Un 29 de noviembre de hace nueve años, el Iruñeko Eguna se tiñó de luto por la muerte de Sara Fernández, una vecina del Casco Viejo que se dirigía a la cárcel de Valdemoro a visitar a su amigo Iñaki Etxeberria, de Donibane. Sara tenía 34 años. En el mismo accidente resultó gravemente herida Izaskun Urkijo, compañera de otro preso, que tuvo que ser hospitalizada en Valladolid.
En un acto que se realizó el año pasado en Barañain por estas fechas, Ana Fernández, hermana de Sara, se refería a la dispersión como un fantasma que sigue extendiendo sus garras entre familiares y allegados. Fue un muy emotiva intervención, lo mismo que el saludo de José Luis Guerra, marido de Karmele Solaguren, y las palabras de una amiga de la familia.