Las fuerzas estadounidenses desplegadas en Afganistán han matado a un niño afgano de cuatro años de edad en Helmand, en el sur del país.
Este nuevo asesinato se produce en un momento en el que las relaciones entre las autoridades afganas y norteamericanas se ven marcadas por las negociaciones para la continuidad de las tropas invasoras de la OTAN.
Las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán se han visto perjudicadas por la negativa del presidente afgano, Hamid Karzai, a firmar el Acuerdo Bilateral de Seguridad (ABS), un pacto que busca otorgar impunidad a los soldados estadounidenses que cometan crímenes de guerra en el país centroasiático.
Estados Unidos mantiene que sus fuerzas no pueden seguir en Afganistán si no tienen “un marco legal que les ampare”.
Karzai, que termina su mandato este año y no se podrá presentar a la reelección, reclama que Estados Unidos ponga fin a todas las operaciones militares en suelo afgano antes de firmar el ABS. “Hemos pedido un cese completo de todas las operaciones en viviendas y pueblos para evitar estas muertes de niños inocentes y civiles”, ha afirmado Aimal Faizi, el portavoz del presidente afgano, en referencia a la muerte del niño de cuatro años.
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