Un centenar de personas, han denunciado la «operación mediático policial» desarrollada el pasado miércoles y la detención de Mikel Almandoz.
Han denunciado «la ocupación» de Burlata por parte de la Guardia Civil y la Policía y han comparado lo ocurrido con una situación «de Estado de Excepción propio de dictaduras militares».
Todos ellos han asegurado coincidir con el detenido al señalarse, al igual que él, como mediadores entre el colectivo de presos «y el resto de la sociedad» y reclamar «una solución justa y definitiva a las consecuencias del conflicto político violento que durante décadas hemos padecido, y a día de hoy aún padecemos, para dejar atrás el sufrimiento y consolidar la paz para este pueblo.
Igualmente, han considerado «indispensable» un cambio de la política penitenciaria, con la desaparición de todas «las medidas de excepción» y el fin de la dispersión carcelaria «con la que castigan también a sus familiares y allegados».