El pasado 12 de diciembre se hizo público la propuesta de fecha y la pregunta para realizar una consulta sobre el futuro de Catalunya. El próximo 9 de noviembre es la fecha prevista y la fórmula escogida para interpelar a la ciudadanía es la de una doble pregunta:
«Quiere que Catalunya sea un Estado? En caso afirmativo, «quiere que este Estado sea independiente?»
De entrada sería necesario remarcar que esta no es ni de lejos la pregunta que la movilización popular ha pedido a través de las multitudinarias demostraciones de fuerza del independentismo estos últimos años, desde las consultas sobre la independencia organizadas desde la sociedad civil hassta las convocatorias de la ANC en donde, más que el derecho a decidir, la demanda era inequivocamente favorable a la independencia. de todas maneras hay que remarcar la escrupulosa voluntad democrática del pueblo catalán dado que, dado el carácter independentista de estas últimas movilizaciones, ha prevalido siempre la voluntad de la ciudadanía de ser consultada en un referedum democráticamente justo y politicamente vinculante como instrumento para conseguir la plena independencia y empezar a trazar un camino propio hacia la libertad y a establecer nuestro modelo social, así como nuestro marco de relaciones con los otros pueblos del mundo.
En este sentido la pregunta que la población civil ha puesto sobre la mesa siempre ha estado de una interpelación clara sobre el futuro de Catalunya: una única pregunta de respuesta binaria, independencia SI o independencia NO.
Con todos estos precedentes aparece el anuncio de la propuesta de la fecha y la pregunta desde el Parlament de Catalunya. Una pregunta que, tal y como he comentado anteriormente, no refleja el sentir de la mobilización popular, que es quien en el fondo ha marcado la agenda política del país estos últimos años, recogiendo una referencia clara a la independencia de Catalunya.
A pesar de todo la fórmula de la pregunta escogida nos encontramos con un convidado (de piedra o no) que no esperábamos como es el hecho de contemplar la posibilidad de apostar para que Catalunya llegue a ser un Estado pero que este no sea independiente: el SI-No. A mi entender esta opción ha estado claramente condicionada sobre todo por dos sectores políticos tan diferentes en algunos aspectos como son ICV-EUiA y UDC.
A pesar de todo estos comparten la idea de que Catalunya no disfrute de la plena independencia política o al menos su eterna indeterminación en este aspecto así lo hace pensar.
Pero qué es la propuesta real del Si-No? De momento, como era de esperar, no tenemos respuesta. Presumiblemente, y considerando el largo historial de indefinición y de «marear la perdiz», los promotores de la doble pregunta y del Si-No pondrán sobre la mesa alguna propuesta de Estado del tipo (con)federal.
En mi opinión para federarse hace falta la voluntad de dos o mas partes de compartir un proyecto común. Para que esto pase la situación más deseable sería que soberanamente todas las partes así lo decidan y lo acuerden, pero para esto hace falta sobre todo diálogo, voluntad, generosidad y amplitud de miras. Y esto es precisamente lo que hoy por hoy es prácticamente imposible en un Estado centralista, arcaico y con mentalidad colonialista como el español.
Si Catalunya se tuviera que federar con cualquiera de los pueblos que actualmente se encuentran bajo la dominación del Estado español haría falta que previamente estos (incluido el pueblo catalán) se autodeterminaran y decidieran libremente, y en igualdad de condiciones, si quieren compartir o no cualquier tipo de proyecto. En mi opinión, la libertad total de un pueblo para tomar esta decisión no es otra que su independencia política. En este sentidel Sí-No nos conduce en la práctica hacia un callejón sin salida. Cualquier opción que no contemple la plena soberanía y la plena capacidad de gestionar nuestro futuro como pueblo nos deja en el mismo punto en que estamos ahora: vía muerta, hablar sin ser escuchado y batallar con un Estado que no tiene ningún tipo de sensibilidad democrática y que nos liga a sus estructuras heredadas del franquismo sin ninguna voluntad de cambiarlo.
Si algo tiene que cambiar y si queremos construir algo mejor es imprescindible uno Sí-Sí rotundo. El No y el lobo bajo la piel de cordero del Sí-No nos dejan en el mismo sitio. El Sí-No es la mano encubierta de aquellos que quieren que en el fondo todo siga igual, y mantener votos, cargos, poltronas y privilegios, pero que no quieren decirlo.
Frederic Tort, membre de la CUP i de Blanes per la Independència-ANC
12 de enero de 2014
(Traducido del catalán por Boltxe kolektiboa.)