El movimiento a favor de los derechos de los presos, Herrira, ha sido protagonista este verano por su actividad a favor de la excarcelación de Iosu Uribetxeberria Bolinaga, un preso de ETA gravemente enfermo. Recientemente, han convocado una marcha el 10 de Noviembre en Baiona y otra en Bilbao para el 12 de enero del próximo año.
Hablamos con Beñat Zarrabeitia, una de los portavoces del movimiento, en una taberna de Alde Zaharra de Bilbo. Beñat es periodista, vive en Bilbo y tiene 29 años.
Supongo que no será muy agradable estar en boca de todos por las circunstancias del caso de Iosu Uribetxeberria.
No, la verdad es que no, el verano ha sido duro y complicado. Pero más allá de eso, en este tiempo se ha puesto en valor el discurso que ha venido manteniendo Herrira en los meses previos.
Habíamos situado tres ejes a superar en la política penitenciaria en un plazo cercano, por un lado superar la doctrina Parot y el 9 de Julio tuvimos conocimiento de la resolución del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre el caso de Inés del Río, que venía a señalar que España había vulnerado el Convenio Europeo de los Derechos Humanos y que la Doctrina Parot era ilegal. El gobierno español decidió hacer oidos sordos y seguir manteniendo su postura y veremos que ocurre en los próximos días ya que hoy mismo ha interpuesto recurso.
En segundo lugar, y a la par que ingresaban a Iosu Uribetxeberria, el primer día que nosotros realizábamos una concentración en el Hospital Donosti, supimos que la mujer y los dos hijos de Mikel Egibar se habían empotrado contra un camión volviendo de hacerle una visita a la cárcel. Esto vuelve a marcar que la dispersión supone un riesgo evidente para muchísimas personas cuyos derechos civiles y políticos están intactos: son familiares de presos.
Y por último en el tema de los presos enfermos, nosotros queremos lanzar un mensaje muy claro: con una situación que se ha dilatado durante cuarenta y cinco días, con una persona en fase terminal, el que hayamos asistido a una pelea tan dura nos convierte a todos en perdedores. Todos hemos perdido algo durante esos cuarenta y cinco días porque el gobierno español no ha cumplido la ley. Consideramos que esto no se puede volver a repetir y tenemos que empezar a ganar todos y tenemos que conquistar espacios, situaciones y derechos que nos acerquen hacia la paz y hacia la solución.
Con estos tres elementos, nosotros queremos hacer que la política penitenciaria de un giro de sus claves actuales, que van desde la utilización a la represión, incluso de venganza en algunos casos, hacia un escenario de resolución y de respeto a los derechos humanos y de paz. En este sentido no solo se daría un impulso hacia el respeto de los derechos humanos, sino también ayudaría a crear ese escenario que ansía unánimemente la sociedad vasca.
¿Cómo ha respondido la sociedad a los llamamientos que habéis hecho?
Creo que hay que valorar positivamente que en un contexto que siempre es complicado desde el punto de vista logístico, incluso del ocio, como es el verano, durante todo un mes haya habido una concentración diaria en el hospital Donostia. Que haya habido cerca de sesenta personas que han participado en la huelga de hambre que hubo en el hospital. Que durante el fin de semana del 24 y el 25 de Agosto hubo en un montón de pueblos un fin de semana de ayuno, etc. También en la manifestación de Donosti que hicimos en Agosto en el inicio de la Semana Grande vinieron cerca de 15.000 personas. Además consideramos que las formas y los métodos utilizados para las protestas han sido muy positivos. Evidentemente siempre hay cosas a mejorar pero en líneas generales tenemos una valoración positiva, tanto del discurso institucional, que ha estado ahí, como de la participación ciudadana.
Engarzando con las manifestaciones que habéis convocado ¿Qué objetivos os marcáis a corto plazo?
Hemos situado dos puntos de inflexión cercanos en el tiempo con un objetivo muy claro: que los gobiernos español y francés cambien la política penitenciaria que mantienen actualmente. En el caso de la manifestación de Baiona, se viene haciendo un trabajo en Iparralde que ha tenido sus frutos ya que ha habido declaraciones y posicionamientos de diputados del partido socialista francés, de los verdes, e incluso de la derecha francesa; como el alcalde de Kanbo, de la UMP, que ha pedido la libertad de los presos enfermos. Es decir, ha habido una dinámica de relaciones, de adhesión y un consenso bastante generalizado referido a que un nuevo tiempo en el País Vasco debe ir acompañado de nuevas políticas. Además, teniendo en cuenta que el gobierno francés de Francois Hollande se acaba de estrenar, queremos enviarle un mensaje desde las calles de Biaona hasta París, señalándole que tiene una oportunidad de cambiar la política penitencia que ha mantenido el gobierno francés ‑digamos como un apéndice del gobierno español- teniendo una visión propia y siendo agente de cambio e impulsando la solución.
En la segunda manifestación, que se va a hacer en Bilbao, queremos lanzar un mensaje al gobierno español de Madrid para que cambie su actitud. Queremos que sea una manifestación muy grande y toda la campaña previa la vamos a basar en torno a la participación ciudadana, confluyendo esta participación en una expresión conjunta multitudinaria. En cuanto a como vamos articular la participación ciudadana, todavía no podemos adelantar como lo vamos a hacer, ya que estamos en fase de preparación, pero la idea es que cada uno aporte el trabajo que pueda y quiera en su ámbito cercano para publicitar e impulsar la marcha. Durante los meses de Octubre y Noviembre iremos adelantando los detalles.
¿Cómo puede afectar las próximas elecciones vascas tanto al trabajo de vuestra organización como a la situación de los presos?
En principio no tiene que afectar a nuestro trabajo, que ahora lo estamos realizando en el contexto del ejecutivo actual y que después lo desarrollaremos con el próximo sea del color que sea. Nosotros vamos a seguir tocando la puerta de todas las formaciones y esperemos que el ejemplo que he mencionado de Iparralde se vaya extendiendo también a Hegoalde y que las relaciones se vayan normalizando más allá de contactos puntuales o no públicos.
En este sentido, consideramos que las elecciones deben marcar- y yo creo que marcarán- un reconocimiento a aquellas formaciones que han mostrado su disponibilidad al cambio en la política penitenciaria. En cambio, aquellas formaciones que se mantienen ancladas en la vulneración de los derechos humanos, además de por otros motivos, pueden verse castigadas.