­sión por el rela­to úni­co y lo que hemos pre­ten­di­do fil­mar se enmar­ca pre­ci­sa­men­te en todo lo con­tra­rio, en el rela­to plu­ral, en una par­te de ese rela­to plu­ral. Sabía­mos que íba­mos a hablar de una de las par­tes, la de los pre­sos polí­ti­cos vas­cos y sabía­mos que no iba a resul­tar nada fácil, pero jamás intui­mos que todo fue­ra tan des­pro­por­cio­na­do y, sobre todo, antes de que fue­ra visio­na­da. Mariano Ferrer, Juan Mari Torreal­dai y Itziar Artea­ga nos comen­ta­ron a la sali­da del pase que hici­mos en el Aqua­rium de Donos­tia, que no nos iban a dejar seguir ade­lan­te con la pelí­cu­la por­que tra­tá­ba­mos a los pre­sos como per­so­nas y eso, de algu­na for­ma, es lo que no pue­den soportar.

E.G. Com­par­to la idea gene­ral que expo­nen mis com­pa­ñe­ros. Es una ver­da­de­ra locu­ra que se pre­ten­da dejar fue­ra del cir­cui­to un docu­men­tal por­que se ale­ja de los cáno­nes esta­ble­ci­dos. Todo ello da una dimen­sión de lo que está ocu­rrien­do en nues­tros días. Creo que han ido más allá en sus for­mas y plan­tea­mien­tos por­que lo úni­co que hemos pre­ten­di­do mos­trar son las viven­cias de cin­co personas.

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