Un impor­tan­te pul­so polí­ti­co se vis­lum­bra en Tur­quía- Txen­te Rekondo

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El año 2013 ha esta­do mar­ca­do en Tur­quía por una serie de acon­te­ci­mien­tos que pue­den con­di­cio­nar el rum­bo que adop­te este país en los pró­xi­mos meses. Las nego­cia­cio­nes del gobierno tur­co con los diri­gen­tes de Kur­dis­tán del nor­te, la pos­tu­ra de Tur­quía en la cri­sis de Egip­to y en la gue­rra en Siria, las pro­tes­tas de este verano en torno al par­que Gezi y la pla­za Tak­sim, las sen­ten­cias con­de­na­to­rias con­tra des­ta­ca­dos mili­ta­res y otros sec­to­res del anti­guo sta­tus quo tur­co, las pre­sio­nes de los cita­dos pode­res fác­ti­cos (mili­ta­res, judi­ca­tu­ra, buro­cra­cia kema­lis­ta…), han pro­ta­go­ni­za­do los últi­mos meses en Turquía.

Todo ello ha con­tri­bui­do ha enra­re­cer el com­ple­jo esce­na­rio polí­ti­co y social tur­co, dejan­do entre­ver ade­más la pug­na que man­tie­nen sobre el mis­mo dife­ren­tes acto­res tur­cos, y en oca­sio­nes inter­na­cio­na­les tam­bién. Y estas sema­nas, ade­más, un nue­vo escán­da­lo ha sacu­di­do los cimien­tos del gobierno de Recep Tay­yip Erdo­gan y del Par­ti­do de la Jus­ti­cia y el Desa­rro­llo (AKP).

Una inves­ti­ga­ción man­te­ni­da en secre­to duran­te dos años ha sali­do a la luz estos días, pro­vo­can­do un escán­da­lo polí­ti­co cuyas con­se­cuen­cias fina­les toda­vía son difí­ci­les de cal­cu­lar. Los datos apun­tan a una tri­ple direc­ción: por un lado, esta­rían los sobor­nos en dife­ren­tes pro­yec­tos urba­nís­ti­cos, lo que daña­ría la ima­gen anti­co­rrup­ción del gobierno; en segun­do lugar, se seña­la la par­ti­ci­pa­ción de los hijos de algu­nos minis­tros, una nue­va anda­na­da con­tra el AKP; y final­men­te, se seña­la a las ope­ra­cio­nes que habría rea­li­za­do el ban­co públi­co Halk­bank, que “curio­sa­men­te” man­tie­ne impor­tan­tes rela­cio­nes comer­cia­les con Irán.

Estos ata­ques se han diri­gi­do con­tra la línea de flo­ta­ción del AKP, un par­ti­do polí­ti­co que en los años noven­ta se pre­sen­tó, con Erdo­gan, como el aban­de­ra­do de lucha con­tra la corrup­ción de la cla­se polí­ti­ca de enton­ces, y como el actor que ha logra­do poner fin a la gra­ve cri­sis eco­nó­mi­ca que aso­la­ba Turquía.

Des­de el gobierno se ha pues­to en mar­cha una estra­te­gia para con­tra­rres­tar el ata­que. Así, el pro­pio Erdo­gan, apo­ya­do en algu­nos medios de comu­ni­ca­ción, ha seña­la­do que esta­mos ante una “ope­ra­ción de gue­rra sucia”, don­de se abra­za­rían “los intere­ses de algu­nos acto­res nacio­na­les e inter­na­cio­na­les” en una com­pli­ca­da alian­za que ya se visua­li­zó duran­te las pro­tes­tas del verano en el par­que Gezi, y que en esta oca­sión bus­ca­ría “debi­li­tar­nos de cara a las elec­cio­nes de marzo”.

Y para ello Erdo­gan ha cen­tra­do las crí­ti­cas en dos ámbi­tos. Por un lado seña­lan­do a aque­llos que “tie­nen tras ellos el poder del capi­tal y de los medios de comu­ni­ca­ción y que desean cam­biar la direc­ción de este país”, en cla­ra alu­sión a Fethu­llah Gulen, y su movi­mien­to Cemaat (con­gre­ga­ción o comu­ni­dad); y por otro lado al “lobby de los tipos de inte­rés”, en cla­ra alu­sión a Israel.

Esta situa­ción tam­bién ha con­tri­bui­do a dar mayor pro­ta­go­nis­mo a todo un aba­ni­co de teo­rías cons­pi­ra­ti­vas, algo muy habi­tual en Tur­quía en momen­tos de cri­sis como la que se está vivien­do estas sema­nas, así como en otras par­tes del mun­do. Esta cul­tu­ra de las teo­rías cons­pi­ra­ti­vas ha esta­do pre­sen­te duran­te todo el 2013 en la socie­dad tur­ca, y unos y otros acto­res han uti­li­za­do las mis­mas para refor­zar sus argumentaciones.

El pul­so y la lucha de poder entre Erdo­gan y Gulen, entre el AKP y el movi­mien­to Cemaat se hace cada día más evi­den­te. En el pasa­do estas dos fuer­zas han sido alia­das, com­par­tien­do una mis­ma base popu­lar y apo­yán­do­se mutua­men­te en su lucha con­tra el poder de los mili­ta­res tur­cos, su enemi­go común. Sin embar­go, tras haber devuel­to a éstos a los cuar­te­les y habién­do­los apar­ta­do de momen­to de la pri­me­ra línea de la polí­ti­ca del país, esos dos pro­ta­go­nis­tas se han veni­do enfren­tan­do en los últi­mos meses.

