El pasado año 2012 se despidió con una sorprendente noticia: prohibido enfermar en Portugal «..el Gobierno luso ha pedido incluso a los ciudadanos que recurran menos a los servicios sanitarios y que colaboren para no caer enfermo…»1. Como si el pueblo trabajador pudiera autocontrolar sus enfermedades, sus dolencias o sufrimientos. Como si no fuera el propio sistema capitalista en crisis quién está provocando una oleada de verdaderas epidemias, desde las relacionadas con la promoción de nocivos estilos de vida (sedentarismo o excesos alimentarios) hasta otras bien diferentes como el feminicidio o los suicidios provocados por el grado de desesperación de muchas personas ante el desahucio de su vivienda o el despojo del, a veces, su único recurso, el trabajo.
Qué duda cabe que la salud y la enfermedad son una preocupación constante y esencial en la vida de las personas, de las comunidades y pueblos, máxime en esta crisis global y sistémica que sufrimos en la actualidad. Global y sistémica porque las contradicciones internas del sistema capitalista se han agudizado hasta tal extremo que afectan gravemente a lo económico y a lo social, a los valores y aspectos éticos y a los recursos de la naturaleza y del conocimiento, hallándose en contradicción con la propia supervivencia del planeta.
No hacen falta muchos argumentos para entender que nuestra sociedad en crisis, enferma y destruye a las personas. Que el sufrimiento, la falta de ilusiones matan, que el paro y, sobre todo, los desahucios matan, que la desigualdad que sufren las mujeres y la privatización de la sanidad matan. Que, en suma, el empobrecimiento de las condiciones de vida aumenta las enfermedades y la mortalidad prematura de nuestras poblaciones. Y para afrontar el reto de poder cambiar y transformar —para curar— nuestra sociedad debemos volver la vista a la dialéctica, repensar el materialismo dialéctico para afrontar las luchas necesarias si no queremos que este sistema nos destruya en el sentido más integral de la palabra.
Este escrito es un intento de aplicar el método dialéctico con el objeto de entender un poco mejor los problemas de salud que padece la comunidad. Se centra en el ámbito de las ciencias de la salud, pero no olvida que actuar en esta parcela del conocimiento forma parte indisoluble de otros campos del hacer y del saber, sobre todo los que desarrollan diferentes organizaciones políticas, sindicales y sociales en el proceso de la lucha de clases. Aquella que recorre las diferentes movilizaciones y luchas que los pueblos deben ejercer para transformar y revertir esta sociedad y construir otra nueva, entre todas y todos, democrática y socialista.
- No es una inocentada. El gobierno capitalista de Portugal pide a la población que no se ponga enferma, en Kaos, Portugal, lunes, 31 de diciembre de 2012. Disponible en: http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/42249-no-es-una-inocentada-el-gobierno-capitalista-de-portugal-pide-a-la-poblaci%C3%B3n-que-no-se-ponga-enferma.html
Un comentario
Materialismo dialectico en estado puro.