El referéndum sobre la secesión de la Comunitat Autonòma de Catalunya (de ahora en adelante CAC) ha sido uno de los principales temas de discusión en la pasada campaña electoral al Parlament de la CAC. Todos los partidos u organizaciones con posibilidades de obtener representación debieron posicionarse, tanto a favor como en contra.
CiU jugó un papel ambiguo, como siempre, hablando de referéndum, de consulta, pero sin decir nunca la palabra “independencia”. Un análisis posible es que esperaba obtener mayoría absoluta al Parlament para poder manipular los tempos del debate sobre qué, como y cuando sería ése hipotético referéndum. Como se pudo ver, no solo no llegó a la mayoría absoluta, si no que se dejaron por el camino 12 escaños, que fueron recogidos casi en su totalidad por ERC, que subió 11.
Finalmente, para conseguir el apoyo de ERC a la investidura de Mas se ha hecho público que el ejecutivo catalán convocará un referéndum antes que acabe el año 2014.
¿Cuál será el posicionamiento de l’Esquerra Independentista cuando se convoque dicho referéndum?
Quisiera aportar una visión mía particular que espero pueda servir para abrir debate.
1- Marco territorial:
La primera duda que me asalta la cabeza cuando hablan de referéndum es la más obvia; la territorialidad. Evidentemente se está hablando de secesión de la CAC, por que es su gobierno autonómico quien lo convocará, y por que es evidente que el apoyo social al independentismo comienza a ser mayoritario en la CAC, en contraposición al escaso apoyo al independentismo en el resto de comarcas de los Països Catalans.
Claro está, que la consulta se hará entre los habitantes de la CAC, y se les planteará la secesión de la CAC del Reino de España, pero lo que no es tan evidente es que la Esquerra Independentista, único movimiento independentista que siempre ha defendido la unidad de los Països Catalans haya de dar apoyo, ¿o sí?.
¿Por qué apoyar un referéndum que no entiende los Països Catalans como una única nación? Por que me perdonarán los apologetas de la “independencia por partes”, pero la mayoría de la gente de la CAC que a día de hoy se proclaman independentistas entiende que su nación son las 4 provincias autonómicas, y es difícil imaginar qué tipo de lucha emprenderían después de la secesión de la CAC esta nueva hornada de independentistas en pro de la independencia del resto de los Països Catalans.
Y a un nivel institucional, un hipotético futuro Estado Catalán independiente en manos de la burguesia no será un agente en pos de la reunificación de los Països Catalans.
Otro tema que me gustaría apuntar son los pobres argumentos que dan los defensores de la “independencia por partes”, que consiste básicamente en la idea de que el resto de los Països Catalans vivirán un resurgimiento de su consciencia nacional ‑nacional, y no regional!- atraídos por las maravillas sociales que se conseguirán en el nuevo Estado Catalan independiente. A este pobre argumento yo le encuentro varios puntos débiles:
a) ¿Por qué razón unos territorios con una baja conciencia nacional, y desestructurados políticamente, han de vivir ese resurgimiento nacional?, ¿En qué datos o procesos históricos de compara?
b) Presuponen que en el nuevo Estado Catalán el “nivel de vida” de la clase obrera se verá notablemente mejorado,¿Por qué?, ¿En qué se fundamenta esa afirmación, en la tan simple “balanza económica?, ¿Ya hemos olvidado que el nuevo Estado tendrá una problemática propia, con una burguesía propia en el poder, con una patronal fuertemente parapetada detrás de su partido de clase?
c) ¿Aún está presente el mecanicismo estúpido de pensar que la problemática del País Valencià y las Illes Balears acabará cuando siga los pasos históricos del catalanismo en la CAC? Es decir, ¿Aún hemos de esperar el resurgimiento cultural que aporte autoestima y conciencia nacional a los valencianos e insulares, y que esta conciencia nacional sea canalizada hacia postulados independentistas?
d) Del anterior punto extraigo que los compañeros apologetas de la independencia por partes eliminan las reacciones en la dialéctica de acción-reacción que la independencia de la CAC viviría el resto del país. Es decir; supuestamente el Estado espanyol y sus partidos del sistema no reaccionarán en las Illes Balears y el País Valencià el dia después de la secesión de la CAC. ¿Una parte del Estado español se emancipa y no habrán reacciones virulentas jurídico-administrativas, políticas o sociales en el resto de los Països Catalans?
Difícil de imaginar… Supongo que los 4 puntos que mento muy por encima han sido meditados por quién defiende esta vía hacia la independencia de toda la nación. Si es así, me gustaría leer sus conclusiones.
2-¿Avance en la lucha de clases?