A prin­ci­pio de este año, el movi­mien­to de Gulen, tam­bién cono­ci­do como Hiz­met (ser­vi­cio), ata­có dura­men­te a Hakan Fidan, un estre­cho cola­bo­ra­dor del pri­mer minis­tro Erdo­gan e inter­lo­cu­tor del mis­mo con el movi­mien­to kur­do. El recha­zo de Gulen hacia el pro­ce­so ini­cia­do para bus­car una sali­da nego­cia­da entre tur­cos y kur­dos del nor­te se hacía paten­te con ese movimiento.

La res­pues­ta de Erdo­gan no se hizo espe­rar, y en las sema­nas pos­te­rio­res ini­ció una pur­ga en las ins­ti­tu­cio­nes esta­ta­les con­tra los segui­do­res y cola­bo­ra­do­res de Gulen, y más recien­te­men­te el pri­mer minis­tro tur­co anun­ció su inten­ción de eli­mi­nar las “dersha­nes”, las escue­las pri­va­das con­tro­la­das por Gulen, que pre­pa­ran a miles de estu­dian­tes para el ingre­so en la uni­ver­si­dad y que se con­si­de­ran una de sus empre­sas más lucrativas.

De momen­to pare­ce que estas dos figu­ras pue­den sobre­vi­vir a la cri­sis actual. Erdo­gan con­ser­va toda­vía un impor­tan­te apo­yo popu­lar y es muy pode­ro­so, ade­más cuen­ta tam­bién con el res­pal­do de impor­tan­tes medios de comu­ni­ca­ción. Aun­que tan­to su ima­gen, como la de su par­ti­do (cono­ci­do tam­bién como AK- “puro o lim­pio”) sufri­rá un impor­tan­te desgaste.

Y algo pare­ci­do pue­de decir­se de Gulen y su movi­mien­to Cemaat. Con­si­de­ra­do por algu­nos como un esta­do en la som­bra, gra­cias a sus redes de escue­las pri­va­das, sus redes de comu­ni­ca­ción y de impor­tan­tes empre­sas, así como apo­yos den­tro del pro­pio esta­do (judi­ca­tu­ra y sec­to­res de la segu­ri­dad), su futu­ro polí­ti­co no está aca­ba­do. Pero tam­bién corre el ries­go de que sea per­ci­bi­do como un movi­mien­to secre­to, poco con­tro­la­ble y con mucho poder económico.

Algu­nos seña­lan que el ven­ce­dor de esta pug­na podría ser el actual pre­si­den­te, Abdu­llah Gul. Des­de hace tiem­po algu­nos sec­to­res, sobre todo en Occi­den­te, mues­tran la figu­ra del actual pre­si­den­te como la alter­na­ti­va a Erdo­gan, y por ello apun­tan que en estos momen­tos podría ser “el ven­ce­dor de la madre de todas las bata­llas” entre los dos acto­res cita­dos anteriormente.

La alter­na­ti­va de Gul, que podría optar nue­va­men­te a la pre­si­den­cia, o con­ti­nuar su carre­ra polí­ti­ca como pri­mer minis­tro, es una opción que no dis­gus­ta a ter­ce­ros acto­res. Pre­sen­ta­do des­de Euro­pa como un con­ven­ci­do euro­peís­ta, como una figu­ra que tien­de puen­tes, que bus­ca unir y no divi­dir, sería tal vez la opción desea­da por esos acto­res. El inte­rés polí­ti­co del pro­pio Gul, se ha mani­fes­ta­do en los últi­mos meses, bus­can­do ale­jar­se o dis­tan­ciar­se de Erdo­gan. Así lo hizo duran­te el gol­pe de esta­do egip­cio o más recien­te­men­te cuan­do decla­ró que la voca­ción de Tur­quía está muy cla­ra, “con los carri­les nece­sa­rio bien asen­ta­dos, y si el pro­ble­ma es la loco­mo­to­ra, ésta debe­rá ser cambiada”.

No obs­tan­te es dema­sia­do pron­to para anti­ci­par el ven­ce­dor de estas pug­nas. No esta­mos ante lo que algu­nos intere­sa­da­men­te han defi­ni­do como el “oto­ño del patriar­ca”, en cla­ra refe­ren­cia al futu­ro polí­ti­co de Erdo­gan, y el pul­so polí­ti­co entre los dife­ren­tes acto­res del país segui­rá mar­can­do el deve­nir de los pró­xi­mos meses en Turquía.

La pola­ri­za­ción actual pue­de des­co­lo­car a las bases del AKP y abrir nue­va­men­te las puer­tas a los par­ti­dos polí­ti­cos que en el pasa­do domi­na­ban el tea­tro polí­ti­co tur­co. Las con­ver­sa­cio­nes en torno al pro­ce­so de paz kur­do tam­bién influi­rán, y sin olvi­dar tam­po­co los intere­ses de acto­res inter­na­cio­na­les que bus­can debi­li­tar el peso tur­co en ese esce­na­rio regio­nal, o los movi­mien­tos de la Unión Euro­pea, que estos días ha vuel­to a dar “lec­cio­nes” a los diri­gen­tes tur­cos, obvian­do que muchas de las denun­cias diri­gi­das a Tur­quía serían tam­bién apli­ca­bles en muchos de sus estados.

Duran­te el 2014 Tur­quía afron­ta­rá las elec­cio­nes muni­ci­pa­les de mar­zo y pro­ba­ble­men­te n verano las pre­si­den­cia­les, lo que uni­do a todo lo ante­rior pue­de con­ver­tir el sue­ño de muchos en pesadillas.

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