Dis­tur­bios en Gamo­nal; Movi­li­za­ción popu­lar en Kiev- Fran­cis­co Gar­cía Cediel

“Todo sis­te­ma his­tó­ri­co deter­mi­na­do de polí­ti­ca penal lle­va la mar­ca de los intere­ses de cla­se que lo ha realizado”
Evge­ni B. Pasukanis

La ter­mi­no­lo­gía con la que se difun­den cier­tas noti­cias tie­ne una gran impor­tan­cia. No es casual que, por ejem­plo, cuan­do hace casi dos déca­das los tra­ba­ja­do­res agrí­co­las que pres­ta­ban ser­vi­cio en el ponien­te de Alme­ría, mayo­ri­ta­ria­men­te inmi­gran­tes, hicie­ron una huel­ga para que se les abo­na­ra el sala­rio con­for­me al con­ve­nio colec­ti­vo de apli­ca­ción, la pren­sa ofi­cial lo pre­sen­ta­ra como “con­flic­to” y no como legí­ti­ma rei­vin­di­ca­ción labo­ral. Los ape­la­ti­vos “con­flic­to” y “dis­tur­bio” (por no hablar de van­da­lis­mo), se uti­li­zan con pro­fu­sión cuan­do se hace refe­ren­cia a movi­li­za­cio­nes que exce­den de un mero paseo colec­ti­vo. Tales cali­fi­ca­ti­vos han sido usa­dos en el pasa­do para defi­nir las luchas de los tra­ba­ja­do­res de la indus­tria naval y de la mine­ría, y se esgri­men aho­ra para estig­ma­ti­zar las movi­li­za­cio­nes de El Gamo­nal en Bur­gos, y recien­te­men­te de Valla­do­lid y lim­pie­za via­ria de Alcorcón.

Los suce­sos ocu­rri­dos en el pasa­do mes de enero en Kiev y en el con­jun­to de Ucra­nia, en el que, como se ha podi­do ver por los medios de comu­ni­ca­ción audio­vi­sual, miles de per­so­nas arma­das con todo tipo de ins­tru­men­tos, inclui­das armas de fue­go, se enfren­ta­ban con nota­ble éxi­to a la poli­cía, des­truían mobi­lia­rio urbano, derri­ba­ban edi­fi­cios, rodea­ban cen­tra­les nuclea­res y ocu­pa­ban edi­fi­cios guber­na­men­ta­les, han sido til­da­dos por los medios de comu­ni­ca­ción como movi­li­za­cio­nes popu­la­res y se ha pues­to el énfa­sis en la preo­cu­pa­ción por los dere­chos de los pro­pios mani­fes­tan­tes. A ello ha con­tri­bui­do muy deci­si­va­men­te, como coope­ra­dor nece­sa­rio, el envia­do espe­cial de RTVE a Kiev, Car­los Fran­ga­ni­llo, cuyas cró­ni­cas nos han pre­sen­ta­do a mani­fes­tan­tes legí­ti­ma­men­te arma­dos fren­te a mal­va­dos policías.

Se echa de menos al Sr. Fran­ga­ni­llo en movi­li­za­cio­nes como las de El Gamo­nal y Alcor­cón, o cuan­do el pasa­do año en Bar­ce­lo­na una mani­fes­tan­te per­dió un ojo debi­do a la acción de la poli­cía, ya que, de haber esta­do pre­sen­te en esos momen­tos y luga­res, su natu­ral empa­tía hacia los mani­fes­tan­tes hubie­ran con­tri­bui­do sobre­ma­ne­ra a resal­tar lo legí­ti­mo de las jus­tas rei­vin­di­ca­cio­nes de veci­nos y tra­ba­ja­do­res y la van­dá­li­ca actua­ción de los anti­dis­tur­bios. El tra­ta­mien­to perio­dís­ti­co de estos suce­sos ocu­rri­dos en estas más cer­ca­nas tie­rras hubie­ra sido segu­ra­men­te dife­ren­te gra­cias a la apor­ta­ción de tan intré­pi­do reportero.

Me pre­gun­to que medi­das se toma­rían en el Esta­do Espa­ñol de haber una movi­li­za­ción popu­lar simi­lar a las de Ucra­nia. ¿Ofre­ce­ría Rajoy su car­go? ¿Se preo­cu­pa­rían los gobier­nos de Esta­dos Uni­dos y la Unión Euro­pea por pre­ser­var la inte­gri­dad de los manifestantes?

Cla­ro, la enso­ña­ción aca­ba en este pun­to, los insu­rrec­tos de Ucra­nia están recla­man­do entre otras cosas la entra­da de su país en la Unión Euro­pea, algo que para las gen­tes de aquí, al igual que para el res­to de pue­blos del arco medi­te­rrá­neo no tie­ne nada de apa­sio­nan­te, y no es lo mis­mo remar a favor de los intere­ses del capi­ta­lis­mo y el impe­ria­lis­mo que en con­tra, como no se le esca­pa al sagaz lector.

La visi­ta a Ucra­nia de Cathe­ri­ne Ash­ton, alta repre­sen­tan­te de la UE para Asun­tos Exte­rio­res y polí­ti­ca de Segu­ri­dad, a fines del pasa­do mes de enero de 2014, tuvo como obje­ti­vo decla­ra­do for­zar un cam­bio de polí­ti­ca eco­nó­mi­ca en ese país, acor­de con sus intere­ses, que coin­ci­den sus­tan­cial­men­te con los de los manifestantes.

Es irre­le­van­te a estos efec­tos (o tal vez sea una ven­ta­ja) que el máxi­mo líder de la opo­si­ción Arse­niy Yatsen­yuk sea un ultra­con­ser­va­dor, cris­tiano orto­do­xo y enemi­go decla­ra­do de la homo­se­xua­li­dad; lo impor­tan­te es que se tra­ta de un acé­rri­mo defen­sor de la OTAN y la UE, lo que le otor­ga paten­te de cor­so para todo tipo de actos vio­len­tos en pro de los intere­ses de estos organismos.

Y no es que quien escri­be estas líneas ten­ga espe­cial fas­ci­na­ción por la Rusia de Putin, como tor­ti­ce­ra­men­te podría inter­pre­tar­se por cier­ta pseu­do-izquier­da local, sino que no pare­ce que la entra­da de Ucra­nia en dichos orga­nis­mos vaya a sig­ni­fi­car para el pue­blo tra­ba­ja­dor de ese país una garan­tía en cuan­to a sus dere­chos socia­les (a sus dere­chos huma­nos tampoco).

En cual­quier caso de todo esto se pue­de sacar una lec­tu­ra posi­ti­va, la cons­ta­ta­ción de que tam­bién en Euro­pa es posi­ble levan­tar una lucha que derri­be gobier­nos y polí­ti­cas. Oja­lá en estas tie­rras se levan­te un movi­mien­to simi­lar, obvia­men­te con otros obje­ti­vos, que aca­be con la per­ver­si­dad de un sis­te­ma que está sumien­do a nues­tros pue­blos a unos into­le­ra­bles nive­les de mise­ria y sufrimiento.

Fran­cis­co Gar­cía Cediel.

http://​www​.ini​cia​ti​va​co​mu​nis​ta​.org/

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