Cuando se habla del derecho democrático a la autodeterminación casi siempre se suele hablar desde una perspectiva totalmente idealista: se considera a la nación algo a “liberar”, o incluso se habla de la necesidad y derecho de sus habitantes a la “libertad”, pero no se suele analizar los procesos de secesión desde la perspectiva de si eso ayuda o para los avances de las fuerzas políticas y/o sindicales de la clase trabajadora. Grave error.
Pero creo que el deber de los comunistas, ‑que más que un deber, es lo que nos hace realmente comunistas!-, es el análisis de clase de cualquier situación política y/o social.
En los últimos meses parece ser que el partido de la burguesía, CiU, apuesta por la secesión, eso sí, siempre diré “parece ser” por que ningún partido domina la manipulación, la tergiversación y la confusión sobre su propio programa, ideario y estrategia como CiU.
Así pues, creo que las primeras preguntas que nos hemos de hacer los comunistas ‑y toda persona que se considere, al menos, “anticapitalista”- es “¿Qué intereses tendrá la burguesía para querer liderar esta secesión?, ¿Qué beneficios esperan obtener?, ¿Con qué apoyo real cuenta CiU de la alta burguesís de la CAC para no frenar o entorpecer abiertamente este proceso, y cuáles son las promesas de CiU a ésta alta burguesía?”
¿O es que pensamos que CiU quiere luchar por la independencia porque ese es el deseo mayoritario del pueblo trabajador de la CAC? Si es así, que CiU es un alma altruista que escucha los deseos de su pueblo, ¿por qué no ha dado ni un paso atrás en su política neoliberal?.
Como dice un dicho popular de mi pueblo “el hombre que daba hace mucho que murió”, y si es un burgués, éste no ha existido, diría yo. Un burgués no regala nada, ¿o se nos ha olvidado?. Si es cierto que CiU quiere llegar a realizar ese referéndum de autodeterminación hemos de saber que estamos jugando a cartas con un tahur.
3- No podemos ser los “tontos útiles”
Es evidente que la Esquerra Independentista quiere la constitución de un nuevo Estado, ¿pero a qué precio?, que no se intente manipular lo que yo digo diciendo que prefiero permanecer por siempre en el Estado español ‑sea capitalista o socialista‑, no. Lo que digo es que no podemos ser los tontos útiles en el proceso que CiU y ERC quieren dirigir, por diversas razones:
1- Les daríamos la legitimidad que las 120. 000 votantes de la CUP les han negado. Las personas que votaron a la CUP en las elecciones al Parlament lo hicieron por que ésta candidatura era el “caballo de Troya” de los movimientos populares y sociales, y para canalizar la rabia contra el sistema capitalista por la lucha institucional. Soy de la opinión que la CUP no puede ser el “pepito grillo” de los partidos del sistema, su papel no se debe limitar en ser la voz crítica cuando toque, debe ser quien les diga que no cuando sea necesario, siendo valientes y sin tapujos.
2- Desperdiciaríamos la incipiente confluencia de las diferentes corrientes anticapitalistas que empezamos a aglutinar la Esquerra Independentista alrededor de la CUP. Si la Esquerra Independentista se empieza a visualizar ‑al menos en la CAC- como el aglutinador del anticapitalismo es por nuestra práctica consecuente, y no podemos alejarnos de nuestros aliados tácticos. La construcción de la Unidad Popular es la articulación del espacio de confluencia del anticapitalismo en los Països Catalans bajo 3 ejes básicos; independencia, SOCIALISMO, Països Catalans. Si aceptamos la independencia que nos ofrecen CiU y ERC, estaremos minimizando esta incipiente confluencia y articulación en los Països Catalans.
3- Romperíamos nacionalmente nuestro movimiento. Después de más de 30 años trabajando en todos los territorios de los Països catalans por construir políticamente el sujeto político a emancipar, creo que aceptar la independencia de la CAC haría mucho daño al resto del movimiento fuera de ésta comunidad autónoma. Supondría un golpe anímico y discursivo muy grande, puede que demasiado, y pienso que en el resto del país el movimiento podría ser visto como algo oportunista e incluso, derrotista, que varía su discruso en cuestión de semanas. Por otra parte, a nivel interno creo que con la partición del país, el ya difícil trabajo nacional se vería muy perjudicado, y supondría un debilitamiento de las estructuras políticas nacionales precisamente cuando más falta hacen en el País Valencià y las Illes Balears.
4- Estaríamos ayudando a construir un Estado capitalista, reforzando sus estructuras de clase y sometimiento.
Con una posible victoria del Sí en el referéndum se crearia un nuevo Estado, de facto, capitalista. Eso, evidentemente, nos trasladaría a un plano político totalmente diferente, con nuevos posicionamientos políticos y correlación de fuerzas. Según mi entender, con la creación de éste hipotético nuevo Estado, la lucha anticapitalista sufriría un retroceso, pues todos los aparatos de los partidos políticos “soberanistas” y los mismos aparatos del nuevo Estado estarían centrados y trabajando por la consolidación del nuevo Estado. Se viviría un período de exaltación nacionalista que pretendería negar la lucha de clases, y así la burguesía alienaría aun más las personas con un patioterismo barato y hueco.
Tampoco podemos olvidar que gran parte de estos “nuevos independentistas” lo son por cuestiones púramente económicas después que partidos y colectivos independentistas quisieran ‑y consiguieran- acumular partidarios a la secesión con la estúpida consigna de “España nos roba”. Yo me pregunto; “¿El dia después, cuando España ya no “nos robe”,qué?”. ¿Todos estos nuevos independentistas continuarán mobilizados o serán agentes pasivos que justifiquen o incluso aprueben y aclamen las nuevas estructuras capitalistas?
4- Nuestro poder de incidencia
Si no podemos decidir, debemos ser coherentes. Debatiendo con compañeros sobre éstos posicionamientos mios, me dicen que la Esquerra Independentista no tiene la incidencia social, ni fuerza en la calle, ni la presencia en el Parlament suficiente para desequilibrar la balanza hacia nuestros objetivos, y yo me pregunto;”¿Si no podemos elegir el plato que queremos elegir, por qué tenemos que tragar lo que nos ofrecen?”. ¿Por qué debemos aceptar como válido aquello que siempre habíamos rechazado? ¿O es que nadie recuerda eso de “sense València no hi ha independència”?, ¿O es que simplemente nuestras proclamas no son más que pura exaltación romántica que abandonar cuando toca jugar a la “realpolitik”?
5- Mi conclusión
A mi entender, tenemos un problema; nos da miedo decir que no. Y el miedo es el peor enemigo al que te puedes enfrentar: te paraliza y acabas tomando decisiones basadas en el “qué dirán” y no en el propósito de avanzar hacia nuestros objetivos finales.
Para no caer en estos errores deberemos ser claras; si hay una mayoría al Parlament de la CAC que quiere empezar un proceso de segregación para construir un Estado catalán “independiente” formado por las 4 províncias de la CAC, con un modelo económico neoliberal, patriarcal, y que forme parte de las instituciones transnacionales capitalistas como la UE, el BM o la OCDE, la Esquerra Independentista se desvinculará, que no significa que lo boicoteará.
Ésta postura puede parecer demasiado fácil, y en camvio es la más difícil, deberemos explicar incansablemente en qué está basada y por qué. Exigirá de todas las sectoriales de nuestro movimiento un trabajo conjunto, coordinado y sin fisuras para que no sea manipulada por los partidos o medios de comunicación del sistema.
Soy consciente que las palabras infantilista, izquierdista o idealista está recorriendo en estos momentos muchas de vuestras cabezas, pero no lo es! Lo que no podemos es escudar nuestras renúncias detrás de excusas tipo “hoy por hoy es lo que la gente quiere” o que en la CAC ya están dadas las “condiciones objetivas” pero no en el resto del país, por que el deber de un movimiento que se pretende revolucionario es precisamente analizar la correlación de fuerzas que provoquen y determinen un momento político concreto, y extraer las líneas táctico-estratégicas óptimas para voltear ésa determinada situación y avanzar en la lucha de clases hasta la conquista de nuestros objetivos.
Porque parapetarse en las “condiciones objetivas” es negar el factor clave de la actividad política: la capacidad de generar discurso y acción en las masa del partido o movimiento político. Ésta ha sido la verdadera derrota que los diferentes partidos comunistas europeos han legado a la izquierda mundial: esconder su reformismo y derrotismo detrás de falsos deseos de la gente, la “inmadurez” del movimiento obrero y popular, o el miedo a que la gente no entendiera sus posicionamientos.
No se me escapa que todo lo expuesto puede ser rebatido con el argumento de que eliminado el conflicto nacional en una futurible CAC independiente, la lucha de clases se podría visualizar con mayor claridad al conjunto del pueblo trabajador. Pero se de veras creemos que los Països Catalans son una única nación, y que su sometimiento polítco al Reino de España lo provoca el sistema capitalista para mayor enriquimiento de las élites económicas ‑nacionales o extranjeras‑, creo que lo que debemos hacer es redoblar los esfuerzos por construir un discurso sin fisuras, coherente y combativo, fundamentado en las experiencias del socialismo, y saber distinguir entre táctica y oportunismo.
Entre el vanguardismo autista que predica solo en el desierto y el derrotismo ha de haber la postura coherente de no aceptar aquello que no concuerda con nuestro planteamientos, pero que trabaja dia a dia para invertir el panorama político y social.